Los inversores dudan cada vez más sobre el boom de los commodities

El relato del inexorable crecimiento de la demanda global de materias primas, conjugado con la oferta limitada, está generando cada vez más dudas. La posibilidad de contagio desde Europa desafía los supuestos de crecimiento global, mientras que el ritmo de expansión en China -la principal fuente de demanda nueva- ya no es tan sólido.

Los banqueros y las administradoras de fondos notan titubeos entre los potenciales inversores de commodities. Aún cuando concuerdan en que en el largo plazo la tendencia es alcista, el riesgo de que se produzca una fuerte caída desde los elevados niveles de precios dificulta más de lo habitual la elección del preciso momento para entrar.
Lo que hemos evidenciado en general es cautela por parte de los inversores, comentó Kurt Nelson, socio de SummerHaven Investment Management, que supervisa los u$s 500 millones invertidos en futuros de materias primas.
Esta cautela está bien fundada. Desde que comenzó el año hasta noviembre inclusive, el índice de commodities Dow Jones-UBS perdió casi 10% en términos de retorno total.
Los hedge funds de commodities, capaces de apostar a la suba o caída de los precios de los futuros y a las relaciones entre contratos, retrocedieron 3% de enero a octubre de este año, según el índice de commodities macro HFRX de Hedge Fund Research.
Varios mercados de futuros de commodities sufrieron desconcertantes descensos este año, a menudo vinculados al pronunciamiento de algún gobierno y no a datos nuevos sobre oferta y demanda. A principios de mayo, el DJ-UBS cayó 9% en una semana, lo que erosionó las ganancias del año. En una semana en septiembre se hundió otro 9%.
Algunos mercados individuales de materias primas también retrocedieron de sus picos de principio de año. La plata, después de acercarse a su máximo de la historia de casi u$s 50 la onza, bajó a casi u$s 30 en pocas semanas y no se movió de ahí.
Cuando la Agencia Internacional de Energía (AIE) a fines de junio anunció la liberación coordinada de 60 millones de barriles de petróleo en respuesta a las interrupciones de abastecimiento desde Libia, el crudo Brent de referencia cayó 8% en dos días. Todavía no recuperó los picos registrados a comienzos de año.
El oro, vendido como un activo refugio, retrocedió cerca de u$s 200 desde su máximo nominal de todos los tiempos de u$s 1.900 registrado en septiembre, pese a los crecientes temores por el futuro del euro y a que el comité parlamentario de Estados Unidos no logró un acuerdo para reducir el déficit.
La cantidad de dinero que sigue a los commodities a través de diversos productos -desde aquellos que cotizan en bolsa hasta swaps de índices- se ha incrementado sustancialmente en los últimos años, con activos administrados que totalizan los u$s 412.000 millones a octubre, según Barclays Capital.
Sin embargo, esta suma cayó en u$s 39.000 millones desde el pico de abril. En septiembre, los inversores quitaron otros u$s 10.000 millones de los mercados de materias primas, la salida neta mensual más grande desde que el banco comenzó a registrar esos flujos a principios de 2009. Los inversores en octubre agregaron un magro u$s 2.100 millones, según Barclays.
La cautela de los inversores refleja los temores sobre hacia dónde podrían dirigirse los mercados de commodities, y no sobre dónde se encuentran ahora. Muchos mercados -especialmente el petróleo- están bastante ajustados.
La AIE señala que los inventarios de petróleo en los países ricos miembro se han mantenido por debajo del promedio durante el lapso más prolongado desde 2004. Tal como demuestran la guerra civil de Libia y las tensiones nucleares con Irán, el abastecimiento es vulnerable a las interrupciones.
El cobre retrocedió más de 25% desde el pico de febrero, que fue superior a u$s 10.000 la tonelada, pese a las huelgas en las minas que redujeron la producción.
Los mercados agrícolas también cayeron; los futuros de maíz hasta hace poco cotizaban por debajo de u$s 6 el bushel, lejos del récord cercano a u$s 8 de junio. Aún así, el Departamento de Agricultura predice que los stocks globales de maíz serán los más bajos, en relación a la demanda, en décadas.
El ajustado panorama podría rápidamente cambiar si los problemas de la deuda europea generan una recesión en las economías desarrolladas o si se estanca el crecimiento del mercado emergente. Una pronunciada desaceleración en China, que impulsó en gran medida el auge de los commodities de la última década, afectaría no sólo su demanda de materias primas sino también a las economías de países que exportan al gigante asiático, como Brasil.
En términos generales los inversores quedaron atrapados entre los fundamentals bastantes sólidos al menos para algunos commodities clave y las expectativas de que el crecimiento puede disminuir bastante rápido y en forma bastante abrupta, comentó Amrita Sen, analista de materias primas en Barclays Capital.
JP Morgan el mes pasado recomendó vender materias primas debido a lo que el estratega jefe de commodities Colin Fenton llamó fracasos de las políticas en Estados Unidos y Europa que oscurecieron el panorama a seis meses.
Independientemente de su desempeño, los inversores tendieron a acercarse a los productos básicos como fuente de retornos comparables, pero no correlacionados, con las acciones. En otras palabras, cuando las acciones caen o suben, los commodities no deberían necesariamente seguir esa dirección, y viceversa.
Pero el surgimiento de las materias primas como clase de activo en cierto grado quedaron expuestas a factores que influyen en todos los activos de riesgo. La tendencia se vio acentuada por los fondos de inversión que hacen el seguimiento de los commodities pero que cotizan en bolsas de valores, lo que entrelaza aún más los mercados de productos básicos con los de acciones. La AIE, en un informe de octubre, se preguntaba si todavía se pueden considerar a los commodities una clase de activo independiente.
"En general, los inversores están tratando de ser conservadores en su asignación de activos. Los commodities estuvieron bastante correlacionados con las acciones y creo que la gente está tratando de limitar su exposición a los activos correlacionados", comentó Boris Shrayer, director de marketing de commodities en Morgan Stanley.
Nelson de SummerHaven comentó que las investigaciones de la firma muestran que las correlaciones de las acciones y los commodities nunca fueron tan elevadas. Sin embarco, agregó: "Mientras la correlación sea inferior a uno, la diversificación suma beneficios. Cuando analizamos la correlación en el tiempo, vemos que aún es baja en relación con otros activos. Los beneficios de la diversificación todavía existen, además del potencial de retorno".
Si bien los productos básicos siguieron a las acciones más de cerca, Nelson recalcó que la correlación de los commodities con los bonos nunca fue tan baja.
"Observemos lo que pasó con las materias primas en los últimos 30, 40, 50 años", aseguró Henry Jareck, que en 1992 fundó Gresham Investment Management, un grupo de commodities que mueve u$s 14.000 millones. "Son de primera clase como diversificadores. Sus retornos son aproximadamente iguales, quizás levemente mejores, a los de las acciones ordinarias.
"Si uno tiene dos activos, que no están correlacionados como es en este caso, la volatilidad es mucho menor y el riesgo de perder es mucho menor".

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