Commodities: el azúcar es el activo de moda en los mercados financieros

Su valor casi se duplicó en los últimos doce meses y no se esperan grandes mejoras en el déficit entre producción y consumo mundiales para el año próximo

"La sal no sala y el azúcar no endulza", podría estar cantando Charly García, pero la realidad es que hoy el azúcar está endulzando los bolsillos de muchos productores e inversores que apostaron por una suba sostenida de sus precios en los mercados financieros.

Si se mide la rentabilidad del commodity, en los últimos 12 meses, la cotización en el mercado de Nueva York se incrementó ¡en un 90%!, y en Londres un 55%, lo que da la pauta de que la ganancia que se obtuvo invirtiendo en el "oro blanco" fue espectacular, más allá de que la volatilidad exhibida en los últimos años fue importante. De hecho, los precios de los futuros se derrumbaron hasta casi u$s10 centavos por libra en agosto de 2015, cuando hoy superan los 20 centavos (y en enero de 2011 habían rozado un máximo de 34 centavos).
Para el mercado, es un precio que no se veía desde hace cuatro años y que, según un informe de la Organización Internacional del Azúcar (ISO, en inglés), provocará un déficit mundial (entre la oferta y la demanda) para la campaña 2016-2017, superior al actual (11,4 millones de toneladas, el mayor en 7 años).

En ese sentido, lo que observan los analistas es que las cosas están cambiando de manera significativa en el mercado a término de este producto básico, después de varios años de sobreabundancia. En sus primeras previsiones para la próxima campaña, la ISO afirmó que "la economía azucarera mundial se enfrenta por segundo año consecutivo a una brecha aún más grande entre la producción y el consumo".

De acuerdo con el organismo, este consumo sigue creciendo (+2% para este año y en la última década, el incremento fue de un 2,5% regular anual) hasta alcanzar las 175 millones de toneladas (en 2009-2010 era de 154 millones y las previsiones hablan de 250 millones para el año 2030).

En promedio, se consumen unos 46 kg. por persona en el mundo cada año, pero esta situación es muy diferente según la región geográfica que se evalúe. Porque si los países más desarrollados fomentan una reducción del uso del azúcar por cuestiones de salud pública (diabetes, enfermedades cardiovasculares, caries, etc.), en los países emergentes el consumo se ha ido disparando a medida que creció el poder adquisitivo de sus habitantes, a tal punto que en algunos mercados supera ampliamente esos valores promedio.

"A lo largo de los últimos 3 siglos, el consumo de azúcar en el mundo pasó de menos de 2,3 kg. por año por persona, a más de 46 kg. por año por persona. Y este es un valor promedio que incluye los bebés y las personas que, con sabiduría, consumen muy poco azúcar. Lo que quiere decir que existe un gran número de personas que consumen más de 90 kg. por año", explicó en una entrevista el científico canadiense Abram Hoffer.

Una oferta que no alcanza

Por supuesto, los productores agrícolas se frotan las manos al ver que sus cultivos no alcanzan para cubrir la demanda (la producción mundial se reparte en un 75% de caña de azúcar y un 25% de remolacha), un mercado que es dominado ampliamente por Brasil (representa el 25% del total mundial producido), donde últimamente los agricultores se adelantaron para levantar la cosecha de este año, ante los excelentes precios actuales y el hecho de que el real brasileño se estuvo apreciando.

De acuerdo con Raizen Energia, el mayor exportador de Brasil, sus existencias de azúcar para entrega a partir de junio de 2017 (954.000 toneladas) se multiplicaron por 10 con respecto al año pasado, y sus ventas crecieron en los dos últimos meses, una señal de que la oferta también se mueve para aprovechar la coyuntura.

Todos los analistas prevén que esta oferta crezca en los próximos meses, pero la mejora será "demasiado reducida para cubrir las necesidades crecientes de azúcar", según la ISO. Esta visión del futuro mundial de la materia prima es compartida por la consultora internacional Datagro, una de las más influyentes en el mercado del azúcar, que anticipa un déficit sin precedentes desde por lo menos el año 2000.

De esta forma, los analistas prevén que los stocks mundiales de azúcar sufran una baja considerable cuando termine la campaña, por más que hoy sean muy importantes. Una muestra de que el mercado está muy activo es que el ratio entre el stock y consumo (que mide la importancia de los inventarios existentes con respecto al consumo del año) debería alcanzar el 43%, algo nunca visto en los últimos seis años.

El Niño también interfiere

Como si este panorama no fuera suficiente, los inversores tienen que lidiar además con la incertidumbre que les generan los años con fenómenos climáticos globales, lo que dificulta realizar previsiones más confiables. En el caso de 2016, es El Niño quien se sienta a la mesa de los productores y operadores del mercado para trastocar todos los cálculos. Nadie se olvida lo que provocó en 2009 el paso anterior de este fenómeno, obligando a la India (el mayor consumidor y el segundo productor del mundo) a tener que importar y disparando los precios a un máximo de 30 años.

Justamente, la India es otra vez víctima de una de las mayores sequías de las últimas décadas (la caña de azúcar requiere de mucha agua para crecer), con caídas en la producción de hasta un 40% en algunas regiones productoras del país. Es así que esta crisis de los productores indios se convierte en una oportunidad para sus competidores brasileños, y también podría ser el caso de los argentinos de las provincias azucareras de Tucumán, Salta y Jujuy, si no fuera por los altos costos internos (inflación, fletes, infraestructura obsoleta, etc.) que les quita competitividad frente al resto del mundo. Como sostuvo en cierta ocasión el ex canciller Dante Caputo, "la Argentina no pierde una oportunidad de perder una oportunidad".

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