Un tipo de cambio más depreciado hubiera permitido tasas más bajas

La liberación del cepo cambiario transitó sin grandes contratiempos, ya que para la oferta hubo una liquidación de dólares retenidos y para la demanda se pautó la salida en cuotas, y además coincide con el período del año donde la estacionalidad juega un poco a favor.

A mi juicio, con este nivel de tipo de cambio todavía hay atraso cambiario, obviamente que menos marcado.

Se ha vuelto a los niveles de principios de 2013 y la devaluación de los países vecinos, en especial Brasil, sugiere que está atrasado. El gobierno ha dado la señal de que no lo quiere por debajo de $ 13, pero no sabemos el techo porque no ha intervenido.

Un tipo de cambio más depreciado le hubiera permitido tasas de interés más bajas. Pero con la paritaria y los acuerdos de inflación pendientes, tenía sentido ir de manera más prudente y ver qué pasa a lo largo del año, ya que la balanza cambiaria es deficitaria en la segunda parte del año pero pueden ingresar dólares de inversión y de deuda si se arregla con los holdouts.

Si tenía que elegir entre una mezcla fiscal más dura, más depreciación del tipo de cambio y una tasa de interés más baja o una política fiscal menos dura, un tipo de cambio que se deprecia menos y tasas más altas, el gobierno se siente más cómodo con esta segunda opción. Me parece más sana la primera, pero entiendo las restricciones que tiene el gobierno, que está condicionado por las elecciones de medio término y decidió jugar a un escenario de financiamiento externo mayor al deseable.

La pauta fiscal anunciada elimina el déficit fiscal en cuatro años apostando a que la economía crecerá mucho por delante. La pregunta es qué hará el gobierno si la economía no crece al 4,5%. Creo que el año que viene la economía va a crecer, pero el contexto regional e internacional es adverso. Es una apuesta.

En la transición, lo que se lee de una tasa de inflación en descenso es una necesidad de deuda importante, que creo que será bastante deuda externa porque el mercado local es chico, lo cual es un riesgo porque implica un tipo de cambio más atrasado y en la posibilidad de endeudarse a tasas de interés razonables. Y aún no ha explicitado el plan de obra pública y cómo lo van a financiar.

En materia monetaria y cambiaria, veo hoy al BCRA con una emisión monetaria saludable, pero a costa de emitir deuda. El stock de Lebac empieza a crecer fuerte y la carga de intereses es importante y genera déficit cuasifiscal. El BCRA está deteriorado patrimonialmente, pero ese deterioro no se puede arreglar de un día para otro.

La política monetaria y cambiaria se maneja más fácil si el fisco está ordenado. La madre de todas las batallas es la política fiscal. Nadie sabe cuánta deuda está disponible para Argentina.

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