En la City advierten sobre el destino que se dará al nuevo endeudamiento

En las últimas horas, el juez Griesa levantó las medidas cautelares que le impedían a la Argentina pagar su deuda reestructurada. Se trató de una decisión "ncompleta" porque el país necesita hacer efectiva la oferta a los fondos buitre; en otras palabras, pagar en efectivo. La clausura del litigio con los holdouts traerá para el Gobierno la posibilidad de acceder al mercado financiero internacional, lo que constituye la estrategia central desde el punto de vista económico. En rigor, deberá salir al mercado para cancelar esa deuda.

"Sin financiamiento internacional y casi sin posibilidad de financiarse a nivel doméstico, la apuesta es a conseguir recursos para compensar una parte del déficit fiscal primario de casi 4% del PBI y ponerle ciertos límites a la emisión monetaria, si bien habrá que ser cauteloso en cómo se utiliza ese endeudamiento", señaló Andrés Mendez, analista de la consultora AMF.

En la City, la pregunta que gana lugar es cuánto crédito podrá tomar la Argentina, a qué plazos y bajo qué costo financiero. También señalan que será importante la definición del timing ya que afectará la dinámica del mercado cambiario: el ingreso de capitales puede calmar las presiones cambiarias observadas en las últimas semanas. Pero sobre todo, el debate parece haber avanzado a qué calidad de recursos piensa conseguir el Gobierno.

"El gobierno deberá priorizar la captación de divisas a través de fuentes que no busquen capitalizar altas tasas de interés, sino la consecución de programas de infraestructura y ayuda social, fundamentalmente vía crédito con organismos internacionales (a menor tasa y plazos más largos, con la posibilidad de refinanciamiento)", señalaron en la consultora Ecolatina. "Asimismo, sería deseable que el Ejecutivo incentive la Inversión Extranjera Directa (IED) y acote el ingreso de capitales especulativos (generan volatilidad y potencial dependencia)", agregaron.

Un reporte de la firma sostiene que de no tomarse este camino, el riesgo que existe es cubrir persistentemente con deuda las falencias (déficits) domésticas. "El problema es que más tarde o más temprano, un evento (externo o interno) reduce el financiamiento haciendo insostenible el esquema, cayendo en la dinámica típica de ciclos de stop & go. Por ello, si los préstamos son utilizados para morigerar los costos de la transición, deberá luego complementarse con otras medidas para evitar un excesivo incremento de la carga financiera", sostiene.

Esto es así porque, en opinión de los analistas, aunque el principal activo de la economía argentina es el bajo endeudamiento como porcentaje del PBI (especialmente externo), en tiempos de alta liquidez mundial exacerbar la colocación de deuda suele ser una tentación difícil de contener en el corto plazo. Para Ecolatina, en ese punto radicará la pericia del gobierno para sentar las bases de un crecimiento sustentable, o volver a caer en una fiesta de endeudamiento con los consecuentes riesgos de generar una nueva crisis.

Según la consultora, en los últimos años la IED se ha visto muy afectada por el cepo, tanto en monto (el flujo pasó de u$s 11.000 millones en 2011 a u$s 6000 millones en 2014) como en calidad. En este sentido, siete de cada diez dólares de la IED se compone de reinversión de utilidades dada la imposibilidad de los últimos años de remitirlos al exterior por las restricciones impuestas.

Temas relacionados

Las más leídas de Finanzas y Mercados

Destacadas de hoy

Cotizaciones

Noticias de tu interés