El BCE planea su propia flexibilización cuantitativa

Cuando Ben Bernanke lanzó la flexibilización cuantitativa (QE) en EE.UU. a finales de 2008 lanzó un fósforo en una caja de fuegos artificiales: el posterior repunte de precios de las acciones mundiales fue deslumbrante.
Europa jamás sería tan ostentosa. Más de cinco años después, el Banco Central Europeo está en vías de lanzar su propia QE -compras de activos a gran escala - para combatir la amenaza de deflación. El impacto podría no ser agradable.
Los mercados de los bonos y de las acciones anticiparon cualquier anuncio - el riesgo es el de una corrección si Mario Draghi, el presidente del BCE, decepciona. Si el impacto de la QE en las economías depende del aumento de la confianza de los inversores, la versión de la eurozona podría ser menos eficaz de lo esperado.
El BCE podría ni siquiera encender el fósforo. Un grupo de estrategas del mercado considera que el Sr. Draghi está haciendo un bluff - y todo el mundo admira su descaro. El presidente del BCE es un maestro del póquer. En julio del 2012 evitó una ruptura de la eurozona al prometer hacer lo que fuera necesario para preservar su integridad. Al final, no gastó un centavo.
Ahora los diseñadores de políticas del BCE están hablando cada vez más abiertamente sobre posibles QE. En Washington a principios de este mes, Benoît Curé, miembro de la junta ejecutiva, habló largamente acerca de qué activos podría comprar el banco central. Varios banqueros e inversionistas sospechan un elaborado engaño: que el BCE está tratando de hacer bajar el euro con un QE de fantasía.
Si las intervenciones verbales no logran debilitar la moneda y aumentan los riesgos de una deflación, la aplicación de una QE verdadera podría no tener los mismos efectos, fácilmente reconocibles, que en EEUU o en Japón.
Un gran problema es que el BCE podría llegar tarde a la fiesta. Necesita urgentemente debilitar el euro fuerte, ya que está afectando a los exportadores y reduciendo la inflación. Pero la QE ha provocado que los bancos centrales se enfrenten entre sí en una competencia por devaluar las monedas - y la Fed y el Banco de Japón han tenido la ventaja de poner en marcha programas de compra de activos mucho antes.
El Sr. Draghi podría ser más explícito al establecer un euro más débil como un objetivo político. Es difícil, sin embargo, imaginarlo exagerando los aumentos de los precios de las acciones como un logro del banco central, como sucede en el otro lado del Atlántico. Europa continental no tiene la misma cultura con respecto a la equidad.
Más importante aún, el lanzamiento de la QE por la eurozona llegaría en un punto diferente del ciclo de mercado. La versión de EEUU se puso en marcha cuando los precios de las acciones estaban cerca de los mínimos alcanzados durante la crisis. La acción decisiva del Banco de Japón siguió a décadas de errores en políticas.
En comparación, el lanzamiento de la QE por parte del BCE carecería de drama. Las acciones de primera línea de la eurozona ya han subido 75 % desde sus mínimos en 2009.
Sin embargo, al reducir las tasas de interés a largo plazo y fomentar la asunción de riesgos, la QE podría tener efectos positivos en los mercados europeos. Las acciones se beneficiarán del impulso previsto en el crecimiento de la economía.
Los mercados de deuda se beneficiarían directamente, en parte debido a la oposición por el Bundesbank alemán a cualquier tufillo de "financiación monetaria - la financiación de los gobiernos por parte del banco central - y en parte porque el objetivo del BCE sería aumentar los préstamos a las empresas en el sur de la eurozona para fomentar la creación de empleos. Sus adquisiciones probablemente se centrarán en la compra de préstamos bancarios empaquetados como valores respaldados por activos.
Pero la mayoría de los estrategas del mercado de la deuda sostienen que para tener una escala suficiente, la QE de la eurozona también tendría que incluir bonos del gobierno.
Eso podría impulsar rendimientos aún más bajos, que se mueven inversamente a los precios - a pesar de que ya han caído mucho este año y la experiencia en EE.UU. y Japón sugiere que gran parte del movimiento se produce antes de la aplicación de la QE.
Los menores costos de endeudamiento del gobierno se traducirían en menores tasas de interés para las empresas y los consumidores, impulsando las acciones hacia arriba. Pero el alza en la cuota de mercado que siguió a la presentación de la QE en la eurozona podría ser algo efímero.

Temas relacionados
Más noticias de BCE

Las más leídas de Financial Times

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés