Son al menos 78 los muertos tras el accidente de tren en España

En la localidad de Angrois, los operarios seguían trabajando a destajo en una mañana fría y gris para recuperar los últimos vagones que aún permanecían en el lugar del siniestro, convertidos en un amasijo de hierros.

Al menos 78 personas fallecieron el miércoles al descarrilar un tren cerca de Santiago de Compostela, en el noroeste de España, en uno de los peores desastres ferroviarios de Europa que causó también más de un centenar de heridos.
 
En el lugar del accidente en la localidad de Angrois, los operarios seguían trabajando a destajo en una mañana fría y gris para recuperar los últimos vagones que aún permanecían en el lugar del siniestro, convertidos en un amasijo de hierros.
 
Dos enormes grúas sacaron a primera hora dos vagones para ser inspeccionados por la Policía judicial, después de que los efectivos de seguridad retiraran asientos y planchas de madera y metal de su interior.
 Sobre las vías aún podían verse mantas y efectos personales de los viajeros.
 
“El dato de 78 muertos está confirmado, lo cierto es que las tareas de rescate continúan todavía, quedan dos vagones por mover y crucemos los dedos para que el número de víctimas no aumente y los heridos que son muchos y están siendo atendidos en hospitales de Galicia mejoren, dijo Alfonso Rueda, vicepresidente de la Junta de Galicia, a la Cadena SER.
 
Una portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Galicia había dicho a Reuters previamente que cuatro de las víctimas habían fallecido en el hospital. El tren Alvia de ocho vagones, que hacía el trayecto Madrid-Ferrol, se salió de las vías a las 20.41 hora local del miércoles por causas desconocidas a unos 10 kilómetros de la capital de la región. En el interior del tren, que iba a gran velocidad, viajaban 218 pasajeros y 29 miembros de la tripulación de la compañía ferroviaria estatal Renfe.
 
Los primeros indicios apuntan a que la tragedia, que ocurrió la víspera de las celebraciones del día grande de Santiago de Compostela y es la primera en la historia de la alta velocidad española, se debió a un exceso de velocidad.
 
La capital gallega, destino de peregrinos de todo el mundo que recorren el tradicional Camino de Santiago, suspendió las celebraciones por la festividad de su patrono, incluida la tradicional misa en su catedral de origen románico.
 
“El 24 de julio ya no será la víspera de una jornada de celebración, sino la conmemoración de nuestros días más tristes”, dijo el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, en una comparecencia institucional.
 
Feijóo elogió a los ciudadanos que se lanzaron a las vías del tren para socorrer a los heridos, usando piedras para romper las ventanas de los vagones.
 
El presidente del Gobierno Español, Mariano Rajoy, oriundo de Santiago de Compostela, y la ministra de Fomento, Ana Pastor, visitaron el jueves el lugar del siniestro, y después acudieron a los hospitales donde están ingresados los heridos.
 
Las principales instituciones del Estado realizaron un minuto de silencio a mediodía, mientras que la Casa Real anuló toda su agenda de actividades para el jueves. Galicia declaró siete días de luto en su comunidad.
 
Testigos y supervivientes del accidente contaron que escucharon un gran ruido, antes de que varios vagones quedaran agolpados sobre la vía, desde donde se elevó una enorme columna de humo.
 
“Oímos un ruido grandísimo y salimos hacia abajo. Ayudé a sacar heridos y algún cadáver. Me metí en los vagones pero lo que vi es mejor no contarlo2, dijo a Reuters el jueves Ricardo Martínez, de 47 años, un panadero que acudió a ayudar tras el siniestro.
 
“Estuvimos toda la noche aquí trabajando. Vimos mucha masacre, gente, niños (...) Los vecinos respondieron muy bien, fueron los primeros en llegar y sacaron gente como pudieron”, sostuvo Francisco Fernández, un voluntario de Protección Civil de 38 años.
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