Falsificados: el temible competidor oculto

Más empresas advierten a sus consumidores sobre la importancia de verificar la autenticidad de los productos.

Los productos falsificados no solo pueden representar un peligro para la salud y la seguridad del consumidor, también significan grandes pérdidas a las empresas. Ante su proliferación por la suba de precios, las marcas del mercado minorista (como también de indumentaria y otros sectores) comienzan a diseñar estrategias para que la problemática disminuya. Entre ellas se encuentra el reto de saber prevenir o informar sobre los artículos falsos, sin que lleve a los usuarios a la desconfianza y, finalmente, a no consumir el producto original, por el hábito conocido como el "por las dudas".

Siendo el comercio de productos falsificados y pirateados un negocio que tiene un impacto económico mundial de 338.000 millones de euros, según la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos, las firmas, primero, toman consciencia del problema: "Hay una batalla librada por las empresas en cuanto a la falsificación de sus productos. Desde varios sectores industriales se implementaron medidas tendientes a atenuar los estragos generados por productos falsificados", afirma Nancy Maltagliatti, profesora de la Licenciatura en Comercialización de Fundación UADE.

Según datos ofrecido por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios en la ciudad de Buenos Aires, en septiembre se registró un aumento en las falsificaciones o casos de piratería de 4,22% respecto a julio con un total de 592 casos, pero, en comparación a 2015, hubo una merma de 52,9%. Esta baja, acompañada por la disminución de un 41,7% de la venta ilegal callejera en la Ciudad de Buenos Aires, fruto de numerosas acciones del gobierno porteño que hacen frente a los artículos apócrifos, en especial indumentaria.

Estrategias de las empresas

Maltagliatti revela que muchas empresas "han optado por introducir hologramas o sellos distintivos que aseguren a los consumidores estar comprando productos originales con el debido respaldo de las empresas". Por otra parte, asegura que las compañías también, en pos de proteger la calidad de sus productos, "brindan ciertos tips que permitan identificar las falsificaciones. En muchos casos piden a sus clientes denunciar los productos falsos".

También, se encuentra la realización de campañas de prevención. Uno de los ejemplos, es el de la Asociación Industrial de Artículos de Limpieza Personal, del Hogar y Afines (Alpha), una cámara que representa a un amplio universo de productos, que incluye jabones de tocador en todas sus presentaciones y todos los productos de uso domésticos (domisanitarios). Miguel Ángel Queraltó, presidente de la entidad, manifiesta a El Cronista que, desde la organización, buscan "alertar a los consumidores sobre la importancia de comprar productos de limpieza en lugares establecidos y no en la vía pública y así, como enseñar a identificar los productos falsos".

Entre los últimos de los casos emblemáticos de productos de limpieza adulterados, está el allanamiento de una fábrica que falsificaba jabón líquido Ariel, la marca que pertenece a la multinacional Procter & Gamble. A mediados de agosto, en Tortuguitas, la policía de la provincia de Buenos Aires incautó una suma de 25.000 litros de jabón adulterado y 4000 litros envasado para la venta.

Recomendaciones

El mensaje de las empresas a los ciudadanos va más allá de las advertencias. Dentro del mismo, también incluye recomendaciones para verificar si un artículo es falso. Queraltó, por ejemplo, aconseja que además de "comprar siempre los productos de limpieza en lugares establecidos como hipermercados, supermercados o mayoristas autoservicios autorizados", es importante "verificar las etiquetas".

Por otra parte, para los usuarios frecuentes de alguna marca en especial, recomienda "verificar el color del producto" y, por último, "hacer bien las cuentas", ya que muchas veces, el "consumidor encuentra un producto aparentemente más barato que su versión original, pero al final gastará más".

La profesora de la Fundación UADE, por su parte, sostiene que estas medidas, sin dudas, "van acompañadas de acciones de comunicación cuya finalidad es educar a los clientes para poder distinguir los productos originales de los falsificados" y por lo que, de ese modo, los consumidores, "se transforman en verdaderos especialistas en el tema de determinar artículos falsificados".

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