El Banco Central ya devolvió a la calle $ 45.000 millones que había aspirado

La entidad que conduce Alejandro Vanoli no sólo no retira pesos en sus licitaciones semanales de Lebac. Además recompra letras con las que había mantenido a raya la emisión en el pasado. Lo hace para que haya pesos en el sistema para impulsar al crédito y fondear los bonos que coloca el Tesoro.

El principal instrumento con el que cuenta el Banco Central (BCRA) para moderar la cantidad de pesos que circula por la calle, las letras Lebac que coloca cada semana, cambiaron radicalmente de rol en los últimos meses. En lugar de usarlas para "aspirar pesos" del sistema la entidad que conduce Alejandro Vanoli las ha utilizado en los últimos seis meses para hacer todo lo contrario: volcar casi $ 45.000 millones al sector financiero con el objeto de fogonear el crédito y financiar al fisco por una vía alternativa.

Cada martes el BCRA licita letras y notas con las que regula la masa monetaria. Por una tasa, se las coloca a los bancos a cambio de los depósitos que estos no logran ubicar como crédito. La operación tiene efecto monetario: cuando capta más fondos de los que vencen por letras colocadas en el pasado la base monetaria se contrae, mientras que de lo contrario se expande.

Desde julio a esta parte los hombres de Vanoli se han mostrado displicentes en esta tarea. A pesar de una inflación que el Índice Congreso calcula en el 25,9% acumulado en doce meses y el IPCNu oficial en 14,7% en el mismo plazo, el BCRA hizo honor a las convicciones oficiales respecto de la dinámica de precios y decidió inyectar $ 7.363 millones en julio, esterilizar $ 3983 millones al mes siguiente y expandir la base en otros $ 4424 millones en septiembre.

Pero no sólo en sus licitaciones semanales el BCRA ha estado haciendo esfuerzos expansivos con las Lebac. También en el mercado secundario la autoridad monetaria se dedicó a una intensa campaña de recompra de buena parte de las letras que había emitido en un principio.

El mes pasado fueron $ 6396 millones los pesos que devolvió a la calle al recomprar letras y, en los últimos seis meses hasta el cierre de septiembre, el monto de pesos lanzados al sistema por esta vía llegó a los $ 44.955 millones, según datos del Estudio Broda.

"Lo hace para generar crédito y garantizar el fondeo para los bonos con los que el Tesoro financia el déficit", explicó Juan Manuel Pazos, analista de ese estudio. La diferencia entre ingresos y gastos de la administración pública hace que el Tesoro deba cubrir este año necesidades de pesos por casi $ 400.000 millones. El BCRA ayuda a juntar esa plata por distintas vías.

La primera, la más común, es a través de emisión monetaria para financiar al fisco. A través de adelantos transitorios, una suerte de préstamos en pesos, y la distribución de utilidades de utilidades ya le transfirió este año $ 93.609 millones en lo que va de este año.

El problema con las vías tradicionales es que tienen techo. La Carta Orgánica del BCRA establece un límite al stock de adelantos (proporcional al tamaño de la base y a la recaudación impositiva) que está en
$ 352.000 millones hoy. El stock de adelantos, mientras tanto, roza los 293.000 millones. El margen es poco.
"En el último trimestre del año falta que gire no menos de $ 85.000 millones más, y eso sólo si le gira lo mismo que el año pasado cuando este año viene girando 20% más", dijo Martín Polo de Analytica. "De ahí que recurra también a vías alternativas", agregó. Para restarle parte del peso al BCRA el Tesoro emitió este año 13 bonos en pesos por $ 74.794 millones. Esa deuda fue fondeada por el mercado, pero el BCRA tuvo que ayudar con sus Lebac para que hubiera pesos suficientes en la plaza. Por un lado, renunció a esterilizar pesos cada martes y, por el otro, debió hacer las recompras de esas letras.

Hoy lo que saca más pesos de la calle, paradójicamente, es la venta de dólares. Sólo en agosto y septiembre vendió $ 3318 millones, por los que recibió $ 30.958 millones que salieron de circulación.

"A este ritmo, la base crecerá 35% en el año, un nivel de emisión que convalidará una tasa de inflación por encima de la actual para el próximo Gobierno", dijo Nadín Argañaraz, economista del IARAF. Una encuesta hecha por FocusEconomics entre una treintena de analistas arroja que las estimaciones de inflación para el año próximo están en 33,6%, por encima del 27,1% que esperan para 2015.

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