Alberto Fernández, un improbable líder de América Latina

El Financial Times evalúa que aunque el Presidente se está posicionando como un líder natural para la región, sus retos son la crisis económica y los mismos argentinos.

Quien preside un país atrapado en su tercer año de profunda recesión y con problemas para renegociar una demoledora deuda externa en general descarta cualquier aspiración a desempeñar un mayor rol internacional. 

Pero no son tiempos normales y el pragmático líder de centro-izquierda argentino Alberto Fernández se está posicionando como un líder natural para América Latina, una región devastada por el coronavirus, plagada de graves problemas sociales y económicos y con pocos pesos pesados a nivel internacional. 

El presidente expuso su mensaje en un discurso en video ante el Foro Económico Mundial de Davos el mes pasado. La pandemia, dijo, es "un llamado de atención para edificar una casa común con otros cimientos". 

Para pulir sus credenciales regionales, Fernández ha tendido puentes hacia la izquierda y hacia la derecha. Visitó a los líderes conservadores de Chile y Uruguay y celebró las recientes victorias electorales de los socialistas de Bolivia y Ecuador. 

Esta semana, Fernández viajó a México como "orador distinguido" en las conmemoraciones del 200 aniversario de la proclamación de la independencia

Es el único líder latinoamericano invitado por el famoso presidente insular del país, Andrés Manuel López Obrador. 

Este estallido de diplomacia es oportuno. La administración Biden está ofreciendo una nueva agenda para América Latina, dejando atrás la presión de la era Trump sobre la inmigración y el cambio de régimen en Cuba y Venezuela y abrazando los derechos humanos, la protección ambiental y la lucha contra la corrupción.

Pero Fernández necesita socios. "Cuando se mira la región, hay una ausencia de liderazgo", dijo Tom Long, profesor adjunto de nuevas potencias mundiales en ascenso en la Universidad de Warwick. "La política está realmente fragmentada... y no hay pesos pesados que lideren los esfuerzos regionales".

Este, dicen los diplomáticos y analistas, es el espacio que el Presidente argentino espera llenar.

No fue casualidad que Fernández haya sido uno de los primeros líderes mundiales en felicitar a Joe Biden por su victoria electoral y fue el primer líder latinoamericano en tener una conversación considerable con el nuevo presidente de Estados Unidos después de su asunción, según el embajador de Argentina en Washington, Jorge Argüello. Los dos líderes hablaron durante 35 minutos y mencionaron su admiración común por el Papa Francisco, y los valores católicos que comparten, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores en Buenos Aires.

Por el contrario, el líder de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, y el mexicano López Obrador estaban en buenos términos con Donald Trump al final de su mandato y estuvieron entre los últimos líderes mundiales en reconocer la victoria de Biden. Bolsonaro y el presidente norteamericano todavía no han conversado.

Dicho esto, los obstáculos para que Fernández desempeñe un mayor papel en la región son formidables. América Latina carece de foros eficaces de coordinación regional. Mientras que la Asean se convirtió en un organismo regional que funciona con éxito en el sudeste asiático y la Unión Africana desempeña una función clave en ese continente, América Latina está plagada de restos de esfuerzos fallidos de integración regional.

Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue, un centro de estudios de Washington, cree que Buenos Aires podría desempeñar un papel para ayudar a EE.UU. a negociar una solución diplomática a la crisis de Venezuela; EE.UU. también podría estar interesado en asociaciones vinculadas con la energía renovable. Pero dijo: "En la medida en que Argentina esté sumida en su crisis económica, su eficacia como socio de EE.UU. en relación con Venezuela, el clima y otras cuestiones será limitada".

Shannon O'Neil, vicepresidenta del Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, cree que la política interna puede ser un problema. "Hay apertura para un líder pragmático y estratégico en América latina, pero el desafío que tendrá Alberto Fernández son los argentinos", dijo. 

"Puede que tenga esas ambiciones internacionales, pero Argentina es un país cada vez más aislado". Una argentina en particular podría ocasionarle problemas: la ex presidenta izquierdista Cristina Fernández de Kirchner. Como dijo Moisés Naím, miembro distinguido del Carnegie Endowment: "Alberto no viene solo. Tiene equipaje".

Luego está la economía. Argentina todavía está tratando de renegociar con el FMI una deuda de u$s 44.000 millones; sus reservas de dólares se están agotando y la inmensa emisión de dinero por parte del banco central ha elevado la inflación dejando a la economía en un estado lamentable.

Frente a problemas como éstos, quizás no sorprende que Fernández se haya referido varias veces al Papa en su conversación con Biden. La intervención divina puede ser una bendición.

Traducción: Mariana Oriolo


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Comentarios

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  • J

    Javier .

    22/02/21

    Fernández líder de qué? Líder de las pelotas va a ser este. Quién escribe este diario? Por qué largó y no terminó de aprender?

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  • GAC

    GUSTAVO ALEJANDRO CAMPENNI

    22/02/21

    No cumplió ni una sola promesa, libero delincuentes, fundió empresas, divido al país, trato a los empresarios de mezquinos, aumento los impuestos y regala dinero entre sus cómplices lideres y votantes. El mundo sabe que no sirve para nada, solo aca algunos le creen mientras les paguen.

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