Tasas, condenadas a bajar: el envejecimiento de la población demanda menos infraestructura y fondos del mercado

Varios trabajos publicados en las últimas semanas sostienen un escenario de tasas bajas durante lo que queda del siglo XXI, a diferencia de lo que pregonan los principales bancos centrales del mundo.

Si las autoridades de los principales bancos centrales del mundo siguen creyendo que una de sus herramientas para aplicar política monetaria consiste en elevar o reducir la tasa de interés, varios estudios sostienen que esa opción se volvió obsoleta. Y que, en realidad, el progresivo envejecimiento de la población provocará que las tasas reales (descontadas de la inflación) sigan bajando, por lo menos durante el siglo XXI.

Quienes afirman esto trabajan investigando el impacto demográfico sobre las tasas de interés en lugares tan disímiles como la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, en el banco JP Morgan Chase, y en la consultora internacional Oxford Economics.

Si entre los distintos estudios hay matices, todos apuntan en la misma dirección: a medida que un país ve que la proporción de personas ancianas y jubiladas crece entre sus habitantes, el crecimiento económico es cada vez menor, por lo que la demanda de inversión también se reduce.

Este escenario se estaría dando en todos los países desarrollados desde los años 1980, según los investigadores, quienes prevén una caída adicional de la tasa de interés real de 100 a 120 puntos básicos para los próximos 80 años.

Pero la novedad es que este fenómeno también afectaría a los emergentes, que vieron crecer sus tasas de crecimiento económico desde fines del siglo XX, a la par del boom de China, gran demandante de materias primas, generalmente provistas por estos países menos desarrollados.

"La desaceleración en el crecimiento de la población, que hemos estado viendo durante décadas, tanto en los mercados desarrollados como en los emergentes, es una razón para esperar tasas de interés reales más bajas", sostuvo Jesse Edgerton, analista senior de JP Morgan.

Para el experto, los EE.UU., la Unión Europea, Japón y el Reino Unido han experimentado una disminución de las tasas de interés reales en las últimas décadas. En cambio, China sigue esa tendencia, pero más rezagada que los países más ricos.

EXCESO DE CAPITAL

"El lento crecimiento de la población significa esencialmente que hay un exceso de capital en el mundo. Hay un exceso de dinero en busca de rendimiento. Y todo ese dinero que la gente está tratando de ahorrar, va a hacer bajar las tasas de interés, va a hacer bajar los rendimientos del capital", agregó Edgerton.

Este exceso de ahorro disponible en relación con la demanda de inversión se da desde hace 40 años, por lo que provoca un efecto de arrastre estructural de las tasas de interés hacia abajo, de acuerdo con los estudios publicados.

Por eso, los expertos sostienen que el anuncio de los principales bancos centrales respecto de su intención de modificar su política monetaria y hacerla más contractiva en los próximos meses, elevando las tasas de referencia, no va a tener un impacto significativo en las tasas de largo plazo.

Por eso, estos informes insisten en que no es sólo la recompra masiva de deuda soberana, o el famoso "Quantitative Easing" puesto en práctica por la Reserva Federal a partir de la crisis subprime en 2008, y replicado por el Banco Central Europeo, lo que va a cambiar la tendencia en materia de tasas de interés reales.

YA LO SABEN

Sin embargo, los funcionarios de las máximas entidades monetarias lo saben. E incluso lo debatieron en la última reunión que tuvieron durante el simposio virtual de Jackson Hole, hace menos de dos meses.

Allí, el profesor de la Universidad de Chicago Amir Sufi planteó este dilema que enfrentan los bancos centrales de cara al futuro, e incluso agregó que esta situación también se da a causa de las desigualdades en el ingreso de una población.

El mecanismo se da a través de las familias con mayor poder adquisitivo, que tienen una tasa de ahorro más alta, por lo que cuando obtienen una mayor proporción del ingreso total, el ahorro general aumenta. Y, de esta manera, más ahorro en relación con la inversión empuja a la baja las tasas de interés.

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