Blanqueo: desde el año 2000, unos 13 países repatriaron fondos, pero a cambio el gobierno les puso un impuesto

A partir de junio, y durante 3 meses, el Gobierno permitirá que aquél que tenga fondos no declarados los deposite. A cambio no sólo no cobrará impuestos sino que pagará una tasa de interés. Eso sí: a partir de ese momento, lo declarado deberá tributar al Fisco. La experiencia en otros países buscó recuperar recursos, pero dejó en claro que aquél que no paga impuestos, debe pagarlos en algún momento

En los últimos 13 años, por lo menos unos doce países han encarado amnistías fiscales, algunos tres veces. Pero, a diferencia de Argentina que esta vez ofrece títulos con renta a cambio de dólares, en todos ha tenido un costo de por lo menos un 2%, según un relevamiento del socio de Price Waterhouse Andrés Edelstein y El Cronista.
Italia fue el pionero y el que mayor cantidad de blanqueos lanzó desde entonces: tres en nueve años. A fines de 2001 permitió normalizar sólo los activos en el extranjero a cambio de un impuesto del 2,5% o suscribir un título público a diez años y una tasa de interés del 1,9% anual por el 12%. El secreto se reducía a las esferas tributaria y administrativa, pero no al ámbito penal o del lavado de dinero y terrorismo. Se superaron las expectativas al repatriar 59,6 mil millones de euros, y el fisco recaudó 1,5 millones.
Luego, en 2003 reabrió el acogimiento. Allí se repatriaron 19,4 mil millones de euros y se recaudó 48,5 mil euros con fondos provenientes principalmente de Suiza, Alemania y Luxemburgo. Y en 2009, enfrentando fuertes críticas, el primer ministro Silvio Berlusconi implementó una nueva amnistía fiscal para activos en el exterior hasta diciembre de 2008, que implicó un ingreso de 95 mil millones de euros y una recaudación de 5.000 millones.
En España, el gobierno conservador de Mariano Rajoy sorprendió al anunciar la primer amnistía fiscal en 20 años (la segunda desde 1975) para sortear su desequilibrio presupuestario. Hasta el 30 de noviembre pasado los contribuyentes podían declarar activos o ingresos en negro anteriores a diciembre de 2010 por un impuesto del 10%. Sin embargo, el fisco de recaudó la mitad de lo previsto, 1.500 millones de euros.
Europa reúne otres seis casos de blanqueo, un reflejo de la crisis económica que vive la región. Grecia aprobó en 2010 una exención para las ganancias no declaradas en los diez años anteriores a diciembre de 2009 contra un 2% sobre las ganancias brutas y, sobre ello, una tasa progresiva del 20 o 25% dependiendo del volumen.
Hungría tuvo dos amnistías fiscales, una en 2008 y otra en 2012, para repatriar fondos en paraísos fiscales. En 2008 dio un descuento del 75% del impuesto a la renta sobre los dividendos y ganancias de capital generados por sociedades extranjeras, siempre que mantuvieran invertido el 50% de los fondos en bonos del gobierno por dos años. En junio de 2012 favoreció la repatriación de dinero de bancos extranjeros; la nacionalización de empresas húngaras en manos de entidades offshore, y la adquisición de inmuebles, vehículos o acciones, a cambio de un impuesto del 10%. Se repatriaron 212 millones de euros.
El Reino Unido permitió en 2007 repatriar inversiones pagando los tributos correspondientes, pero con una multa mínima del 10% del impuesto omitido. Obtuvo un 20% de lo previsto, 400 millones de libras.
En 2004, Bélgica aprobó la repatriación de inversiones a cambio de un impuesto del 6% o del 9% de sus ahorros no declarados. Quienes no regularizaban su situación se enfrentaban a una multa del 100% del impuesto omitido. Pero el resultado fue peor al esperado.
En forma similar, Portugal propició la repatriación de fondos en 2005 mediante un impuesto del 2,5% si los fondos eran invertidos en un bono soberano o del 5% en caso contrario.
Alemania lanzó una moratoria fiscal en 2004 con pocas ventajas: se tributaba el 15% de la ganancia no declarada entre 1993 y 2002 y las donaciones y herencias tributaban un 5%. Quizá por ello recaudó una quinta parte de lo previsto.
También, Rusia. En marzo de 2007 comenzó una amnistía fiscal de 10 meses que permitía a las personas físicas regularizar el impuesto a las ganancias. Se pagaba el 13% de la ganancia no reportada sin necesidad de detallar el origen, tipo y montos de renta ni de establecer contacto alguno con los inspectores fiscales. El gobierno de Vladimir Putin esperaba recibir buena parte de los u$s 160 mil millones que se estima fueron al exterior tras el colapso de la Unión Soviética, pero recolectó u$s 1.150 millones y recaudar u$s 150 millones.
Sudáfrica entendió que en 2003 había un ambiente político y económico estable para que los individuos repatriaran capitales y regularizaran su situación fiscal (un impuesto del 2% sobre la ganancia omitida) y cambiaria (un 5% sobre el valor del activo extranjero si se repatriaba o del 10% si permanecía en el exterior). Ingresaron cerca de u$s 7,6 mil millones a la economía sudafricana.
México tiene vigente un programa para ponerse al corriente con el fisco que condona el 80% de los impuestos federales y hasta el 100% de multas declarados al 31 de mayo. Y tuvo vigente en 2005 un mecanismo de repatriación de inversiones indirectas en el exterior mediante un impuesto sólo sobre el 25% de la ganancia imponible.
Brasil, a fines de 2008, propició la repatriación de activos mediante el pago de un impuesto único del 4%, si los fondos son aplicados al financiamiento de obras de infraestructura u otras inversiones específicas, o del 8%, en los restantes casos. Las empresas podían adherirse pagando un 10% de impuesto a la renta y 8% de contribución social.
Y EE.UU. lanzó programas bastante menos ventajosos en términos de condonaciones y beneficios que los observados en otros países. Por ejemplo, el de 2003, voluntary offshore disclosure initiative, que no contemplaba una condonación impositiva, pero ofrecía como incentivo la aplicación de la multa mínima del 20% y la liberación de la acción penal.

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