SI SE TOMA EL DÓLAR PARALELO, LA RELACIÓN SALTA DEL 45% AL 72% DEL PRODUCTO

El dinero de los argentinos fuera del sistema financiero llega al 72% del PBI

La cifra representa casi u$s 200.000 millones: el equivaalente a cinco veces las reservas del Banco Central. En siete años se duplicó la cantidad de divisas que hay fuera de los bancos

De cada diez argentinos que tienen ahorros, menos de tres eligen invertirlos en el sistema financiero local. Por miedo o por precaución, la mayoría se siente más cómodo poniendo la plata en una caja de seguridad, en el colchón o refugiándose en la compra de un inmueble. Otro segmento de la población prefiere convertir sus pesos en dólares y mandarlos al exterior, ya sea a plazos fijos, títulos públicos o bonos.
El stock de activos externos del sector privado no financiero es superior a los u$s 190.000 millones, lo que representa un 45% del PBI: cifra idéntica al total intermediado en Argentina. La formación de esos ahorros en moneda dura y por fuera del sistema financiero fue creciendo a lo largo del tiempo. Partió de 28% en 1996 para llegar a 34% en 2000 y trepar hasta 45% en 2012. Con una salvedad: al 45% del PBI de ahorros no intermediados se llega utilizando el tipo de cambio oficial, también llamado dólar para nadie


Si se utilizase el tipo de cambio paralelo, o el dólar para todos y todas, la relación ascendería a 72% del PBI.


En consecuencia, una proporción significativa del ahorro de los argentinos no se encuentra intermediada, sino que fue canalizada a través de mecanismos que esquivan la industria de servicios financieros. Esto afecta lógicamente las posibilidades de desarrollo del mercado de capitales por restricción al acceso de recursos, que naturalmente y en alguna proporción deberían canalizarse a través de ese mercado, advierte Fernando Baer, director de Bconomics.


Más del 60% de los ahorros intermediados de la sociedad están canalizados a través de los bancos. Esa proporción era superior al 80% en 1996. La introducción del régimen de AFJPs en 1994 fue generando otro tipo de ahorro, cuyos fondos acumulados en manos actualmente del Fondo de Garantía de Sustentabilidad representan el 24% del total. Resta una pequeña porción para los fondos comunes de inversión y seguros. Por lo tanto, se puede apreciar que la industria financiera en Argentina está basada en bancos, y en mucho menor medida, en el mercado capitales.


Por construcción, el sistema bancario enfrenta restricciones prácticas, regulatorias y de riesgo, para sustituir el rol del mercado de valores como oferente flexible de fondos. Puede completar la operatoria del mercado de capitales (en especial en los segmentos de financiación de corto plazo, donde pueden transformarse en competidores directos), pero nunca sustituir, alerta Baer.


A su juicio, el mercado de capitales argentino se encuentra claramente subdesarrollado, tanto en términos de profundidad como de liquidez. Basta fijarse en las capitalizaciones de acciones de distintos mercados en relación al tamaño de sus economías (PBI). La Argentina se ubica última en la tabla, en una muestra que incluye países de la región, otros en desarrollo y desarrollados. En 2012 la relación fue 8%, superada ampliamente por países de América del Sur como Perú (51%), Brasil (54%) y Chile (121%). Nuestro país también fue superado por otros países en desarrollo, como Indonesia (48%), Filipinas (95%) y Malasia (152%).


Otra de las maneras de medir la profundidad del mercado de capitales son los volúmenes negociados. Por ejemplo, puede existir un mercado con un elevado ratio de capitalización, pero con volúmenes negociados bajos. En este caso, Argentina apenas alcanza un volumen de negocios de 0,5% del PBI. El caso del mercado de Estados Unidos representa el contraejemplo extremo, con un volumen negociado de 148%, con ratio de capitalización inferior, de 119%.

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