¿Argentina puede terminar en una hiperinflación? El duro informe del Financial Times
El país sudamericano está inmerso en otra crisis, pero en el horizonte se vislumbran oportunidades tentadoras.
Expresar optimismo sobre Argentina puede parecer una locura. La inflación supera el 100% anual, el Gobierno se financia imprimiendo dinero y los estrictos controles de cambio hacen que el dólar en el mercado negro valga casi el doble que el oficial.
Aislado de los mercados internacionales tras su noveno default en 2020 y sufriendo una grave sequía, el exportador de alimentos sudamericano podría caer este año en la hiperinflación o incluso en un colapso económico.
Sin embargo, si se mira un poco más lejos, se vislumbra una tentadora serie de oportunidades. Éstas, junto con un nuevo gobierno en octubre, podrían ofrecer a Argentina su mejor oportunidad en una generación.
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"Nadie duda de que será un año muy difícil", afirma Pierpaolo Barbieri, fundador y CEO del banco digital Ualá. "Pero a medio plazo, cuatro sectores me hacen ser muy optimista: agroindustria, energía, minería y servicios digitales".
El gigantesco desarrollo de Vaca Muerta, en la Patagonia, está cambiando la situación. Vaca Muerta, el segundo yacimiento de shale oil más grande del mundo, empezará este año a bombear gas por un nuevo gasoducto para abastecer a la región de Buenos Aires. Una segunda fase abrirá las exportaciones a Brasil y Chile.
"En dos años podríamos pasar de un déficit comercial energético de u$s 5000 millones anuales a un superávit de u$s 15.000 millones", explica Alfonso Prat-Gay, exministro de Hacienda. "Soy muy optimista sobre el potencial del cobre y el litio. El año pasado, Chile ganó casi u$s 50.000 millones por exportaciones mineras, mientras que en Argentina fueron u$s 5000 millones. Pero compartimos la misma cordillera".
La exuberante pampa argentina, la suculenta carne vacuna y el apreciado vino Malbec hacen que el país se considere ante todo una potencia agrícola. Pero otro boom está en marcha en el norte del país, rico en litio, el 'oro blanco' de la revolución eléctrica. JPMorgan calcula que en 2030 Argentina será el tercer productor mundial de litio.
En un país casi tan famoso por despilfarrar oportunidades económicas como por ganar Mundiales de fútbol, surge inevitablemente la pregunta de si esta visión de prosperidad no es más que otro espejismo.
"Que Argentina tenga enormes posibilidades de mejorar su economía no significa que necesariamente vaya a ocurrir", afirma Diana Mondino, economista de la Universidad del CEMA de Buenos Aires. "Hay una incertidumbre fenomenal sobre la posible dirección de la política argentina".
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Mondino señala que Argentina tiene unos 7 millones de ciudadanos que viven de la asistencia social, muchos de los cuales nunca han trabajado y tienen pocos incentivos para hacerlo. Millones más disfrutan de facturas de energía fuertemente subvencionadas. Será difícil eliminar estas ventajas.
Marcos Casarín, de Oxford Economics, se muestra escéptico respecto a Argentina, señalando la extrema generosidad del FMI al refinanciar u$s 45.000 millones de la deuda argentina sin exigir apenas ajustes. "Es un programa súper laxo", afirma. "Está dando una falsa sensación de prosperidad".
Mucho depende del próximo gobierno, que tomará posesión en diciembre. El Presidente Alberto Fernández y su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner son demasiado impopulares para volver a ganar y no está claro a quién presentará el oficialismo.
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La oposición está dividida, con un libertario de extrema derecha, Javier Milei, que obtiene buenos resultados frente a candidatos más consolidados, como el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, o la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Pero lo más probable es que gane un gobierno más favorable a las empresas. Si actúa con rapidez para desregular la economía, recortar el gasto y restablecer la confianza en el golpeado peso, Argentina podría despegar; y cuanto peor sea la crisis cuando asuma el poder, más fácil le resultará adoptar medidas radicales.
"La economía sigue funcionando incluso con todas las distorsiones que se han creado", afirma Fernando Jorge Díaz, economista argentino de Citi. "Si se puede aportar algo de estabilidad, empezará a crecer muy rápido".
Argentina no necesitará hacer mucho para quedar bien en comparación con el resto de América latina. El crecimiento débil está a la orden del día desde México a Chile, ya que los líderes de la región, en su mayoría de izquierda, anteponen la distribución de la riqueza a la creación de riqueza. Argentina, la eterna decepción, aún puede dar la sorpresa.
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