Pelea holdout: claves para entender cómo Argentina quedó arrinconada por los buitres

El proceso legal culminó a fines de junio, cuando la Corte Suprema norteamericana rechazó la apelación argentina. A partir de allí, el juez Griesa designó al mediador Pollack para supervisar las negociaciones, que no dieron su fruto hasta el último día en que la Argentina podía entrar en default. Así, las partes dieron comienzo a un nuevo capítulo con la idea de reponer la medida cautelar para que el país pueda cumplir con los holdouts cumplir con los intereses de la deuda canjeada

La reestructuración El juicio por la deuda pública en Nueva York forma parte de una larga batalla legal iniciada por acreedores que exigen el pago de bonos en default. Los títulos de deuda argentinos fueron emitidos conforme a un acuerdo que le otorgaba a todos los bonistas los mismos derechos jurídicos, lo que se conoce como cláusula pari passu. Los bonos cayeron en default con la crisis de 2001, por lo que el país ofreció a los tenedores de estos títulos dos canjes de deuda en 2005 y 2010, que finalmente obtuvieron una adhesión del 93% del total de acreedores e implicaron quitas de hasta el 65% de capital y ahorros de intereses. Luego, los bonistas que no aceptaron las condiciones de los canjes (holdouts) decidieron entrar en litigio contra la Argentina. El más representativo de ellos es NML Capital que junto a otras entidades compraron bonos en default, en gran medida luego de finalizados los canjes, y recurrieron a la justicia de Estados Unidos reclamando el pago del 100% de sus acreencias, alrededor de u$s 1.300 millones. La etapa judicial El 7 de diciembre de 2011 el Juez Thomas Griesa falló a favor de los fondos NML Capital, Aurelius Capital, Olifant y 13 bonistas individuales. Resolvió que la Argentina había violado la cláusula pari passu y le ordenó pagar la parte que correspondía a los tenedores de bonos en default, al mismo tiempo, o anticipadamente, que pagara intereses de la deuda que emitió como parte de los canjes de 2005 y de 2010, extendiendo la orden a todas las partes involucradas, directa o indirectamente, en el asesoramiento, preparación, procesamiento o facilitación de pagos de los nuevos bonos. Argentina apeló esta decisión ante la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito. Sin embargo, este tribunal confirmó el 26 de octubre de 2012 las órdenes emitidas por el juez Griesa, por lo que declararó que la Argentina había violado la cláusula pari passu. La Argentina presentó ante la Corte Suprema de Estados Unidos su apelación a la sentencia, pero el máximo tribunal rechazó tomar el caso el 16 de junio y ratificó la sentencia de Griesa. La medida cautelar El resultado fue el peor para el Gobierno, ya que buscaba estirar los plazos judiciales y sortear una sentencia negativa este año para evitar la aplicación de la cláusula RUFO - que le impide a la Argentina ofrecer a los holdouts condiciones más favorables que los acreedores que aceptaron entrar en los canjes -cuyo vencimiento es en diciembre de 2014. Luego de esta fecha, la Argentina estará menos limitada para negociar. Luego de haber recibido semejante noticia, toda la atención oficial quedó puesta en la medida cautelar, llamada stay en la jerga judicial norteamericana, que había congelado la orden judicial de la cámara a la espera de la decisión de la Corte Suprema y permitía al país cumplir con los intereses de su deuda. Sin embargo, la medida cautelar fue levantada rápidamente por la Corte de Apelaciones, lo que dejó a la Argentina sin un paraguas legal para realizar el pago de los intereses de la deuda reestructurada. De hecho, el Gobierno pidió la reincorporación del stay al juez, que la denegó y en su lugar designó, el 23 de junio, al abogado Daniel Pollack para mediar en la negociación entre la Argentina y representantes de fondos buitres. Al borde del default Así empezó la etapa de la batalla mediática entre las partes. Entre solicitadas y artículos de opinión, la Argentina incumplió el 30 de junio con el pago del cupón correspondiente a los bonos Discounts en dólares con legislación Nueva York por u$s 536 millones. Aunque el Gobierno mostró voluntad para pagar a los bonistas, el Juez Griesa ordenó al Bank of New York (BoNY) - la entidad financiera encargada de librar los pagos a los acreedores - que no gire el pago que había sido depositado en la cuenta BoNY en el Banco Central. Transcurrieron los días y sin un avance concreto con los holdouts, el gobierno argentino quedó al borde de entrar al default. El período de gracia termina hoy, es decir, el evento de una cesación de pagos. Pero al cierre de esta edición, la idea de un acuerdo estaba instalada y las partes se encontraban delineando un arreglo para evitar caer en default, que no se dispare la cláusula RUFO y complacer a los holdouts para que éstos, avalados por Pollack, pidan al juez el
levantamiento de la medida cautelar. De esta manera, la Argentina podrá cumplir con sus obligaciones y evitar caer en default.
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