EL STOCK QUEDÓ EN U$S 213 MILLONES, EL M S BAJO DESDE EL MES DE ENERO DE 2012

Se desplomó un 50% el consumo en dólares con tarjeta de los argentinos

Por la devaluación, el recargo del 35% y, ahora, la fuerte caída del blue, la demanda de dólares para financiar los consumos con tarjeta está en su nivel más bajo en dos años

Respira Fábrega. Respiran quienes temen por la caída de las reservas del Banco Central. Es que el dólar turista es, por lejos, el menos demandado de la economía, lo que le da un margen de acción a quienes vigilan los dólares que ingresan del agro.


En plena liquidación de la cosecha, y cuando todos los cálculos apuntan a descifrar qué cantidad de billetes estadounidenses pueden quedarse a vivir en las bóvedas de la entidad monetaria rectora, el dato es que la demanda de dólares para financiar los consumos que hacen los argentinos en el exterior con tarjeta de crédito cayó 53%, si se calcula año contra año.


En lo que va de abril, el stock de consumos en dólares descendió a u$s 213 millones, según datos del Banco Central, cuando hace apenas un año esa cifra era de u$s 458 millones.


Incluso una comparación desde comienzos de año también arroja la misma tendencia, ya que en enero, el promedio de consumos registraba u$s 338 millones y en febrero, plena demanda por vacaciones, se alzó a u$s 372 millones.


Precisamente por esa fecha, la entidad que conduce Juan Carlos Fábrega introdujo un nuevo requisito para ordenar las ventas de dólares que los bancos les hacen a las agencias de turismo y éstas, a su vez, puedan proveer de servicios a no residentes, aunque el pago de los mismos provenga de una tarjeta de crédito emitida en el exterior, una transferencia o el pago cash en dólares, restricciones que ya había impuesto oportunamente la entidad para no generar salida de dólares de las reservas.


La caída del stock, explican en la City, tiene varios motivos. El primero es, sin duda, que el encarecimiento del 35% sobre la cotización del dólar ya había puesto un freno en los consumos.
A un mes de instalado el recargo, esa medida, impulsada por el Gobierno para frenar la salida de dólares por la ventanilla


del turismo, había desalentado a buena parte de quienes se mantenían expectantes con el fin de sacar ventaja de un escenario considerado impar.


El recargo de la AFIP formó parte del combo que puso en marcha el flamante jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, junto al ministro de Economía, Axel Kicillof, y el titular del Banco Central (BCRA), Juan Carlos Fábrega.


A ello se agregó la feroz devaluación efectuada a fines de enero, que llevó la cotización oficial del dólar a $ 8, lo que automáticamente puso al dólar turista en los $ 10,84 que hoy tiene.


Uno de los puntos centrales al que se viene dedicando buena parte de la política monetaria aplicada desde el Palacio de Hacienda hace referencia a la intención del Gobierno de achicar la brecha entre el llamado dólar turista (oficial más recargo del 35% a cuenta de Ganancias y Bienes Personales) y el blue, tomado como parámetro para realizar turismo en el exterior.


El argumento es que cuanto más amplia es la brecha, más generalizada es la sensación que se está subsidiando el tipo de cambio para hacer turismo, lo que lleva a un público atento a sacar partido de esta diferencia de cotizaciones y, por ende, a demandar mayor cantidad de dólares. Lo cierto es que, pese a la disparada que experimentó el blue en el arranque de 2014, durante las últimas semanas de 2013, Kicillof había logrado achicar la distancia, lo que desalentó el consumo fuera del país.


Ahora, esa brecha es mucho más pequeña, resultado de la fuerte ofensiva del Banco Central para restringir de pesos la plaza cambiaria mediante la suba de las tasas de interés sumado a un cuerpo normativo que obligó a las entidades financieras a vender buena parte de sus activos nominados en dólares, lo que acrecentó la oferta de billetes y restringió la demanda.


Hoy el tipo de cambio blue se encuentra en los $ 10,38, lo que arroja una diferencia del 4% con respecto a los $ 10,84 que vale el dólar turista. Sin embargo, la diferencia entre el blue y el oficial es hoy del 29%, sensiblemente por debajo del promedio de los últimos años pero encima de las expectativas que guarda el Gobierno para una eventual medida de unificación del tipo de cambio.

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