Rescatando a los clubes de barrio

La situación de las entidades de fomento deportivo dista de sus orígenes, cuando eran protagonistas de los vínculos sociales y la integración vecinal. Golpeados por cambios de hábitos, sus dirigentes buscan alternativas para adaptarse a los nuevos escenarios. Testimonios de sus protagonistas y representantes gubernamentales.

Para muchos, el club de barrio es un templo cargado de recuerdos y afectos. Estas instituciones cumplían y cumplen al día de hoy la función materna-paterna de contener y educar a cada generación que pasa por su seno. Y, si los clubes son padres, las municipalidades serían padres de esos padres.

Para el intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, los clubes son "el corazón de los barrios" porque, según describe a El Cronista, "cumplen una función social indispensable al ser lugares de contención e inclusión para los chicos". El deporte, la diversión y la incorporación de valores son, quizás, los pilares más notables. Sin embargo, la situación actual de los clubes no es la mejor, no para quienes recuerdan los años dorados. Fueron necesarias varias gestiones gubernamentales y una tradición mermada para llegar al punto en que se encuentran en la actualidad.

Federico Chiapetta, profesor de Educación Física y subsecretario Deporte de Mendoza, explica que muchas entidades se transformaron en clubes de servicio, pero que ya no existe el sentido de pertenencia. Según dice, son ni más ni menos que "un instrumento social por excelencia" cumpliendo una función que "ni el mismísimo Estado" puede superar.

En consonancia, para el diputado Manuel Mosca, presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, la presencia de los clubes de barrio de cada uno de los municipios es fundamental "porque significan un lugar de encuentro para los jóvenes donde pueden desarrollar un espíritu deportivo y, a través del deporte, encontrar una manera de tener el valor del esfuerzo, de la auto superación y, sobre todo, la posibilidad de tener una vida sana, lejos de los riesgos que hay en la calle y de las adicciones".

"Los pibes de los barrios menos pudiente tienen posibilidades en estos clubes. Es deber de los municipios su apoyo y sostén", afirma Leandro Martin, quien es concejal de San Isidro y a su vez miembro de la Comisión Directiva del Club Social Boulogne. Además, reconoce el valor que tienen en la formación, no solo en lo deportivo, sino también en lo moral. "Lamentablemente, como consecuencia de que los municipios no están presentes en los clubes, los pibes terminan en la calle".

Sombras en el patio

En la actualidad, hay clubes que se han sumido en las sombras. Lo que desvela a los actores que llevan adelante a fuerza de pulmón las actividades, más allá de las instituciones en sí, es el espacio que brindan para miles de chicos alrededor de los aproximadamente 4.500 clubes del país. Las autoridades municipales de Puerto Madryn explican que allí, en el sur, el principal problema de los clubes de barrio "es la imposibilidad de crecer debido a que no se forjan como una asociación civil", sostiene Diego González, subsecretario de Deportes del Municipio de Puerto Madryn. La ciudad creció, nacieron estos espacios, pero la gente es reacia a formalizar, explican desde el municipio, y además empatizan con los clubes admitiendo que el nuevo código civil encarece el costo de los trámites necesarios para acceder a sus derechos.

En este sentido, Mosca detalla que los principales problemas de los clubes de barrio tienen que ver con problemas edilicios, de infraestructura y, además, con el ámbito legal. "Muchas veces se les dificulta tramitar la personería jurídica y eso hace que sea más difícil el acceso a subsidios", advierte.

Diego Indycki preside la Unión de Clubes de Barrio de Quilmes, la cual tiene adheridos alrededor de 90 clubes entre sociedades de fomento, centros de jubilados y otros. La misma nació en 2012 de la mano de Claudio Rial, referente de la temática, quien convocó a distintos actores interesados en fortalecer la salud de los clubes. Indycki explicita que "hay un montón de requisitos" en la ley que el 70% de los clubes bajo la unión no reúnen porque hay un atraso histórico en temas de personería jurídica. Su descripción del problema se alinea con la que hacen desde Puerto Madryn y el planteo de Mosca: "Con el nuevo código civil lo que piden, ahora, es que pasen por escribano público y eso sale más plata". También se agregan problemáticas comunes como la titularidad de las tierras y la dificultad para acceder a créditos bancarios. "Un club que quiere comprar un freezer en cuotas lo termina haciendo a través de un particular", lamenta Indycki.

En tanto, el subsecretario de Deportes de Mendoza afirma que la provincia cuenta con 380 clubes registrados, aunque se calcula que hay 200 adicionales en departamentos alejados a la capital mendocina, que no se registran por cuestiones que implican "papeleo" y trámites: "El interior ha sufrido abandono por ausencia del Estado".
 

Leandro Martin, concejal de San Isidro, grafica la situación de los clubes a través de su experiencia como miembro de la Comisión Directiva del Club Social Boulogne. "Conozco casos de familias que tienen varios chicos y tienen que pelear por las cuotas", menciona. Si bien se trata de cuotas sociales cuyo valor ronda los $ 40 o $ 50, hay familias con prioridades más urgentes, como la alimentación.

"Antes, cuando se organizaba una jornada de fútbol municipal, era la responsabilidad de la municipalidad hacerse cargo de los honorarios del referí del encuentro. Ahora ni siquiera se cubre eso", ejemplifica Martin.

Las tarifas, tema aparte

Los tarifazos en los servicios públicos impactaron fuertemente. Algunos clubes pasaron de pagar una cuota bimestral de luz o gas de $ 2.000 a una mensual de $ 12.000 en cuestión de meses. Algunos están "mejor parados", dado que cuentan con auspiciantes grandes, pero son la minoría. El concejal señala que, siendo San Isidro uno de los municipios más prósperos, hay muchos que quedan fuera de la asistencia. "Lamentablemente, está de por medio el favoritismo político sobre algunos clubes", explica, al ser consultado acerca del involucramiento del municipio, y agrega que, si bien hay clubes que reciben, en algunos casos, se trata de "ayuda superficial".

Atento a las críticas, en julio de 2016, el presidente Mauricio Macri anunció, en el Club Atlético Social y Deportivo Juventud Unida de Llavallol del partido bonaerense de Lomas de Zamora, la devolución del 40% de la factura del servicio de electricidad para los clubes de barrio con retroactividad al 1 de abril de ese año. Este podría ser aprovechado por clubes de barrio que cuenten con menos de 2.000 socios y más de 50. Carlos Mac Allister, secretario de Deportes de la Nación, anunció que la medida sería para todos los clubes que "estén en el registro", y agregó -en la rueda de prensa- que esto permitiría "ordenar a los clubes argentinos porque, en general, no tienen personería jurídica, no tienen los balances al día", entre otras irregularidades.

Con la medida, surgió una problemática: la falta de "papeles" de muchos clubes. Una de las tareas primordiales que llevan a cabo las secretarías de deporte y las asociaciones de clubes de todo el país es incentivar y asistir a los clubes a tener los papeles "al día" para que accedan a sus derechos.

La unión hace la fuerza

Acludepa es la Unión de Clubes Deportivos de Paraná, y nuclea alrededor de 100 clubes de la ciudad entrerriana desde hace más de 20 año. Desde esta asociación, asisten a los clubes y los representan. María Correa, titular de la entidad explica a El Cronista que una vez por mes los representantes de los clubes de barrio se reúnen para intercambiar experiencias y hacer un seguimiento de la situación particular de cada club. Para los clubes de Paraná el tarifazo fue un obstáculo duro, asegura Correa. Y, para hacer frente a este aumento, resulta esencial presentar la documentación al día. De las 4.500 instituciones que abarcaba el subsidio, apenas unas 800 pudieron acceder en un primer momento; las que quedaron fuera pelean, en la actualidad, por presentar la documentación completa. Aquí la importancia de las uniones entre clubes y el seguimiento que llevan a cabo para asistir a los "perdidos" entre los papeles, pero no por eso, descuidados en sus tareas sociales.

En tanto, el subsecretario de Deportes de Mendoza reconoce que, en su provincia, lo que más demora a la hora de acceder a los subsidios "es el papelerío".

Desde la Unión de Clubes entrerriana, la prioridad está con los más necesitados, donde hay faltantes importantes de baños o vestuarios que "hacen a la dignidad del club". Muchas veces, cuenta Correa, los más consolidados se solidarizan con sus pares más carenciados. En esta unión llevan a cabo, además, campañas y concientización sobre violencia de género en deportes femeninos.

A pesar de los esfuerzos impresos por la asociación entrerriana, Correa confiesa que, si bien se ha logrado regularizar la situación del 90% de los clubes, aún hay demoras para cobrar el 40% prometido desde la Nación con retroactivo al primero de abril del año pasado. En este sentido, la presidente de Acludepa menciona el rol del gobierno de la provincia, el cual asistió en "un porcentaje mayor" a los clubes a través de la Federación Entrerriana de Clubes, creada hace dos años.

Indycki, por su parte, explica que la función más importante que llevan adelante con los clubes son acciones que van desde el asesoramiento jurídico y contable, hasta asesoramiento en la organización de eventos para recaudar fondos y así costear reparaciones en baños e infraestructura básica. "La situación en muchos casos es crítica", descarga. La unión está conformada por todo tipo de clubes, "los hay consolidados ubicados en zonas céntricas y carenciados de zonas periféricas donde no existe la cuota social, donde se usa el club más como contención social".

Terapia de pareja

La relación entre clubes y organismos del Estado debería ser muy cercana, dado que las entidades de barrio sirven por sí solas como integradores de la sociedad. "Desde la Cámara de Diputados, queremos trabajar junto a estas instituciones, recorrerlas y apoyarlas, porque es un valor central poder aportar nuestro granito de arena, y complementar la tarea fundamental que llevan a cabo en la sociedad, conteniendo, formando y ayudando a los chicos a salir de la calle", sostiene Mosca.

"Los clubes no tienen por qué vivir del Estado -apunta Chiapetta, defendiendo la integridad de los mismos- siempre han tenido su autonomía". El funcionario afirma que, desde su lugar como subsecretario de Deportes, "el trabajo más importante está en los barrios marginales" donde no hay clubes y a través del apoyo que se les da a los municipios. Y añade que hay una gran demanda, "muchos clubes piden ayuda", y eso, para él, tiene un lado bueno y otro malo: "Es bueno porque saben que está el Estado. Lo malo es que no nos alcanza el presupuesto para asistirlos a todos".

El dilema de enseñar a pescar o dar el pescado no es excluyente en este ámbito. "No se trata de tirar la chequera"; desde el Gobierno nacional hay asistencia para suplir materiales deportivos. Se trata de presupuestos acotados, "pero son de buena ayuda", reconoce Chiapetta, y proyecta que el objetivo final es que el Estado asista y se vaya retirando de a poco "a medida que los clubes de ponen de pie por sus propios medios".

El presidente de la unión de Quilmes expone una realidad incómoda en cuanto al uso por parte del Estado de las instalaciones de los clubes. "Tanto los municipios como la Provincia de Buenos Aires, cuando necesitan usar las instalaciones de los clubes, no piden los papeles", advierte Indycki, indignado ante la falta de coherencia: "Para acceder a los subsidios, sí; pero, para usar las instalaciones, no".

¿Cómo se puede resolver? Una solución al problema de los papeles, afirma, sería a través de una amnistía administrativa para todos los clubes. "Si la institución no la cumple, que el convenio caiga. Pero es importante que empiecen todos de cero", explica Indycki, y remata exponiendo que, en algunos casos, "hay oportunistas que se han quedado con clubes y los gestionan como emprendedores privados", una idea alejada de la del vocero de los clubes de barrio de cómo debería funcionar un club.

Municipios de local

Chiapetta explica a El Cronista de qué manera se vinculan desde la provincia para asistir a los clubes: "Trabajamos con los municipios porque son ellos quienes conocen mejor el territorio". Los planes se tratan en equipo y sin distinción de color político, con intendentes y directores de Deporte. A la hora de brindar asistencia, es muy importante tener en claro la influencia o utilidad social que tenga un club. Por ejemplo, de acuerdo a su ubicación estratégica o la cantidad de chicos que asisten.

En Morón, se creó el Fondo de Fortalecimiento Institucional para otorgar subsidios a clubes, sociedades de fomento y otras organizaciones del distrito. Desde julio de 2016, las entidades financieras de Morón pagan una sobretasa impositiva y ese dinero se destina a una ayuda económica para estas instituciones: "El Fondo se compone de un subsidio mensual para los gastos habituales de los establecimientos y otro aporte destinado a obras específicas que cumplan con distintos requisitos. Además, ponemos a disposición de los clubes un e-quipo de profesionales como contadores y arquitectos para cooperar con ellos". En Puerto Madryn, imple- mentan sus políticas de asistencia a los clubes a través de gestiones de espacios y personal. "No somos de la i-dea de entregar elementos, salvo en casos donde las actividades recién se inician. Eso lo pueden hacer los privados, nosotros debemos hacer acciones que ni el privado ni el club pueden hacer", señala González.

Si bien la asistencia del Estado resulta importante en situaciones de crisis, los clubes siempre han sabido encontrar su plenitud en los valores y la necesidad afectiva de la sociedad de relacionarse a través de actividades deportivas. Quizás sea la conexión con sus orígenes el ingrediente vital que devuelva a los clubes su razón de ser. El foco de atención de los ciudadanos podría ser la luz que active la semilla enterrada.

Subsidio millonario

El plan Clubes Argentinos, con el que el Gobierno nacional busca fortalecer a instituciones deportivas y sociales, lleva repartidos casi $ 250 millones en subsidios desde su lanzamiento en febrero de 2016. "Hay más o menos 7.000 clubes registrados, de los cuales 3.700 pueden recibir el subsidio", comenta Carlos Mac Allister, secretario de Deportes de la Nación. El subsidio fue lanzado luego de que el aumento de tarifas dejara al borde de la quiebra a muchos clubes de barrio, centros de jubilados y otras entidades barriales. Enla práctica, el subsidio es un reintegro del 40% de la tarifa de luz, gas y agua.

Modernización

La mayoría de los clubes de barrio tienen canchas de fútbol, básquet o hockey. La energía que consumían de noche para iluminarlas causó un quiebre financiero cuando las tarifas se sinceraron. Por eso, más allá de los subsidios, algunos municipios están buscando modernizarse en este sentido. En San Isidro, por ejemplo, el Concejo Deliberante fomenta el Programa de Reconversión Lumínica para Clubes, por el que se solicita al municipio que lleve a cabo la instalación de luminaria LED en las canchas y campos de juego donde se realizan las principales actividades deportivas de cada club social del partido.

Cómo inscribirse

Los clubes de todo el país que lleven adelante acciones de promoción y desarrollo de actividades físicas y deportivas pueden acceder a los beneficios del programa Clubes Argentinos, un régimen de promoción creado a través de la Ley 27.098. La iniciativa, en la que también participan firmas privadas y entidades de la sociedad civil, se encarga de brindar apoyo económico para mejorar las instalaciones de la institución o adquirir material deportivo, además de los subsidios en las tarifas de servicios públicos. La inscripción se realiza en la web http://clubesargentinos.deportes.gov.ar.
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