Gadafi capturó el último bastión rebelde

Fue al oeste de Trípoli. El líder libio recuperó el poder ante un grupo cada vez más debilitado de insurrectos. 

Fuerzas leales al líder libio Muammar Gadafi retomaron hoy la última ciudad rebelde al oeste de Trípoli y continuaron su avance hacia el este, donde los cada vez más debilitados insurrectos tienen su principal base de operaciones.

En tanto, en París, Francia seguía hoy sin poder convencer a las principales potencias sobre la necesidad de una intervención militar en Libia a favor de los rebeldes y la imposición de una zona de exclusión aérea para neutralizar la aviación de Gadafi.

Tras intensos bombardeos, tropas de Gadafi recapturaron Zuwara, a 50 kilómetros de la frontera con Túnez, lo que refuerza el control oficial del Oeste y revierte conquistas logradas por los rebeldes en el comienzo de una revuelta que hoy cumplió un mes.

Las fuerzas de Gadafi rodearon ayer la ciudad, de 45.000 habitantes, y la atacaron con tanques y artillería desde la mañana en una ofensiva que dejó al menos cuatro muertos, dijeron voceros de los sublevados y varios residentes, informó la cadena CNN.

Las fuentes rebeldes admitieron hoy que la ciudad fue retomada por el gobierno, aunque dijeron que siguen hostigando a las tropas con ataques del tipo de una guerrilla urbana, no para vencerlas sino para mantener la presión mientras intentan reagruparse.

Más al este, combatientes rebeldes dijeron que comenzaron a fortificar hoy Ajdabiya contra un posible asalto a gran escala de las fuerzas de Gadafi, que por la madrugada bombardearon la crucial ciudad del noreste del país.

Un portavoz insurgente, Ahmed al-Zwei, reportó enfrentamientos “intermitentes” en un tramo de ruta entre Ajdabiya y el puerto petrolero de Brega, 80 kilómetros al Oste.

Ajdabiya es crucial para controlar rutas que corren por la costa mediterránea hacia Brega, desde donde los rebelde se abastecen de petróleo, Bengazi, la capital de los sublevados en el este del país y, más al este aún, hacia el puerto de Tobruk.

En París, el Grupo de los Ocho países más ricos (G-8) seguían hoy sin ponerse de acuerdo sobre una intervención militar en Libia a favor de los insurrectos, dijo el canciller francés, Alain Juppe.

“Hasta ahora no los convencí”, dijo Juppe a la radio Europe 1, en referencia a conversaciones de los cancilleres del G-8 en la capital francesa sobre la zona de exclusión aérea sobre Libia.

La idea de la zona de exclusión aérea es impulsada por Francia y el Reino Unido, y el sábado recibió el aval de la Liga Arabe.

El Consejo de Seguridad de la ONU discutió ayer la iniciativa a puertas cerradas pero sin llegar tampoco a ningún acuerdo.

Estados Unidos, Rusia, China y Alemania se muestran reacios a implementar la exclusión aérea, que haría necesario una campaña de bombardeos para destruir la Fuerza Aérea de Kaddafi.

El levantamiento armado contra Gadafi comenzó el 15 de febrero, y en sus primeros días los rebeldes tomaron varias ciudades en el oeste y este libio, y comenzaron a avanzar desde Bengazi hacia el oeste en dirección a Trípoli, el bastión del líder libio.

Pero las fuerzas de Gadafi, mejor equipadas y con aviones, lanzaron una ofensiva la semana pasada que hizo retroceder a los insurgentes unos 200 kilómetros hacia el Este.

Las tropas gubernamentales están ahora a tan sólo 170 kilómetros de Bengazi, la segunda ciudad de Libia, con una población de un millón de personas.

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