INVESTIGADORES ALLANARON OFICINAS DEL CREDIT SUISSE

Pese a la regularización, los bancos suizos no tienen paz

Aunque ya perdieron miles de clientes por la exigencia de tener las cuentas en orden en sus países de origen y a pesar de que sostienen que ya no tienen nada que ocultar

Las entidades suizas de banca privada se pasaron gran parte de la última década tratando de deshacerse de las lucrativas cuentas que se usaban para evadir impuestos.

Le escribieron a decenas de miles de clientes pidiéndoles que "regularicen" su situación, ya sea demostrando que estaban al día con sus obligaciones fiscales o llevándose el dinero a otro lugar. Como resultado, los clientes retiraron miles de millones de francos que a menudo representaban parte del negocio de altos margenes que tenían los bancos.

Y sin embargo los bancos todavía no están a salvo. Para 2017 esperaban problemas en los destinos exóticos. Suiza es uno de los firmantes de una lista cada vez más amplia de países cuyas autoridades tributarias automáticamente obtendrán información sobre los clientes de las entidades suizas. Países como Indonesia han implementado blanqueos para incentivar a los individuos a declarar ingresos en negro.

Pero el problema resurgió en la puerta de entrada de Europa, donde el trabajo de limpieza ha sido más intenso. El 30 de marzo llegaron investigadores a las oficinas de Credit Suisse en Holanda, Reino Unido y Francia en busca de información sobre "docenas de personas sospechadas de cometer fraude fiscal y lavado de dinero". Los fiscales holandeses, que coordinaron los allanamientos, señalaron que también se están haciendo pesquisas penales en Alemania y Australia.

La situación desconcierta a Credit Suisse, que pensaba que estaba "hecho" con la regularización de su base de clientes europeos. "Realmente en los últimos años hicimos un gran esfuerzo por resolver cuestiones del pasado," dijo Iqbal Khan, el director internacional de gestión de patrimonios en Credit Suisse. "Tomamos el compromiso de conducir un negocio que cumple con las normativas", agregó.

Las autoridades hasta ahora no explicaron en detalle de qué se está acusando a Credit Suisse. Allegados a la investigación sostienen que los cuestionamientos se centran en los procesos y procedimientos, y que a Credit Suisse no se le pidió que entregue ninguna información sobre sus clientes, actuales o anteriores. Los banqueros dicen que probablemente la investigación tenga que ver con clientes que tenían dinero en Credit Suisse y la han retirado durante la regularización en la que el banco procesó la salida de fondos por 40.000 millones de francos (u$s 40.000 millones)

"¿Qué sentido tiene que un banco suizo hoy tenga clientes europeos que no pagan impuestos?" preguntó un alto oficial de cuentas suizo. "De todos modos, tendrán que ser transparentes el año próximo". Desde 2018, los bancos suizos regularmente entregarán datos de sus clientes a las autoridades fiscales, conforme a un procedimiento de "intercambio automático de información".

La oficina del fiscal holandés dijo a Financial Times que la información de la que se están bajando es "sobre gente que había tenido en el pasado una cuenta en un banco suizo ". "Encontramos que algunos de esos clientes holandeses todavía tienen una cuenta", agregó. La oficina de recaudación tributaria de Australia dijo que tenían inteligencia "que respalda nuestra opinión de que algunas de las cuentas identificadas están activas y en uso".

Si los clientes estuvieran aún usando cuentas suizas para evadir impuestos, sería un golpe a los esfuerzos que hizo Credit Suisse en los últimos años. "Fuimos cliente por cliente. Cada uno tuvo que proporcionar documentación sobre sus respectiva situación tributaria. Si un cliente no estaba dispuesto a brindarnos esa documentación, dejaba de ser nuestro cliente", contó Khan, refiriéndose a cómo el banco "regularizó" las cuentas europeas.

La expulsión de clientes estaba a cargo de un grupo especial dentro del banco, "que tiene un único mandato, el de expulsar a clientes que no nos ha brindado la correspondiente documentación". Se armó de esa manera para que no hubiera "conflictos de intereses" para los gerentes de relaciones con inversores y ningún incentivo para que se aferren al dinero, agregó Khan

Otros bancos grandes de Suiza atravesaron procesos igualmente dolorosos para deshacerse de los clientes evasores de impuestos, pero admiten que no son infalibles. "Nuestra pregunta es: ¿puede alguien engañarnos y aún tener con nosotros algún activo no declarado?", dijo un oficial de banca privada. "Eso quizás no sea completamente imposible".

El oficial dijo que las cosas serán más sencillas a partir del año próximo, cuando se envíe automáticamente información a las autoridades fiscales.

Por el momento, los bancos suizos están tratando de restarle importancia a las implicancias de la investigación. Los analistas advirtieron que el riesgo a que se vea perjudicada la imagen de los bancos afecta no sólo a Credit Suisse. En Francia, el rival suizo UBS enfrenta un juicio penal acusado de haber ayudado a clientes a esquivar a las autoridades fiscales.

 

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