Bezos tiene condiciones para revivir The Washington Post

En carácter de multimillonario fundador de Amazon, Jeff Bezos generó terror en el corazón de cada una de las editoriales tradicionales. Asimismo, ahora como nuevo dueño del castigado diario estadounidense The Washington Post, pasó a tener un pie de cada lado del negocio.
Junto con el Post, la venta a Bezos incluye la página web y varias publicaciones del grupo, como el semanario en español El Tiempo Latino y un diario gratuito de Washington, Express.
La venta del matutino pone fin a ocho décadas en las que el periódico perteneció a la familia Graham, una reluciente dinastía de periodistas que combinó deber cívico y coraje para defender el periodismo contra la arrogancia del poder. Su casi monopolio en Washington protegió también a los cronistas de las presiones comerciales: la redacción llegó a tener más de 1.000 empleados y sacó a la luz escándalos como el Watergate, que para mejor o peor convirtió a los periodistas en celebridades.
Pero al igual que con otros diarios norteamericanos, la audiencia cautiva podría haber suavizado el incentivo a experimentar e innovar. A diferencia de su archirrival The New York Times, el Post abandonó sus ambiciones nacionales y se convirtió en un matutino metropolitano. Para cuando Internet llenó las pantallas de los lectores con todo tipo de contenido, el nombre quedó peligrosamente cerca de convertirse en un anacronismo. Sus altos directivos tardaron en comprender la necesidad de un cambio.
El diario que Bezos está comprando pierde u$s 50 millones por año y sus ventas caen hace siete años consecutivos. Sacarlo de este vertiginoso descenso llevará una transformación no menos drástica que la que Bezos causó en el negocio de la venta de libros. Eso requerirá de la chispa empresaria que creó Amazon y de la visión tecnológica que dio origen al e-reader Kindle. Sin duda, sus fortalezas son la innovación y la paciencia. Ésas son virtudes que deberían serle de mucha utilidad cuando trate de revivir al Post.
Bezos, de 49 años y con una fortuna personal calculada en u$s 25.200 millones según Forbes, prometió respetar la independencia del matutino, una señal tranquilizadora teniendo en cuente el poder que ostenta Amazon como editorial y distribuidora.
Los atractivos de ser dueño de un diario no son de ninguna manera tan sólidos como cuando Eugene Meyer adquirió The Washington Post en 1933; pero la marca todavía tiene brillo.
Como co-actor del negocio de las noticias, esperamos que éste no sea el final sino un nuevo comienzo.

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