CORRE EL RIESGO DE QUE UNA LEY LA EXCLUYA DE LA GRAN MANZANA

El estado de Nueva York pone en jaque el negocio de Airbnb

El gobernador Andrew Cuomo se prepara para sancionar una norma que prohíbe el alquiler online de alojamientos de corto plazo, lo que constituye un desafío para el sector hotelero

Airbnb enfrenta una lucha por su supervivencia en la Gran Manzana. Andrew Cuomo, el gobernador del estado de Nueva York, se prepara para firmar una ley que pondría fin al negocio online de alojamientos de corto plazo en la ciudad.


La startup de San Francisco hizo una campaña de once horas para detener la legislación, ofreciendo fijar un sistema obligatorio de inscripción de propietarios que ayude al Estado a realizar un seguimiento de los inquilinos. También propuso una norma un anfitrión, una vivienda para limitar el desafío que significa para los hoteleros neoyorquinos.


Cuomo debe decidir si firmar el proyecto a finales de la próxima semana. Si se convierte en ley, impondrá multas de hasta u$s 7500 a cualquier anfitrión que publique un alojamiento temporario a través de Airbnb.


Linda Rosenthal, la legisladora que impulsa el proyecto de ley, dijo a Financial Times que las concesiones de Airbnb son absolutamente insuficientes para mitigar sus preocupaciones. Y afirmó que la compañía está reduciendo el stock de viviendas accesibles en Manhattan. La parte más hipócrita de ésto es que Airbnb dice que realmente está cuidando al neoyorquino promedio que necesita llegar a fin de mes.


El servicio online, que conecta a propietarios de casas y departamentos con los turistas y otros inquilinos en ciudades de todo el mundo, a menudo choca con las regulaciones que acusan a la compañía de facilitar negocios hoteleros ilegales y reducir el stock de viviendas accesibles.


En Nueva York, las cámaras de hoteles y los funcionarios de la ciudad vienen quejándose insistentemente porque Airbnb no está cumpliendo una ley de alojamientos de 2010 que prohibe los alquileres por períodos cortos, pero que rara vez se tiene en cuenta.


Ayer la empresa dijo que quería pagar impuestos en Nueva York, y que podría generar cerca de u$s 90 millones anuales al Estado si rigiera su nuevo programa de inscripción de propietarios. La compañía también propuso una norma que prohibiría en forma permanente a aquellos anfitriones que violen la ley de alojamiento de 2010 en más de tres ocasiones.
Airbnb ya se puso de acuerdo con respecto al cobro y envío de impuestos en muchas otras ciudades, incluyendo París, su mayor mercado. En la Ciudad de Nueva York, ofrece un total de 46.000 departamentos y viviendas.


Al igual que otras startups de Silicon Valley que han perturbado los modelos de negocio tradicionales, Airbnb se vio obligada, a menudo confrontando, a ser más sensible a las regulaciones locales y grupos de interés.


La compañía está experimentando con el modelo de reparto de ingresos según el cual parte de los provenientes de los alquileres de Airbnb vuelven a los mismos edificios de departamentos, y los ejecutivos afirmaron que el mecanismo podría ampliarse a Nueva York.
Airbnb sigue siendo una de las firmas nuevas de Silicon Valley más exitosas, con una valuación de u$s 30.000 millones. Para la compañía es crucial conseguir una tregua regulatoria en mercados clave como la Ciudad de Nueva York, dado que está analizando lanzar sus acciones en la Bolsa dentro de los próximos dos años.


Chris Lehane, director de políticas en Airbnb, pidió a Cuomo vetar el proyecto de ley anti Airbnb, diciendo que la legislación representaba intereses especiales y el lobby de la cámara de hoteleros.


Airbnb también afronta un juicio con el Ayuntamiento de San Francisco, su ciudad natal, que pretende multar a la compañía si los anfitriones que ofrecen sus propiedades en la plataforma online no se han registrado ante las autoridades de la ciudad.

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