La domesticación de los traders

Debido a la crisis financiera, las nuevas regulaciones y los mercados más complejos, los operadores bursátiles necesitan nuevas habilidades para hacer análisis cuantitativos y técnicos, donde los modelos suelen invalidar el instinto

Un fuerte bramido de aprobación estalló en el enorme recinto de operaciones de la Bolsa de Londres cuando en las pantallas se vieron las sólidas cifras de empleo en Estados Unidos. Ese dato provocó una oleada de entusiasmo y dio al mercado otra dosis de vitalidad.
Los operadores y los representantes de ventas tomaron sus teléfonos a la espera de que las noticias animaran ese tranquilo viernes, pero pronto perdieron las esperanzas. Pese a los datos positivos provenientes de Norteamérica, las operaciones se mantuvieron relativamente débiles. Un operador finalmente se echó hacia atrás, cruzó las manos detrás de su cabeza y contempló un cartel que decía: Al diablo con la calma, está bien enojarse. Sin embargo, eran pocas las señales de que hubiera gran nerviosismo.
Los recintos de operaciones, podría decirse, son lo más cerca que uno puede estar del motor del capitalismo puro. Millones y miles de millones de dólares en monedas, acciones, bonos y otros instrumentos financieros cambian de mano a vertiginosas velocidades.
Pero quienes trabajan en la sala de motores han cambiado abruptamente con la crisis financiera y, en los recintos de operaciones ya no hay tantas transacciones impulsadas por la testosterona como solía verse en las últimas décadas.
Muchos tradicionales vendedores de la City de Londres y los italianos de vieja escuela que operaban en el piso de Nueva York fueron reemplazados por operadores más tranquilos, más mesurados y en general capacitados para hacer análisis cuantitativos y técnicos, donde los modelos diabólicamente complejos suelen invalidar el instinto. Como resultado, está desapareciendo la estereotipada imagen de los vaqueros de las finanzas.
Éste es un mundo distinto... Los personajes ya no están, comentó con cierta tristeza el jefe de operaciones con bonos corporativos que trabaja para un banco mundial líder. Me da lástima que los operadores más jóvenes probablemente nunca vean lo que nosotros vivimos en otros tiempos. Era totalmente disparatado.
Varios factores se combinaron para domesticar a los operadores bursátiles. Los bancos fijaron controles sobre la toma de riesgos para evitar los atroces hábitos adquiridos durante las últimas décadas. Por ejemplo, las entidades establecieron límites para el tamaño de las posiciones y los riesgos que ellas conllevan. Esos controles probablemente se incrementen y se vuelvan más estrictos con los cambios regulatorios que se están planeando. Si bien todavía no está definido cómo serán exactamente esas normas, es muy posible que incluya restricciones a las operaciones bursátiles, particularmente en los bancos grandes.
Entre ellas, la más importante es la ley Volcker, que forma parte de los cambios regulatorios Dodd-Frank de Estados Unidos y que entrará en vigencia en julio y prohibirá a los bancos el proprietary trading, que son las operaciones en las que éstos emplean su propio capital para hacer apuestas financieras. Muchos oficiales de banca y operadores creen que la interpretación estricta de esa ley desautorizaría hasta las actividades legítimas en representación de sus clientes, y disminuirá drásticamente la liquidez en una gama de mercados financieros.
La ley Volcker y otros cambios regulatorios que restringen las posiciones riesgosas dañarán realmente el resultado de las operaciones de trading de los bancos, comentó Scott Cameron, socio del estudio jurídico Reed Smith.
Estamos entrando en un oscuro túnel de restricciones regulatorias para el trading, y los efectos sobre los mercados todavía son inciertos, afirmó Roy Smith, profesor de finanzas de la Stern School de la Universidad de Nueva York y ex socio de Goldman Sachs. Emprendimos un viaje de veinte años hacia los mercados más desregulados, pero el péndulo está volviendo hacia una mayor regulación, comentó.
La creciente complejidad de los mercados también hace que sean pocos los operadores modernos que sobrevivan sólo con sudor, instinto visceral y machismo. Por el contrario, los viejos traders fueron reemplazados por ejecutivos con pensamientos más inteligentes. Esta tendencia se venía observando hace una década, pero se ha agudizado con la crisis financiera.
Las operaciones bursátiles se volvieron mucho más técnicas, y ahora se ve mucha menos gente sin estudios, señaló un vendedor de bonos estadounidense de casi 40 años. Actualmente hay un mayor nivel intelectual en el recinto, agregó.
Los representantes de ventas trabajan muy cerca de los operadores y manejan la relación con los clientes importantes.
Cuando el profesor Smith era presidente internacional de Goldman Sachs desde Londres en los años ochenta, algunos de los operadores más exitosos del banco se dejaban llevar por el instinto. Ahora, se los consideraría dinosaurios y carentes de los conocimientos necesarios, que ahora son mayores.
Además de las limitaciones institucionales fijadas por los bancos, políticos y reguladores, el recuerdo de la crisis también actuó como freno natural a la excesiva toma de riesgos por parte de los traders, admiten los mismos operadores bursátiles. Las cicatrices emocionales que dejó el caos son profundas para algunos.La crisis fue como una pesadilla. Parecía que se terminaba todo. Sentí un verdadero miedo, contó un operador de bonos soberanos.
Pese al pesimismo, las operaciones más pensadas y disciplinadas no serán totalmente negativas para los bancos. Una investigación realizada conjuntamente por la London Business School, la London School of Economics y la Open University (en la que se entrevistaron a más de 100 operadores de Londres) concluyó que los mejores traders tienen mayor control sobre sus emociones y suavizan su sentimiento visceral con información analítica.
El estudio demostró que los operadores que obtenían mayores ganancias a menudo eran los que decían inclinarse por las operaciones más pensadas y no por el instinto. Un factor esencial es poder regular las emociones, asegura el estudio. Los operadores con peor desempeño se basan sólo en los sentimientos, y son menos propensos a mirar con criterio sus corazonadas.
Si bien la actividad se domesticó un poco, muchos aseguran que el instinto y la agresión todavía son características integrales de los operadores exitosos, y que seguirán siendo importantes. Al fin del día, los modelos no pueden captar lo que siente un buen trader en un determinado mercado, explicó un vendedor. Es enorme la cantidad de información disponible, pero al final uno tiene que hacer la llamada telefónica, y eso en general se hace por instinto.

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