La presión de los trabajadores para vincular las paritarias a la inflación inquieta a los bancos centrales

Los acuerdos salariales que incluyen cláusulas de indexación están creciendo en Europa y América latina.

Los trabajadores de algunas zonas de Europa y América del Sur tienen cada vez más éxito a la hora de conseguir acuerdos que vinculen los salarios a la inflación, una tendencia que los responsables de la política monetaria siguen de cerca en su intento de mantener las subas de precios bajo control.

La vinculación de los salarios a la inflación sigue siendo mucho menos habitual que en la década de 1970, cuando estaba muy extendida en varias economías, incluidas las de Estados Unidos y el Reino Unido. Pero los acuerdos que incluyen cláusulas de indexación nunca desaparecieron en algunos países y hay señales de un resurgimiento en lugares como España y Brasil.

Claudio Borio, jefe del departamento monetario y económico del Banco de Pagos Internacionales, a menudo apodado el banco de los banqueros centrales, dijo que al distorsionar las señales del mercado, la indexación hacía más difícil el control de la inflación.

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"Las decisiones no van a ser las correctas", dijo Borio. "Con la indexación, [la inflación] está incorporada, es lo que ocurre [automáticamente]".

En España, donde la inflación anual en agosto fue de 10,5% y las facturas de la electricidad han subido un 70% en el mismo periodo, los sindicatos están ganando negociaciones para que más contratos se indexen a los precios.

Estos contratos ya cubren casi un tercio de los convenios colectivos españoles, frente a menos de una quinta parte a finales de 2021, y se espera que lleguen a la mitad el próximo año, según el banco central del país.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, advirtió a principios de este año sobre el riesgo de que se produzca un temido "bucle de retroalimentación de los precios salariales", donde la inflación es más difícil de controlar para los bancos centrales y se traduce en una presión aún mayor sobre los salarios.

En defensa de los acuerdos, UGT, uno de los mayores sindicatos españoles con 960.000 afiliados, dijo que los trabajadores no deberían ser "una vez más los que paguen el costo de una crisis".

Hasta ahora, los salarios españoles están aumentando muy por debajo de la inflación, como los de la mayoría de los trabajadores de toda Europa. El banco español CaixaBank ha elaborado un seguimiento de los salarios basado en las nóminas de los clientes, que mostró que aumentaron 2,5% en el año hasta junio, frente al 2,4% de mayo.

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Sin embargo, las cifras publicadas por Eurostat, la oficina de estadísticas de la Comisión Europea, mostraron que los salarios por hora aumentaron un 4,1% en la eurozona en el segundo trimestre de 2022, en comparación con el mismo trimestre del año anterior. El aumento -el más fuerte en al menos una década- sorprendió a los economistas, que esperaban que el ritmo de crecimiento salarial cayera del 3,3% en el primer trimestre al 1,8% en el segundo.

Si el fuerte crecimiento salarial y la tendencia a la indexación continúan, es probable que se convierta en una preocupación creciente para los responsables de la política monetaria.

El Banco Central Europeo, que a principios de este año rechazó las peticiones de su sindicato para que se produjeran aumentos salariales vinculados a la inflación, analizó en su reunión de julio los indicios de una indexación que se está generalizando.

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En algunos países, como Luxemburgo, Chipre, Malta y Bélgica, la indexación nunca ha desaparecido del todo. Pero Luxemburgo suspendió este año las subas salariales previstas en su norma de indexación y, en su lugar, concedió a los trabajadores créditos fiscales.

En Bélgica se está debatiendo la normativa que ajusta automáticamente el salario de la mayoría de los trabajadores del sector público y privado en función de un "índice saludable" de la inflación que excluye los precios de los combustibles, el alcohol y el tabaco.

Según las previsiones del banco central belga, los costos salariales por hora aumentarán un 12% en total en los próximos dos años, 4,8 puntos porcentuales más que en Francia, Alemania y los Países Bajos, donde la indexación es menos habitual.

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La patronal del país, Unizo, dijo que un crecimiento salarial de ese nivel sería "devastador para nuestra economía y el empleo" y pidió que el Gobierno "saltara el índice" para rebajar las subas salariales previstas para este año.

Esta idea ha sido rechazada por Lars Vande Keybus, asesor económico de ABVV, el mayor sindicato belga con 1,5 millones de afiliados. "El poder adquisitivo es extremadamente importante si no queremos caer en una recesión más profunda el año que viene", dijo.

La práctica también ofrece un medio para proteger a los más vulnerables de las crisis del costo de vida: en muchas economías los salarios mínimos y las jubilaciones están indexados a los precios desde hace mucho tiempo.

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Pero en Brasil y Argentina, los economistas afirman que esta práctica se está convirtiendo en una razón cada vez más importante por la que el reciente aumento de la inflación se está afianzando.

Tras años de tener que conformarse con un escaso crecimiento salarial, más del 70% de los aumentos salariales concedidos a los trabajadores brasileños en junio fueron iguales o superiores a la tasa de inflación.

Alessandra Ribeiro, economista de la consultora Tendências en San Paulo, dijo que hasta 2019 la indexación representaba entre el 32% y el 35% del aumento de los precios al consumidor. Hoy en día, representa el 40%, dijo, y agregó: "Es un problema enorme. Crea enormes dificultades para que el banco central controle la inflación".

El salario mínimo de Brasil se incrementó un 10% a finales del año pasado para ajustar el crecimiento de los precios.

En la vecina Argentina, donde se espera que la inflación alcance el 90% este año, la indexación también se está afianzando, extendiéndose a los costos de la salud privada este año.

El aumento de los precios ha hecho que las paritarias anuales sean sustituidas por negociaciones semestrales e incluso trimestrales en la Argentina. "La propagación más rápida de los shocks [fomentada por la indexación] puede provocar una serie de malos resultados", dijo Santiago Manoukian, economista jefe de la consultora Ecolatina en Buenos Aires.

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