En América latina, Internet se enfrenta a uno de sus máximos desafíos de los últimos años. Una creciente cantidad de regulaciones y normas amenazan con recortar su alcance. Así lo advierte Bob Boorstin, director de Política Pública de Google. Conocimiento de causa no le falta al ex periodista del New York Times para afirmarlo. Como asesor de seguridad de presidentes como Bill Clinton y varios miembros del gobierno de su país, estuvo durante gran parte de su vida laboral del otro lado de la mesa. Con motivo del reciente Día de la Libertad de Expresión y el inminente Día Mundial de Internet (17 de mayo), el ex funcionario y hoy referente en políticas públicas en la empresa de Mountain View dialogó con IT Business. Aquíexplica por qué el futuro de Internet sólo quedaría preservado si logra autogobernarse y cómo lograrlo.

* ¿La libertad de expresión es un tema de seguridad nacional?

Una pregunta difícil. Es necesario encontrar un equilibrio: primero, entre la libertad de expresión y la privacidad; segundo, entre la libertad de expresión y la seguridad nacional. El tema puede llegar a tener consecuencias positivas como negativas. El lado positivo es que mientras más personas puedan expresar sus ideas, más podrán expresar su apoyo para un gobierno que le garantiza, justamente, tener ese derechos, porque los gobiernos que tratan de dominar la libertad de expresión están enfrascados en una curso autodestructivo. Pero, al mismo tiempo, se puede entender que la libertad de expresión conlleva elementos que pueden hacer peligrar la seguridad nacional: los usuarios pueden acceder a videos por YouTube o contenidos de Facebook, que promueven causas extremistas. En cualquier caso, lo que si creo es que cualquiera sea la ley o regulación que se busque tener o crear para este tema tiene que ser pensado de forma muy cuidadosa.

* ¿Quién debería actuar como controlante de esta libertad?

Un modelo que probó su validez es el que permite que cada uno de los actores de este espacio, ONGs, gobierno, empresas, proveedores, entre otros, tengan participación, en este sentido. Así, Internet puede administrarse y gobernarse a sí misma. La respuesta a su pregunta sería preservar este tipo de autogobierno, que se apoya sobre una base de multi stakeholders.

* ¿Qué papel deberían tener las compañías del sector privado en esta dinámica de autogobierno?

El principal es proteger a sus usuarios. El segundo, actuar en el marco de lo que es hoy la Global Network Initiative (GNI) y, allí, interactuar y colaborar con otros actores, ONGs, la academia, inversores socialmente responsables, entre ellos. Sólo así fue posible que juntos hayamos desarrollado un código de conducta que termina siendo una hoja de ruta al sector privado para estos temas.

* Deme un ejemplo, por favor.

Google no aceptará un pedido de un gobierno para retirar contenido si este no respeta o está en coincidencia con todos las leyes y normas legales que el mismo país tiene definidas en su sistema legal. Otro elemento importante es que empresas, como Twitter, Dropbox o, desde hace poco, también Microsoft, están generando los denominados reportes de transparencia. Estos permiten hacer visible qué y cuánta información los gobiernos y jueces piden que eliminemos de Internet.

* En la última estadística, publicada para el segundo semestre de 2012, los pedidos aumentaron un 26%. ¿Los gobiernos, hoy, le temen más al poder de Internet?

En este caso, creo que tuvo más que ver con pocos países. Uno de ellos fue Brasil. Si me acuerdo bien, tuvimos 620 pedidos de Brasil, para eliminar contenidos.

* El negocio de Google es Internet. Su expansión le conviene. Evidentemente, la empresa tiene que estar interesada en que esto no suceda. Entonces, el tipo de acciones que describió antes no es otra cosa que cuidar su negocio.

Está totalmente en lo cierto. Es, definitivamente, nuestro interés propio y comercial asegurarnos que Internet siga siendo un espacio abierto, que no tenga obstáculos para el libre flujo de la información. ¿Por qué? Si hubiera obstáculos o frenos que permitieran ese tipo de flujos, nosotros no podríamos publicar o gestionar publicidad (N.d.R.: la publicidad responde a más del 90% del negocio de Google). Pero, dicho esto, también es importante recordar que nadie nos paga por asegurar o contribuir a asegurar que este flujo de información entre dos puntos fluya, a diferencia de lo que puede hacer una empresa de telefonía. Y, tras trabajar por siete años con los fundadores de la compañía, le puedo asegurar, que dedicamos ingentes cantidades de recursos a garantizar el derecho a la libre expresión.

* ¿Cómo evalúa la libertad de expresión en una región como América latina?

No soy un experto en la región. Pero, creo que puedo decir, que, tras haber estudiado las diferentes leyes y regulaciones que existen en la región, América latina está en un momento crucial y definitorio en este sentido. La decisión que deberá tomar es si la región quiere asegurarse una Internet libre o un entorno en el cual se regule qué es lo que los usuarios pueden o no ver.

* ¿Cuáles serían los principales desafíos, en ese sentido?

Uno de los principales es lo que se denomina intermediary liability, que alude a determinar quién es responsable por lo que aparece en Internet, la persona que lo sube o proveedores, como nosotros. Y, hoy, hay normas y leyes, en toda América latina, que indicarían que se entiende que deberíamos ser nosotros. Ahora, si esos proyectos que están en deliberación se hacen realidad, creo que muy pocas empresas estarán dispuestas a usar Internet como plataforma, si tienen que temer que se los acuse y se los haga responsables por lo que aparece en la Web.

* ¿Cómo interpretan la iniciativa SOPA que se presentó en 2012 en los EE.UU.?

Fue un ejemplo muy interesante por varias razones. Primero, marcó una nueva era en el entendimiento de qué es el derecho de autor y que las viejas reglas ya no sirven. Lo prueba el modelo de iTunes, de Apple: ya no tenemos que tener locales, que acopian y venden CDs para generar un negocio para los artistas y compañías. El segundo elemento es que, por primera vez, se pudo usar Internet para influenciar a los legisladores y decisores. Ante las acciones que, apoyados por los usuarios, se generaron, Washington no estaba preparado para la ola de rechazo que se generó; ni en cuanto a la escala de la protesta ni en cuanto a la velocidad con la que se generó.

Flavio CannillaUn gigante, en cifras* Facturación primer trimestre de 2013 u$s 14.000 millones (+31%)

* Facturación 2012: u$s 50.0180 millones (+36%)

* Empleados: 53.891, en el mundo

Fuente: la empresa