Financial Times: usar los fondos de pensiones para combatir el Covid sería un error

Los inversores institucionales más grandes del mundo temen que se les pida que brinden apoyo financiero directo a sus economías, por ejemplo apuntalando a las empresas más débiles como una aerolínea

Los gestores de fondos soberanos y fondos de pensiones estatales prefieren mantenerse al margen de la política, algo que se complica en la era del coronavirus. El Covid-19 ha dado un vuelco al sector corporativo mundial, y estos inversores temen que la mirada de los políticos locales apunte lentamente hacia los grandes pools de activos pensados para el pago de beneficios a futuros jubilados.

Mientras que la pandemia causa estragos en todo el mundo, los gobiernos se ven obligados a recortar sus presupuestos para limitar el daño que provoca el virus en la salud de sus ciudadanos y economías.

Los bancos centrales respondieron bajando las tasas de interés a cero para aliviar la situación financiera, y comprando más deuda mientras los gobiernos salieron a emitir para financiar planes de estímulo. Eso generó críticas en el sentido de que se ha politizado a los bancos centrales, creados para ser independientes del gobierno a raíz de la crisis. Los gestores de fondos soberanos y de fondos de pensiones estatales ahora temen ser ellos los siguientes.

Los inversores institucionales ya tienen que soportar el efecto de las intervenciones fiscales y monetarias, que empujaron los precios de los títulos públicos a niveles récord y los obligó a ajustar sus políticas de inversión en busca de rendimientos en otros lugares.

Los académicos temen que el dolor de cabeza por el Covid aumente a medida que los fondos soberanos y los grandes fondos de pensiones reciban presiones de los políticos para que brinden apoyo financiero directo a sus economías, por ejemplo apuntalando a las empresas más débiles como una aerolínea o una institución financiera en problemas.

Los desafíos que enfrentan los fondos de pensiones son globales. "La desaceleración de la economía implica menos aportes, mientras que las tasas bajas significan menores rendimientos y hasta pueden ser negativos en términos reales", dijo Suyi Kim, directora por Asia-Pacífico de la Junta de Inversiones del Plan de Pensiones de Canadá con sede en Toronto, y que administra cerca de u$s 300.000 millones en nombre de los jubilados de la nación.

"Puede que nos llamen", aseguró Kevin Bong, director de asignación de activos en GIC, que invierte reservas extranjeras de Singapur por más de u$s 100.000 millones. "Puede que veamos salidas de fondos cuando Singapur utilice sus reservas para apoyar la política del gobierno", agregó.

Los fondos de pensiones también están teniendo que hacer frente al impacto que tiene en sus flujos de fondos el envejecimiento demográfico.

Los políticos deberían ser cautelosos con los efectos a largo plazo que provocará su decisión de poner estos fondos a trabajar en la crisis actual.

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