Los experimentos con criptomonedas que hacen los bancos centrales deberían poner en alerta a los inversores

Lo que la Reserva Federal y otras entidades están intentando hacer ahora es una versión suave de la estrategia "si no puedes vencerlos, únete a ellos":

Este año el bitcoin ha hipnotizado a muchos inversores. No importa que haya duplicado su precio, tras triplicarse en 2020; ni que figuras como Elon Musk lo hayan respaldado -esta semana tuiteó que los coches Tesla se venderán en bitcoins-. Lo que es aún más notable es que algunos actores del establishment, como Citigroup, piensan ahora que el bitcoin "podría estar óptimamente posicionado para convertirse en la moneda global preferida para el comercio" del futuro, una función que actualmente ocupa el dólar.

Pero mientras esto es noticia, se está desarrollando una segunda historia con las criptomonedas que la mayoría de la gente ha notado menos: los experimentos de los bancos centrales. Esta semana, el Banco de Pagos Internacionales (BPI) realizó una conferencia sobre "innovación", en la que Jay Powell, presidente de la Reserva Federal, explicó que los funcionarios de la Fed están trabajando con el Instituto Tecnológico de Massachusetts para explorar la viabilidad de una moneda digital del banco central (CBDC, por sus siglas en inglés) basada en el dólar.

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Los detalles son escasos. Pero una CBDC permite esencialmente a los consumidores utilizar un código informático como "dinero", repitiendo algunas de las características del bitcoin, o del tipo de criptomoneda que está desarrollando Facebook. Pero este código informático sería creado y controlado por la Reserva Federal, no por Facebook o por "mineros" de bitcoin sin rostro. Powell subrayó que este dólar digital no surgirá rápidamente, si es que surge, y dijo que "no hay necesidad de apresurarse". Pero el simbolismo es sorprendente, ya que refleja un sutil pero notable cambio de actitud entre los reguladores.

Cuando el bitcoin y otras innovaciones del área del fintech surgieron por primera vez en este siglo, muchos banqueros centrales las desestimaron o se burlaron de ellas en conversaciones conmigo. Y siguen haciéndolo: Powell sugirió esta semana que el bitcoin era principalmente un sustituto de inversión especulativa para el oro, no para el dólar; Agustín Carstens, jefe del BIS, advirtió que se utilizaba principalmente para el arbitraje regulatorio.

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Pero lo que los bancos centrales están comprendiendo tardíamente es que la razón por la que han surgido estas innovaciones es que los entrepreneurs están respondiendo a dos grandes defectos de las finanzas modernas.

Uno gira en torno a algo que los banqueros centrales parecen no querer o no poder abordar: el riesgo de que la moneda fiduciaria se devalúe en el futuro por un exceso de oferta, es decir, la expansión monetaria. El otro defecto es algo que los banqueros centrales sí quieren abordar: la torpe naturaleza del sistema de pagos moderno. Como observó recientemente Powell: "La crisis de Covid ha puesto aún más en relieve la necesidad de abordar las limitaciones de nuestros acuerdos actuales para los pagos transfronterizos".

Así pues, lo que la Fed y otros están intentando hacer ahora es una versión suave de la estrategia "si no puedes vencerlos, únete a ellos": en lugar de ignorar el bitcoin o los experimentos de Facebook, esperan aprovechar algunas de las ideas que hay detrás de innovaciones como la contabilidad distribuida o blockchain ledger, en sus propios términos.

¿Funcionará? Hay razones para ser escépticos. Un problema es el estilo: pedir a los estirados banqueros centrales que adopten el tipo de creatividad espontánea típica del área de fintech; es como pedirle al abuelo que escuche rap. Otro problema, aún más desalentador, es que las CBDC crean enormes dolores de cabeza en materia de políticas, como la función que tendrán en el futuro los bancos del sector privado.

En la actualidad, los bancos comerciales ganan comisiones "creando" dinero para los consumidores, (préstamos), utilizando dinero provisto (o creado) por un banco central. Una CBDC, sin embargo, daría a los consumidores dinero (tokens digitalizados) inscripto en los libros de contabilidad computarizados de los bancos centrales. Esto podría desintermediar a los bancos de tal manera que destrozaría sus ingresos, como dijo Jens Weidmann, jefe del Bundesbank, al BPI. Sugiere que si la eurozona crea CBDC, podría necesitar mantener un sistema de distribución de dos niveles para mantener la participación de los bancos.

Además, hay que tener en cuenta los datos, la privacidad y la responsabilidad. Es posible que los bancos centrales no quieran tener los datos de los consumidores en sus libros de contabilidad. Los inversores podrían odiar perder el anonimato asociado al efectivo.

Una posible solución es que las CBDC coexistan con el dinero en efectivo, que es lo que Powell espera ver. Pero la logística y el marco legal para ello podrían ser desalentadores, entre otras cosas porque una reciente encuesta del BPI sugiere que sólo una cuarta parte de los bancos centrales del mundo tiene autoridad legal clara para crear una moneda de este tipo.

Sin embargo, sería un error suponer que no va a ocurrir nada, sólo porque la logística parece un desafío gigantesco. La misma encuesta del BPI sugiere que el 60% de los bancos centrales están considerando la posibilidad de crear CBDC y el 14% está realizando pruebas piloto. "La pandemia de Covid-19 agregó nuevas motivaciones a esta travesía", señaló. "Aunque la mayoría [de los bancos centrales] no tiene planes de emitir CBDC en un futuro próximo, es probable que los bancos centrales que juntos representan una quinta parte de la población mundial emitan CBDC minorista en los próximos tres años".

Las Bahamas es un ejemplo: ya tiene una CBDC, el llamado sand dollar (dólar de arena). Y lo que es más importante, China se apresura a crear un yuan digital, lo que provocó angustia en Estados Unidos por las amenazas competitivas al dólar. Lo que podría explicar por qué la Fed se ha asociado repentinamente con el MIT.

Puede que esto no sea tan emocionante como un tuit de Musk. Pero el punto fundamental es que, si estas iniciativas eventualmente se hacen realidad, podrían reemplazar parte de la razón de ser de los cripto proyectos del sector privado. Los potenciales desintermediarios de la moneda fiduciaria podrían entonces desintermediarse ellos mismos. De ser así, sería claramente irónico. Los inversores en bitcoins deberían estar atentos a Beijing.

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