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La inversión de Warren Buffett en Apple expone el dilema de Berkshire

La bonanza del valor tecnológico ayudó a ocultar la escasez de oportunidades atractivas para el grupo.

¿Cuál será la próxima gran idea de inversión? ¿Y qué posibilidades hay de que Warren Buffett sea la persona que la identifique? A Wall Street le gustan las probabilidades a favor de ello. Las acciones de clase B de Berkshire Hathaway suben un 25% en lo que va de 2024. Y el repunte se produce en un momento en el que Buffett ha ido reduciendo rápidamente su participación en Apple, que le ha reportado un gran beneficio.

El sábado, Berkshire Hathaway comunicó sus resultados del tercer trimestre. Lo más notable es que su balance en efectivo y valores comercializables había aumentado hasta los u$s325.000 millones. Una gran parte de ese incremento procede de la venta de acciones de Apple, cuyo valor para Berkshire se sitúa ahora en u$s70.000 millones, frente al máximo que llegó a alcanzar de u$s178.000 millones. Berkshire invirtió por primera vez en Apple en 2016, cuando el precio de su acción rondaba los u$s25. En la actualidad, Apple cotiza por encima de los u$s200.

El valor contable total de Berkshire a lo largo del tercer trimestre ascendió a u$s631.000 millones, mientras que su capitalización bursátil pública es ligeramente inferior al billón de dólares. Esa prima sobre el valor neto de los activos refleja un voto de confianza de los accionistas en que Buffett, a sus 94 años, tiene en su haber otro golpe maestro similar.

Sin embargo, por ahora Buffett se contenta cada vez más con los cupones del Tesoro estadounidense que le reportan unos pocos puntos porcentuales, sin riesgo, sin dividendos ni recompras reales para los accionistas de Berkshire.

Esto contrasta con otras grandes fuentes de capital, como las gestoras de activos alternativos y BlackRock, que están invirtiendo en todo tipo de crédito privado, ya sea sencillo o exótico, y en operaciones a largo plazo en infraestructuras y centros de datos. Blackstone, por ejemplo, ha colocado en los 12 últimos meses u$s123.000 millones principalmente fuera del capital cotizado o incluso del capital riesgo.

Sin duda alguna, el negocio de seguros de propiedad y accidentes de Berkshire lleva a cabo todo tipo de sofisticadas actividades comerciales y de cobertura. Pero el grupo inversor es más conocido por comprar en gran medida acciones cotizadas en Bolsa de gran capitalización, así como megaplataformas empresariales operativas como servicios públicos de electricidad y ferrocarriles. A falta de una crisis de los mercados financieros en la que Buffett pudiera desempeñar el papel de caballero blanco con jugosas recompensas, cabe preguntarse en un entorno de mercados tranquilos si tiene que elegir valores menos convencionales.

El enorme tamaño de Berkshire hace difícil encontrar inversiones únicas que puedan ofrecer resultados significativos. Su cartera de valores de más de u$s300.000 millones alberga menos de 30 valores, y el próximo Apple probablemente tenga que ser una prometedora celebridad del segmento de las grandes tecnológicas. La bonanza que Apple reportó a Buffett ayudó a ocultar la escasez de oportunidades atractivas para Berkshire. Ese dilema vuelve a estar sobre la mesa.

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