Calificadoras alertan sobre el riesgo crediticio de las empresas argentinas

Las calificadoras advirtieron sobre los riesgos de la deuda corporativa para los próximos años. Las amenazas claves son la inestabilidad económica y cambiaria, junto con posibles cambios impositivos.

En la previa de las elecciones, las calificadoras de riesgo salieron a advertir sobre los riesgos crediticios para los emisores corporativos argentinos. 

Moody's sostuvo hoy que las empresas argentinas son vulnerables a las políticas económicas inciertas y una economía débil. Ambos factores, afirmaron, "aumentan los riesgos crediticios para los emisores corporativos al menos hasta mediados de 2020".

En julio, Moody's ya había cambiado de estable a negativa la perspectiva de la calificación soberana argentina frente a la incertidumbre económica que abre el panorama electoral.

Según la calificadora, la cobertura de la deuda corporativa y la liquidez probablemente sufrirán un deterioro en 2019 frente a una inflación persistentemente alta y mayores costos de financiamiento derivados de la tasa de política monetaria extraordinariamente alta del Banco Central.

Desde S&P, en tanto, esperan que la próxima administración, sea cual sea, continúe con las políticas fiscales y monetarias en los siguientes 18 meses. Sin embargo, señalaron varias vías de inquietud para las empresas: el posible aumento de derechos de exportación, un eventual congelamiento de tarifas, la inestabilidad cambiaria y el refinanciamiento de deuda

 

Con respecto a este último punto, S&P opinó que "las necesidades de refinanciamiento de deuda del mercado son manejables para las corporaciones argentinas hasta 2024, con vencimientos anuales que van desde u$s 1300 millones hasta u$s 2500 millones".

De todos modos, apuntó que si el mercado se vuelve más restringido por un empeoramiento de las condiciones económicas, desafiaría a "en particular a aquellas entidades que necesitan refinanciar en 2021 cuando vencen u$s 2500 millones en bonos internacionales". Y mencionó a YPF (u$s 1000 millones), Telecom  (u$s 500 millones), Compañía General de Combustibles (u$s 300 millones), Pan American Energy (u$s 333 millones), Mastellone Hermanos (u$s 200 millones) y Transener (u$s 100 millones) entre las principales deudoras. 

Las empresas argentinas tienen vencimientos por u$s 2500 millones en 2021 y deben refinanciarlos.

Sebastián Maril, de Fin.Guru, también expresó cierta preocupación sobre la deuda corporativa. "En los próximos 5 a 7 años, los emisores argentinos enfrentan vencimientos en moneda extranjera que hoy no está claro cómo van a pagar. La deuda nunca se paga: se refinancia, se reestructura o se defaultea. Las empresas no tienen la plata para pagar u$s 200, 300 o 400 millones. Tienen que emitir o buscar alternativas. Muchos consiguieron financiamiento privado en el exterior durante este año, claro que en varios de esos casos el crédito es para proyectos y no para pagar deuda", resumió.

En las últimas semanas, varias compañías locales se animaron a emitir deuda. "YPF, Pampa Energía, Telecom e YPF Luz salieron con tasas de entre 8,5% y 10% en dólares. Compañía General de Combustibles anunció una emisión pero finalmente no la concretó. Creo que se llevó una decepción. Seguramente el mercado le pedía más de 10% de tasa", añadió Maril. 

Estimaciones por sector

Las calificadoras también hicieron sus pronósticos para cada rama de la economía. Martina Gallardo-Barreyro, assistant vice president de Moody's, se refirió a las compañías de consumo: “La posible recuperación económica gradual de Argentina hasta 2020 favorecerá moderadamente el crecimiento de los ingresos y los márgenes de las empresas de consumo . Y agregó: “Sin embargo, el sector de los bienes de consumo sigue siendo vulnerable a choques cambiarios que pueden destruir instantáneamente el poder adquisitivo y la demanda .

En cuanto a los agronegocios, para Moody's la proyección de una producción casi récord de la cosecha implica mejorar el crecimiento y la rentabilidad del sector agropecuario pero los esfuerzos de consolidación fiscal del gobierno aumentan la vulnerabilidad del sector frente a cambios repentinos en la política fiscal.

Por su parte, la calificadora consideró que el sector de telecomunicaciones local seguirá siendo altamente competitivo en 2019 y años subsiguientes, a medida que las empresas comiencen a ampliar sus servicios convergentes de telecomunicaciones y datos. No obstante, Moody's espera una compresión de los márgenes operativos en 2019, ya que a las empresas de telecomunicaciones les resultará difícil aumentar los precios en línea con la inflación.

Tanto Moody's como S&P consideran que Vaca Muerta seguirá operando en forma positiva más allá de los vaivenes económicos

Moody's estimó que los fundamentos del negocio seguirán siendo sólidos para la industria argentina de petróleo y el gas, especialmente para la primera, aunque los cambios regulatorios repentinos y la incertidumbre política aumentarían el riesgo operativo del sector. "La generación de energía respaldará la demanda de gas natural, pero los actuales cuellos de botella del transporte restringen el crecimiento de la producción en Vaca Muerta, y Argentina seguirá importando gas en los próximos años", dijeron.

Por su parte, S&P consideró que "los fundamentos de negocio para la producción y exportación de petróleo de Vaca Muerta, en general se mantendría intacto pese a posibles cambios en las políticas de gobierno tras las elecciones". Y agregó que el yacimiento "está en camino a convertirse en la segunda fuente de exportaciones más importante en Argentina para 2024, por lo que consideramos que es altamente probable que la administración que asuma el cargo después de las elecciones continúe respaldando al sector".

Con respecto al sector eléctrico, S&P puso reparos: "Debido a que los aumentos de tarifas son muy impopulares y generalmente aumentan la tasa de inflación, consideramos que, si las condiciones económicas empeorasen, es posible que el futuro gobierno reduzca gradualmente las tarifas, medidas en dólares estadounidenses, a expensas de las compañías eléctricas". 

Sobre la construcción, Moody's consideró que la débil actividad económica, los esfuerzos de consolidación del Gobierno y las investigaciones de soborno seguirán teniendo un peso significativo en el gasto público y privado de la construcción, y estimó que los fundamentos de la industria del desarrollo de vivienda  se mantendrán débiles hasta mediados o finales de 2020.

En la misma línea, S&P alertó sobre el riesgo cambiario que tiene el sector. "Las empresas de ingeniería, construcción e inmobiliarias están más expuestas a los riesgos cambiarios debido a sus niveles de apalancamiento relativamente más altos y a que sus flujos de fondos son eminentemente domésticos", escribió la calificadora. 

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