Entrevisa a Steven Mnuchin

Imperdible: el secretario del Tesoro de EE.UU. habla de todo con el FT

El jefe del equipo económico de Donald Trump dice que cualquier acuerdo con la OMC está un peldaño por debajo del objetivo de generar empleo. También dijo que el plazo de agosto para lanzar su programa de reformas impositivas es muy ambicioso

El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Entrevisa a Steven Mnuchin,  aclara, en una entrevista exclusiva, cuál es la estrategia de Donald Trump respecto al proteccionismo, el comercio con China, al valor del dólar, la reforma impositva y las prioridades en la economía.

-Uno de los temas que surgieron (en las reuniones del G20 en Alemania) fue el impuesto fronterizo, y el ministro de economía alemán amenazó con denunciarlo ante la OMC si lo implementara. ¿Qué harán?
-Específicamente en cuanto a la reforma tributaria, estamos ocupados trabajando en eso desde que asumí el cargo. Tenemos un inmenso departamento con más de 100 personas analizando todos los diferentes tipos de escenarios y evaluando muchas alternativas distintas.

Creo que la prioridad del presidente para esta reforma es bajar impuestos a los ingresos medios, simplificar los gravámenes personales, y que sea más competitivo nuestro sistema tributario para las empresas. Tenemos uno de los impuestos a las sociedades más altos; y eso combinado con la posibilidad de diferir el pago en otros países hace que nuestras compañías sean poco competitivas o las incentiva a dejar billones de dólares fuera del país. Por lo tanto, estamos trabajando con esos temas. El impuesto fronterizo es una de las tantas cosas que hemos estudiado, y que tenemos en consideración.

-Tenemos la impresión de que si bien el impuesto fronterizo técnicamente está aún sobre la mesa, hasta quienes lo apoyan creen que no va a formar parte de un acuerdo general. ¿Es así?
-Hay aspectos que nos gustan del impuesto fronterizo, y hay aspectos que no. Tiene implicancias para la moneda. Tiene implicancias para los precios minoristas. Hay cosas que nos gustan del lado del comercio. Diría que ahora estamos más centrados en la política que en cumplir con la OMC. No hay razón para preocuparse por la OMC hasta que lo decidamos. Ya dije antes que estamos trabajando estrechamente con la Cámara de Representantes y con el Senado sobre un régimen impositivo integral. Y antes de que alcancemos un consenso en una serie de temas diferentes, ésta es sólo una de las piezas. Sería prematuro discutirlo como una única pieza.

-¿El gobierno quiere estar seguro de que esas reformas tributarias sean adecuadas y fiscalmente neutrales; que no tiendan a expandir el déficit?
-Hay que entender que el gran foco del presidente, y el mío, tiene que ver con crear crecimiento económico. Lo acompañé durante la campaña del año pasado y estuve muy involucrado en el desarrollo de esos planes económicos.
El crecimiento es nuestra prioridad número uno. La diferencia entre 1,8% del PBI y 3% del PBI es asombrosa. Muchos de los problemas que tenemos en este país se resuelven en parte con crecimiento. Lo que queda claro es que nosotros apoyamos medidas que no eleven el déficit, con crecimiento. Eso no significa que vaya a ser neutral respecto al déficit.

-¿Entonces ustedes están hablando de una tendencia de crecimiento de 3%?
-Con mis comentarios me refería a en qué nos estamos concentrando. ¿Cuáles son las políticas que van a crear crecimiento económico? La reforma impositiva, el alivio regulatorio, la inversión en infraestructura. Creemos que esas cosas combinadas pueden crear un 3% de crecimiento.
Repito, para que no queden dudas, que dije dos cosas. Una es que, para calcular si se ve afectado el déficit o no, existen varios cálculos y modelos diferentes. Esa es la primera cuestión. La segunda cuestión que señalo es la magnitud de lo que genera el crecimiento económico. Cuando se habla de u$s 1 billón, bajo un régimen de ajuste fiscal fronterizo, el crecimiento económico genera muchos ingresos. La razón por la que nos centramos en el crecimiento económico es que crea oportunidades para la clase media. Esto es lo que crea una economía que coloca a Estados Unidos en una posición sólida.

-En cuanto al Obamacare, algunas personas dicen que no había preparación suficiente... ¿Qué están haciendo diferente esta vez para lograr sus objetivos en materia de impuestos?
-La verdad es que no participé en el asunto del Obamacare. Sé lo que estaba pasando, pero tengo mucho que hacer acá en el Tesoro. De modo que hay cosas en las que estoy muy concentrado. Quizás algunas de las lecciones aprendidas en materia salud puedan aplicarse a los impuestos, pero no estoy seguro de que esto ocurra en todos los casos.

-¿Un nuevo proyecto para el programa de salud aumenta el riesgo de que agosto sea un plazo poco realista para la reforma impositiva? Muchas personas en el Congreso lo dicen.
-Desde el día uno dije que agosto era un plazo agresivo. Ahora estamos apuntando a implementar el plan, pero creo que a esta altura es poco probable que se apruebe antes de agosto, dada la instancia en que estamos y las demoras que afectaron otras cosas. Esto no significa que nos dimos por vencidos, pero fue un plazo agresivo desde un principio y probablemente se haya retrasado un poco debido al sistema de salud.

-¿Sigue pensando que podría llegar a tiempo para las declaraciones de impuestos de 2017?
-Sin duda. Y vuelvo a decir que ocupa un lugar prioritario en la agenda del presidente generar crecimiento económico.

-¿Piensa que un dólar fuerte es bueno para la economía de Estados Unidos?
-He sido bastante coherente con mis comentarios y creo que él ha sido bastante coherente con los suyos. De lo que hablamos es del valor a largo plazo del dólar. Y como la moneda del mundo, la moneda de reserva principal, creo que es bueno que el dólar se mantenga fuerte durante períodos prolongados. Es una función de la confianza y la solidez de la economía de Estados Unidos.Se puede decir que en términos de monedas, somos el país más independiente. Tenemos una Reserva Federal independiente. Si bien me reúno todas las semanas con Janet Yellen, la política monetaria de la FED es independiente de nosotros. Mis comentarios sobre el dólar tienen que ver con su [valor a] largo plazo. Según el presidente, con quien, vuelvo a decir, estoy de acuerdo, en plazos cortos de tiempo, la fuerza del dólar genera ciertas cuestiones que afectan nuestras exportaciones.
Creo que se refirió a eso, lo cual, desde un punto de vista objetivo, es correcto... No intervenimos en los mercados cambiarios. Por eso, la fuerza del dólar en cierta forma refleja la fuerza de la bolsa. A mi modo de ver, es una función de la confianza en el potencial de la economía de Estados Unidos y el estado actual de la economía de Estados Unidos, especialmente en relación con el resto del mundo.
Eso en cuanto a la moneda y el informe monetario creo que si bien las conclusiones pueden ser similares a las de informes anteriores, si realmente se lee el informe, los detalles son muy distintos.
Para el período en que escribimos el informe, hay una ley de 2015 y una ley de 1988... que pasan ciertas pruebas. Es claro que, en ese momento, si se manipulaba una moneda era para perjudicar a Estados Unidos. Si se manipula una moneda que favorece a Estados Unidos, no se trata de manipulación monetaria. Este es un término definido.
No creo que eso no sea coherente con los comentarios del presidente durante la campaña y en los que todo el mundo está concentrado. Los comentarios del presidente durante su campaña reflejaron períodos previos. Y ahora que pienso, creo que tanto la combinación de los hechos como la combinación de lo que dijo el presidente, y que China está trabajando con nosotros... Pero me saco el sombrero ante el personal del Tesoro por algo que llevó mucho trabajo. No solo la conclusión, sino todos los detalles. Y, sí, le comentamos a Christine que una de las principales funciones del FMI es centrarse en las monedas del mundo.

-Dice que el gobierno no interviene en los mercados de divisas, pero algunas personas que trabajan en los mercados interpretaron que las declaraciones del presidente la semana pasada pretendían debilitar el dólar...
-No, para nada. No concuerdo en lo más mínimo.

-OK. Entonces, ¿eso no es parte de la estrategia? ¿Debilitar el dólar?
-No. El presidente estaba haciendo un comentario fáctico sobre la fortaleza del dólar a corto plazo. Por cierto, cuando hablamos de intervención, incluso hicimos una observación sobre esto en el informe, del dicho al hecho hay un gran trecho.

-Porque, según dijo, China está trabajando con Estados Unidos. ¿Puede dar algún detalle de qué está haciendo China? Porque a mí me parece que Donald Trump es el primer presidente que vincula la economía/el comercio con la seguridad nacional.
-En términos generales, creo que la penúltima semana obviamente fue una de las semanas más interesantes e impresionantes del presidente desde su asunción. Empezó con la visita del presidente de Egipto, en la que participé, tanto en el almuerzo en la Casa Blanca como en una reunión que mantuve con él y su equipo económico.
En la visita oficial de Jordania no participé, pero sin duda fue la siguiente parte importante de las cosas que el presidente hizo esa semana. Participé en una serie de debates del Consejo de Seguridad Nacional (CSN). Dadas las actividades de financiación del terrorismo, el Tesoro participa en estos debates.
También se hicieron muchos preparativos para la visita de China, que no podría haber dado mejores resultados. En mi opinión, para empezar, creo que el diálogo entre ambos presidentes fue muy importante. Desde el lado de la economía, el secretario Ross y yo vamos a codirigir un avance en el diálogo económico con ellos, que abarque todos los aspectos de la economía, incluyendo el comercio y las inversiones.
Si bien compartimos algo de información inicial, lo más importante es que acordamos con nuestros pares trabajar en un plan de 100 días. Esto ya está en marcha. Compartieron información con nosotros y nosotros con ellos. Esta semana habrá reuniones de personal para continuar con ese trabajo; creo que veremos un avance real en los frentes económicos con China.
Como sabrá, el presidente también hizo hincapié en el trabajo con Corea del Norte y los asuntos estratégicos. Mi participación en esto último es desde el punto de vista de las sanciones. Así es que estaremos trabajando codo a codo con nuestros pares. Mencioné también que dimos a conocer sanciones contra Corea del Norte. Y daremos a conocer nuevas sanciones contra ese país.

-¿Sanciones directas contra Corea del Norte, en oposición de las sanciones secundarias contra China?
-Correcto. Corea del Norte, obviamente me refiero a individuos o empresas. Estos programas de sanciones son muy importantes. Es una de las partes más importantes de mi labor. La semana pasada dimos a conocer sanciones contra violaciones de derechos humanos en Irán. Habrá más sanciones contra Irán en relación con asuntos nucleares. Controlaremos el comportamiento de Irán bien de cerca. Daremos a conocer importantes sanciones contra Siria. Creo que en el corto plazo, más de 200 en términos del tamaño y alcance de Siria y empresas vinculadas a Siria. Esto es una parte importante de lo que estamos haciendo.

-En cuanto a China ¿en la cumbre, o en reuniones posteriores, se debatió la posibilidad de aplicar sanciones secundarias contra empresas o individuos chinos que hagan negocios con Corea del Norte?
-Estamos teniendo debates muy productivos con nuestros pares. Me refiero a la cooperación en lo que respecta a Corea del Norte, que lógicamente es nuestro principal objetivo.

-Siguiendo con el tema de las sanciones, habló de más de 200. ¿Son individuos o empresas?
-Una mezcla de ambos.'

-OK. ¿Y a corto plazo?
-En en caso de Siria, en las próximas dos semanas, se autorizarán previo a ser dadas a conocer.

-¿Le parece necesario un tratado bilateral de inversión entre Estados Unidos y China?
-Sin duda es uno de los temas de la agenda que estamos debatiendo. Hay asuntos que podemos tratar, áreas en las que podemos trabajar sin firmar un acuerdo bilateral de inversión hecho y derecho.

-¿Por ejemplo?
-Sin dar detalles, hay sectores en los que claramente tenemos experiencia y también hay temas técnicos de los que creo que hemos hablado, ya sea empresas de tecnología y cosas como asegurarse de que cuando las compañías estadounidenses vayan allí, su propiedad intelectual esté protegida.

-En lo que se refiere a impuestos, últimamente no hemos escuchado mucho sobre el tema de la repatriación. ¿podría utilizarse para infraestructura?
-Vamos por partes. Creo que el presidente fue coherente en que, como parte del plan fiscal, queremos crear algo que traiga de regreso billones de dólares del extranjero. Y, por cierto, por conversaciones que tuve con muchos CEO que tienen dinero en el exterior, sé que quieren traerlo de vuelta. El plan tendrá claramente una parte que motive a las empresas a traer ese dinero de vuelta, y creemos que ese dinero será reinvertido en Estados Unidos y servirá para crear numerosos puestos de trabajo.
Por otra parte, el presidente dijo que el gasto en infraestructura es una de sus prioridades, y hemos hablamos de gastar u$s 1 billón en infraestructura. Cabe aclarar que no queremos hacer algo que genere un déficit multimillonario, por lo que tendremos que analizar la manera de financiar el gasto en infraestructura. Se tratará de asociaciones entre el sector público y el privado, podría ser una combinación entre lo que está dentro y fuera del balance general. Hay muchos aspectos diferentes que estamos analizando. Si la infraestructura está asociada a la reforma fiscal o no es algo que analizaremos y tomaremos en consideración.

-¿Cree que es viable?
-Solo digo que es algo que estamos analizando. No hemos tomado ninguna decisión. Pero me animo a decir que la infraestructura es una de las prioridades del presidente. Incorporamos muchos grupos, nos concentramos y creamos un equipo en torno a la infraestructura. Gary Cohn es quien lidera esto, fuera de la Casa Blanca, sobre una base interinstitucional. Trabajo en estrecha colaboración con él sobre las formas de financiar el programa de infraestructura; es una de las prioridades fundamentales del presidente.

-Sí, pero, ¿usted habló creo que de u$s 200.000 millones de gasto directo en infraestructura, como parte del billón?
-Yo diría que probablemente implique cientos de miles de millones. Ya sea que paguemos con la reforma fiscal o [con] otras cosas; analizaremos varios aspectos.

-Hace poco se interpretó que algunos de los comentarios del presidente sugerían que estaría dispuesto a volver a nombrar a Janet Yellen como presidente de la FED el año próximo.
-Me reúno con ella todas las semanas, tenemos conversaciones muy productivas, creo que hay una larga trayectoria de trabajo conjunto entre el Tesoro y la FED. Estoy muy satisfecho con esa relación y con trabajar con Yellen hasta hoy: ha sido muy productivo. De hecho, yo estaba en el despacho del presidente mientras él daba esa entrevista al Wall Street Journal; estaba ahí cuando le hicieron esas preguntas y hubiera respondido lo mismo que él. Somos abiertos; es demasiado pronto para tomar decisiones, pero somos abiertos.

-Se la asocia a un régimen monetario bastante estable, no es un halcón. Por lo que dejan entrever sus comentarios, ¿el presidente no quiere que pongan a un halcón en la FED?
-Diría que por ahora estamos centrados en tres cargos que tenemos que cubrir en la FED, y esa es nuestra prioridad por el momento. Son tres cargos muy importantes, empezando por el de vicepresidente de supervisión...

-En materia de regulación financiera, se reabrió el debate sobre la Ley Glass-Steagall II, sería muy útil conocer su opinión al respecto.
-Se publicaron muchas cosas en la prensa sobre este tema, así que, si me permiten, voy a clarificar el asunto. Se trata de algo sobre lo que estuve trabajando con el presidente durante la campaña. Y fuimos muy específicos cuando hablamos -en los discursos de campaña- sobre una Ley Glass-Steagall del siglo XXI. Lo dijimos muy claro. No creemos en retroceder a la antigua versión de la Ley Glass-Steagall. Eso ya es antiguo. Los bancos y los bancos de inversión obviamente cambiaron radicalmente desde ese entonces.

Los temas financieros que existían en el momento de la creación de la Ley Glass-Steagall son muy diferentes a los de hoy. En lo que respecta a este tema, creo que lo más importante acerca de la combinación de bancos y bancos de inversión es que en este preciso momento no creo que exista un banco de inversión importante que no sea un holding bancario en Estados Unidos.
Y una de las funciones más importantes de los bancos de inversión y los bancos es aportar liquidez a los mercados financieros. Una de mis preocupaciones acerca de la regla Volcker es que hay aspectos de su definición que restringen la liquidez de los mercados secundarios. El mercado bursátil es un mercado mandatario; muchos de estos otros mercados son mercados extrabursátiles mandantes. Así es que uno de los temas en los que más enfocado estoy dentro de mi rol en el Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera (FSOC) es en volver a analizar, junto con los organismos de regulación, las definiciones de la regla Volcker, y garantizar que esta regla aporte la liquidez adecuada. Ese es uno de los temas que ya surgió en nuestra revisión de las reformas financieras en el marco del decreto y ya empezamos a debatirlo.
No creo que retroceder por completo a la Ley Glass-Steagall tenga sentido, y ese es el motivo por el que el presidente trazó una diferencia al hablar de una versión del siglo XXI de la Ley, y no de un retroceso total.

-Permítame volver al tema de la reforma fiscal un momento. ¿Cuál sería la fecha más pronta de presentación del plan?
-Depende, el presidente habló acerca de cómo ordenamos este tema en relación con el sistema de salud y otras cosas. Ocupa un lugar prioritario en la agenda, en este momento hay discusiones en marcha, detrás de escena. Sería apresurado precisar una fecha exacta.

No una fecha exacta, pero no ocurrirá antes de un mes... ¿o puede darnos una idea...?-Creo que hacerlo antes de agosto sería sumamente agresivo y poco realista en este momento, considerando que debe pasar por el despacho del presidente para su aprobación y firma. Eso no significa que no pueda lanzarse antes de agosto y, vuelvo a repetir, me animo a decir que es uno de los temas prioritarios de la agenda. Espero que se concrete en 2017. No creo que se extienda más allá de ese plazo.

-¿Y espera que la infraestructura esté lista en 2017?
-No puedo afirmar el plazo exacto. Creo que las cosas empezarán a dar fruto en 2017. Gary Cohn es realmente la persona principal que está trabajando en infraestructura, pero estamos trabajando juntos en el financiamiento.

-¿Cuál fue su mayor sorpresa luego de dos meses y medio en este cargo? ¿Qué aprendió?
-Encuentro más similitudes entre esto y el ámbito empresarial de lo que esperaba. Una de las que me animo a señalar es que el Tesoro desempeña numerosas funciones operativas. Hay muchos asuntos que son muy similares a las empresas en términos de lo que tenemos que gestionar, y muchas operaciones diferentes que llevamos adelante. Nos ocupamos de todo, obviamente, desde imprimir dinero y recaudar impuestos hasta literalmente del agente fiscal encargado de distribuir fondos. Hay un componente operativo muy importante.

Y las cosas que aprendí en el ámbito de los negocios en términos de procesos y toma de decisiones son de hecho mucho más similares de lo que pensaba. En la administración trabajamos en estrecha colaboración. Así, para temas económicos, Gary Cohn, el secretario Ross y yo nos reunimos periódicamente. Con Mick Mulvaney nos reunimos una vez por semana para conversar sobre temas económicos. Gary y yo obviamente trabajamos en Goldman Sachs juntos. Allí había una cultura de equipo.
Es sumamente similar al ámbito empresarial: hay muchos temas en los que se requiere examinar diversos asuntos, fijar prioridades y tratar de lograr consenso. Pienso en la adopción de nuevos enfoques. Por ejemplo, si hablamos del decreto que estamos elaborando en materia de reforma financiera, lo estamos encarando como una gestión de proyectos de negocios. No hay diferencia entre esto y llevar a cabo una revisión estratégica dentro de una gran empresa.
En los negocios uno sale y escucha a los clientes, a los accionistas, a los reguladores. Se sale a buscar feedback. Cientos de empresarios, pequeñas empresas y grandes empresas pasaron por acá y por la Casa Blanca. Se trata de una administración que escucha. Entonces cuando hacemos cosas -de nuevo, creo que es muy similar a lo que se hace en los negocios-, salimos, escuchamos, tomamos decisiones y, en última instancia, la labor del presidente, que no se diferencia de la de un CEO, consiste en recabar mucha información para tomar decisiones.

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