Dilma Rousseff volvió a denunciar un golpe de Estado y prometió que seguirá luchando

Tras la apertura del juicio político, que suspendió su mandato, la presidenta alertó que "esta en juego el futuro de Brasil" y aclaró que seguirá trabajando para demostrar su inocencia. Cómo sigue el proceso que puede terminar con la destitución de Rousseff Aprobaron el impeachment contra Dilma y mercados esperan cambios económicos  

"Es un día muy triste", reconoció Dilma Rousseff, tras haber sido suspendida por el Senado como presidenta de Brasil.

Dilma habló en el Palacio del Planalto y minutos después lo hizo afuera hacia sus seguidores del PT, junto al ex presidente Lula Da Silva.

Vestida de blanco, la presidenta insistió en que la apertura del proceso de juicio político -que la obliga a dejar el poder durante 180 días- es "un golpe de Estado", y alertó que "está en juego el futuro de Brasil".

"Pude haber cometido errores, pero no cometí ningún delito", remarcó y luego, al hablar frente a sus seguidores, aclaro que "no soy una mujer que acepte chantajes".

 

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