Bancos suizos echan a clientes argentinos con menos de u$s 5 millones

Los notifican que tienen que cerrarle sus cuentas y les dan un un mes para mudarse a otro lugar, o se encontrarán con un cheque a su nombre bajo la puerta de su casa. La decisión tiene que ver con no atender más a residentes argentinos, ya que este país junto con Venezuela son considerados de alto riesgo y muy ligados con el narcotráfico y la corrupción

Mientras en nuestro país los bancos libran una batalla por captar nuevos clientes y venderle cada vez más productos a los que ya tienen, en Suiza son más conservadores y prefieren desprenderse de aquellos clientes más riesgosos; entre ellos, los venezolanos y argentinos, por ser considerados países de alto riesgo y muy ligados con el narcotráfico y la corrupción.

Muchos bancos suizos están directamente echando a sus clientes argentinos que tienen menos de u$s 3 millones, mientras otros lo hacen a quienes no llegan a los u$s 5 millones. Los notifican que tienen que cerrarle sus cuentas y les dan un plazo de un mes para mudarse a otro lugar (puede llegar a extenderse hasta 60 o 90 días como máximo) o, en su defecto, se encontrarán con un cheque a su nombre bajo la puerta de su casa.

Por un tema de confidencialidad, no mandan correspondencia, sino que el aviso es mediante una conversación telefónica (grabada para que quede el registro), y en varios casos ni siquiera se vincula con el monto de los fondos que posee el cliente, ya que la decisión reside en no atender más a los residentes de nuestro país.

Se fijan en los legajos de los clientes y cierran las cuentas de quienes habían dicho que el dinero era no declarado, o de quienes no saben bien a qué se dedican, o quienes tienen una actividad rara. A quien tiene u$s 1,5 millón, algunos bancos les dicen que dejan de atender a quienes tienen menos de u$s 3 millones, entonces el cliente debe depositar el doble o irse.

Ningún banco quiere ser sancionado por los gobiernos, como le ocurrió a una famosa entidad que los Estados Unidos lo multó por u$s 2.000 millones por deficiencias en sus procesos de conocimiento de sus clientes, lo cual permitió que se filtrara dinero de los carteles mexicanos. Por ende, el banco tuvo que cerrar decenas de miles de cuentas de clientes latinoamericanos que no conocía, ni sabía qué hacían o de qué vivían.

Según estiman en la City, hay alrededor de 10.000 cuentas de argentinos en Suiza por un promedio de u$s 4,5 millones cada una, lo que totalizaría unos u$s 45.000 millones, casi un 50% más que las reservas del BCRA.

Intercambio de información

Por otra parte, la Argentina y Suiza sellaron la semana pasada un acuerdo de intercambio de información para evitar la doble imposición sobre la renta y el capital, que se firmará a principios del año próximo y entrará en vigencia partir de enero de 2015.

"El acuerdo prevé intercambio de información a petición, siempre y cuando la Argentina tenga indicios firmes que se está evitando tributar debidamente, porque nosotros queremos una plaza financiera transparente. Suiza tiene 80 empresas en la Argentina y somos el inversor directo número seis", dijo el embajador suizo en el país, Johannes Matyassy.

En principio, el acuerdo dice que no puede darse información abiertamente y en forma de pesca, sino que tienen que plantearse caso por caso y con una demanda ya abierta en la justicia Argentina. Similar a lo que está escrito con Uruguay. "Pero como siempre, todo termina con quien tiene más fuerza para presionar. Y acá la que estaba muy interesada para que se firme el acuerdo era Suiza, ya que el no tenerlo firmado repercute negativamente para sus empresas con operaciones en Argentina", revela un broker.

Los banqueros privados y asesores financieros están reaccionando de manera muy disímil: algunos niegan la realidad, otros la esconden y le dicen a sus clientes que Suiza va a seguir siendo Suiza y que nunca intercambiará datos con Argentina, mientras que el resto le propone a sus clientes mudarse a otras jurisdicciones que en teoría son seguras, como Singapur, Luxemburgo, Austria, Inglaterra, Estados Unidos y Panamá.

"La decisión de Suiza tiene que ver con la realidad de su economía. Su sistema financiero le aporta mucho menos del 10% de su PBI y estudios internos indican que el dinero no declarado sólo contribuye con el 2,5% del total de la economía. Un porcentaje demasiado pequeño por los grandes problemas que les causa. El mayor inconveniente es poner en riesgo el verdadero negocio de Suiza: ser el país que eligen todas las grandes multinacionales para establecer sus casas matrices", indica Mariano Sardans, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI.

¿Por qué eligen Suiza? Por sus bajas alícuotas impositivas y porque es uno de los países que más acuerdos firmados tiene para evitar la doble imposición. La existencia de los convenios para evitar la doble imposición (llamados CDI) es esencial para promover las inversiones exteriores, bien sean extranjeras en Suiza o de capital suizo en el exterior, ya que dotan de seguridad jurídica a los inversores y reducen la fiscalidad de dichas inversiones.

"Dejando de lado el tema de la inseguridad jurídica, el stress que conlleva y los costos asociados, la estrategia de mudarse de jurisdicción en jurisdicción lo único que aporta es retrasar un poco lo inevitable; que tarde o temprano el fisco del país de residencia del cliente se entere dónde tiene sus activos y cómo están conformados", advierte Sardans.

"Ya estamos a un par de años de enfrentarnos con un mundo fiscalmente transparente, donde todos los países deberán intercambiar datos fiscales y en forma automática. La solución definitiva pasa por conocer de fiscalidad y normativa internacional, y a partir de ahí armar estrategias y estructuras que extremen la seguridad jurídica, que permitan diseñar una buena planificación sucesoria y lograr la menor carga impositiva total, siempre cumpliendo con la normativa vigente", dice.

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