Cómo los inversores pueden aprovechar la volatilidad de las acciones creada por Trump
Algunos quieren cubrir su cartera con liquidez u oro; para otros, se trata de una gran oportunidad de compra.
Imagínese el mundo como un pisapapeles al estilo de una bola de nieve. Donald Trump parece percibirlo así, aficionado a ponerlo patas arriba con una sacudida. En un mundo lleno de acontecimientos aleatorios, sus declaraciones rápidas pueden causar fluctuaciones de precios -volatilidad- en todos los mercados de activos. Sin duda, sus declaraciones sobre los aranceles comerciales con Canadá, México y China han agitado los mercados.
La volatilidad puede ser una señal del temor de los inversores, pero también una oportunidad para los compradores de mente despierta. Entre los gestores profesionales de carteras, las opiniones varían en cuanto a las medidas que deben adoptar para proteger los fondos de sus clientes. Algunos tendrán una política de cobertura proactiva, otros preferirán permanecer totalmente invertidos para no equivocarse en la venta de activos.
¿Y qué pasa con el inversor promedio? La protección de los activos líquidos puede consistir en algo tan sencillo como mantener más liquidez, o en una estrategia de cobertura más compleja que implique el uso de derivados como opciones y futuros. Por otra parte, también se puede optar por el riesgo puro y buscar formas de beneficiarse de los brotes de volatilidad del mercado.
Lo que está claro es que la volatilidad ha aumentado recientemente. Échenle la culpa al Banco de Japón por subir repetidamente las tasas de interés a principios del año pasado por primera vez desde 2007, o a la preocupación por las persistentes presiones inflacionarias en Estados Unidos, o incluso a la creciente probabilidad de una presidencia Trump 2.0, impensable unos años antes. Los mercados empezaron a pricear el riesgo de inestabilidad de los mercados a partir de las elecciones estadounidenses de noviembre y más allá.
La volatilidad suele medirse como un porcentaje de probabilidad, es decir, el potencial de oscilación de los precios en torno a un promedio durante un periodo de tiempo determinado. ¿Cuánto oscila el precio de mercado de un activo a diario o incluso cada hora? Las grandes oscilaciones atraen la atención de los periodistas financieros. Los cambios realmente grandes se difunden en la televisión y la radio, y todo el mundo se entera.
Pensemos en febrero de 2020, cuando el mundo reconoció que el virus del Covid podía significar algo malo para las economías mundiales. El 19 de febrero, el S&P 500 había subido casi un 5% en lo que iba de año. Diez días después, esa suba se había evaporado y el índice se había desplomado alrededor de un 13%.
Sin embargo, anticiparse a la volatilidad y ganar dinero con una explosión de miedo son dos cosas muy distintas. Algunos inversores pagarán regularmente por la protección de sus carteras si perciben que se avecinan uno o dos años difíciles. Otros prefieren abrazar la volatilidad y buscar la forma de beneficiarse de ella. La volatilidad, como las mariposas, puede ser fácil de detectar y difícil de capturar.
Perfil de inversor: ¿dormir bien o comer bien?
Para determinar cuál es el perfil de los inversores, los gestores de patrimonios suelen plantear a sus clientes una serie de pruebas de personalidad para evaluar su tolerancia al riesgo. Estas preguntas se reducen al paradigma de "dormir bien frente a comer bien". Si su cartera cae un 20% en una semana, ¿dará vueltas y vueltas por la noche, o simplemente esperará a días mejores en los que los beneficios puedan engordar su billetera?
Comprar un seguro sobre las participaciones de uno puede resultar caro. Uno puede pagar primas durante meses o años y nunca obtener grandes beneficios. Existen muchas estrategias. Una de ellas consiste en comprar sistemáticamente derivados, como opciones de venta sobre acciones, que suben de valor cuando las cotizaciones bajan.
Aquí se emplea cierto apalancamiento, de modo que pagar por una pequeña prima de opción (el precio) puede representar mucho valor nocional. Como tales, las opciones ofrecen una forma eficaz de cubrir posibles pérdidas en la cartera de acciones. Pero también son instrumentos muy volátiles.
Las tasas más comunes para este fin son las opciones de venta, que dan derecho a vender a un intermediario un determinado número de acciones a un precio (de ejercicio) específico, en una fecha determinada. Las opciones de venta funcionan para quienes esperan que los precios de los valores subyacentes bajen. Las opciones de compra ofrecen lo contrario, el derecho a comprar acciones a un precio determinado dentro de un plazo.
La volatilidad es el potencial de oscilación de los precios en torno a un promedio durante un tiempo determinado
Decir que los precios de las opciones pueden variar enormemente es quedarse muy corto. La combinación de factores en el precio de la opción -incluida la variación del precio de las acciones subyacentes al contado (volatilidad histórica), el tiempo restante hasta el vencimiento y lo cerca o lejos del precio de ejercicio (strike)- puede crear una vida promedio muy corta para estos instrumentos.
La tendencia de los mercados estadounidenses a negociar opciones con vencimiento diario, en lugar de mensual, ha creado instrumentos efímeros. Sus primas pueden desaparecer muy rápidamente. No todo el mundo quiere sentarse frente a la pantalla de su computadora, en trance, esperando una oportunidad para sacar algún beneficio. Esto significa que los traders, profesionales y minoristas, deben tomar beneficios en las opciones de volatilidad tan pronto como aparezcan.
"Lo que lo hace difícil es que existe una presión sistemática de venta sobre la volatilidad", afirma Bernie Ahkong, director de inversiones de productos Multi-Strategy Alpha en UBS O'Connor. "Hay que ser rápido para tomar ganancias".
Para quienes estén dispuestos a pagar por protegerse de la volatilidad, hay formas de hacerlo relativamente baratas. Un ejemplo típico es el put spread, una versión del cual consistiría en comprar una opción de venta sobre un índice, o incluso una acción individual, y luego cubrir parcialmente ese costo vendiendo una opción de venta más alejada del precio de ejercicio (fuera del dinero).
Para que quede claro, esta estrategia relativamente 'sencilla' conlleva sus propios riesgos. Esa opción de venta en corto limitará las ganancias en caso de desplome del mercado, ya que el precio de la opción de venta podría saltar sustancialmente y dejar al inversor sin dinero. La mayoría de los expertos también rehuirían vender en corto cualquier opción por sí sola, dado el potencial de pérdidas.
Los asesores de los inversores más conservadores pueden ofrecer otros medios para proteger una cartera de los episodios de volatilidad. En State Street Global Advisers, Altaf Kassam, responsable de estrategia de inversión e investigación en Emea, sugiere ideas más convencionales, como la compra de oro. En los últimos años, los bancos centrales de Rusia, Turquía y China han convertido este brillante depósito de valor sin rendimientos en una operación antidólar.
"Para comprar volatilidad, generalmente hay que pagar una prima [como con las opciones]", señala Kassam. "Hay que alegrarse de perder dinero, en cierto modo. Pero el oro también ha ofrecido una buena manera de diversificar".
Rupert Howard, responsable de soluciones de carteras discretas en el Reino Unido de Pictet Wealth Management, está de acuerdo en ambos puntos. Pagar por protección mediante put spreads, por ejemplo, es un costo necesario en ocasiones. Sin embargo, recomienda para las carteras valores refugio, como el oro y el franco suizo. También está la opción obvia del efectivo, dados las tasas de interés a corto plazo, que superan el 4% en divisas como el dólar estadounidense y la libra esterlina.
Según Howard, "los periodos de volatilidad ofrecen oportunidades y se necesita efectivo para aprovecharlas".
Lo único que sube en un bear market es la volatilidad
¿Y si quiere aprovechar la volatilidad? Al fin y al cabo, a veces la mejor defensa consiste en lanzar un fuerte ataque. En un mundo de bolas de nieve al revés, algunos inversores preferirán apostar directamente por la volatilidad. Curiosamente, limitarse a aumentar la posición de tesorería puede ser arriesgado.
"A menudo tenemos que analizar los pros y los contras de ir simplemente a la liquidez, como cobertura", señala Abhinandan Deb, que supervisa las estrategias cuantitativas globales de activos cruzados para Bank of America. "Existen riesgos, los costos de oportunidad... interpretar mal el timing. Ir al efectivo equivale a adoptar una visión direccional".
En cambio, se podría controlar el riesgo de volatilidad tratándolo como parte de la cartera. Pero no siempre ha sido sencillo. "Uno de los grandes desafíos es lo poco que han durado los picos de volatilidad", afirma Deb. Sigue persistiendo el fenómeno de buy-the-dip (comprar a la baja), a pesar de que las tasas de interés ya no están en cero. La opinión de los inversores alcistas es que los bancos centrales pueden, cuando surja una crisis, recortar las tasas e impulsar los precios de los activos. "Existe la percepción de un banco central puesto", según Deb.
En la era Trump 2.0 ha reaparecido cierto nerviosismo entre los traders, justo antes y después de su elección. En los últimos meses, el índice de volatilidad (Vix), una medida de la volatilidad implícita indicada por el precio de las opciones sobre el índice S&P 500, ha mostrado destellos de vida. Si hacemos un seguimiento de la volatilidad del propio Vix, conocido como VVIX, esto revirtió una caída de varios años a fines del verano boreal pasado.
La compra del índice Vix a través de un fondo cotizado en Bolsa (ETF) -una cartera de contratos de futuros del Vix- fue en su momento una idea popular entre los inversores minoristas estadounidenses. Los ETF permiten realizar operaciones con acciones de fondos que poseen canastas de valores. Desgraciadamente, la fugacidad de la volatilidad, unida al aumento de los costos subyacentes, ha hecho que, aunque el Vix suba, el precio de los ETF de Vix baje con el tiempo. Estos ETF han caído en desgracia en esta década en parte por esta razón. Hoy en día, la mayoría de los expertos desaconsejan estos productos a sus clientes.
El mercado de opciones basado en contratos de futuros para el Vix ha tomado el relevo, y se ha convertido perversamente en un medio para cubrir las carteras en Estados Unidos Según Max Grinacoff, jefe de investigación de derivados de renta variable estadounidense en UBS, "hoy en día se prefiere comprar opciones de compra del Vix en lugar de opciones de venta del S&P". Los traders e inversores prefieren anticiparse a los posibles contratiempos del mercado utilizando la volatilidad.
En Europa, Alemania tiene su propio índice de volatilidad, el Vdax, que, como su nombre indica, sigue la volatilidad implícita del Dax. Pero el más popular entre los operadores es el VSTOXX, que sigue la volatilidad implícita de los componentes del índice Euro Stoxx 50.
Estados Unidos sigue siendo el líder en derivados de volatilidad. "Donde hemos visto una gran actividad es en las opciones Vix; son increíblemente populares", coincide Mandy Xu, responsable de inteligencia de mercado de derivados de Cboe Global Markets. De hecho, en los dos últimos años han aparecido otras opciones y productos relacionados con la volatilidad.
Como ejemplo, Xu señala la creciente popularidad de los ETF de resultado definido. Los ETF que utilizan esta estrategia ofrecen una ganancia objetivo, aunque la suba está limitada para la acción o índice subyacente. El titular tiene menos de qué preocuparse si los precios de la renta variable se desploman, ya que el riesgo está claramente definido.
Sin duda, la volatilidad puede ofrecer oportunidades cuando el mercado se mueve rápidamente. Sin embargo, hay que estar preparado y dispuesto a trabajar de cerca con productos de volatilidad. De hecho, para muchos inversores el mercado siempre será un tesoro escondido, lleno de incertidumbres y oportunidades por igual.
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