Financial Times: precios de acciones en las nubes por temor al coronavirus

Mientras se vea al coronavirus como una amenaza al crecimiento mundial, los inversores confiarán en que las tasas de interés seguirán bajas. La epidemia parece ser "positiva" para los valores de los bonos y las acciones.

La semana pasada, el presidente de EE.UU., Donald Trump, hizo alarde de los precios de las acciones. "¡El mercado de valores más alto de la historia, por lejos!", tuiteó después de que el S&P 500 marcó un nuevo récord.

Quizás no sorprenda: el reciente desempeño de las acciones norteamericanas es realmente extraordinario, en particular dada la epidemia de coronavirus. Sin embargo, si Trump (o cualquier otra persona) quisiera observar desde otra perspectiva, sólo tendría que dar un vistazo a una encuesta mensual que elabora la Universidad de Michigan para evaluar el ánimo de los consumidores respecto de las acciones.

Su publicación de febrero sugiere que el 66% de los consultados espera que los precios de los papeles sigan subiendo este año, muy por encima del resultado de 56% de principios de 2019, o de 51% de 2016, antes de las últimas elecciones presidenciales. El nivel actual de optimismo supera incluso el registrado a principios de 2007.

Esto parece ser una buena noticia; pero en las últimas cuatro veces que los niveles de optimismo superaron el 60%, los valores de las acciones cayeron poco tiempo después, con un descenso de entre 10% en 2018 a 47% en 2008.

Sin duda, Trump restaría importancia a semejante determinismo histórico. Pero la encuesta no es el único indicador que deja una enseñanza. Un ejemplo es el ratio entre los precios de las acciones y las ganancias futuras de las compañías del S&P 500: hace poco superó las 19 veces, su nivel más alto desde el auge de las puntocom. O se puede analizar la relación entre los precios de las acciones y las ventas de las compañías del S&P 500: se ubica en 2,3 veces, que es la más alta en una década.

Por supuesto, semejantes cifras podrían —casi— tener sentido si el sector empresarial estadounidense estuviera a punto de iniciar un período de auge. Y hasta hace poco, la mayoría de los analistas asumían que 2020 ofrecería un buen crecimiento de ganancias, después de un 2019 débil. Pero si bien los últimos resultados de las compañías son alentadores, debido al coronavirus ahora los analistas están bajando sus expectativas de ganancias para 2020.

Además, hay que considerar otra métrica crucial del mercado que ayuda a explicar los niveles actuales de las acciones: los rendimientos relativos. Hasta la crisis de 2008, los inversores solían asumir que la rentabilidad por dividendo de las acciones debía ser inferior al rendimiento de los bonos.

Sin embargo, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años hoy es de 1,54%, debido a los recientes recortes de tasas de la Reserva Federal estadounidense. Eso se compara con la actual rentabilidad por dividendos de las acciones de S&P 500 de 1,7%. Ambos se ven eclipsados por el rendimiento de los beneficios sobre las acciones, que es cercano a 5%, según los cálculos de Ed Campbell, estratega de PGIM.

Esta diferencia hace que para los administradores de activos resulte difícil mantenerse lejos del mercado de acciones, incluso a precios por las nubes, particularmente porque muchas compañías están aprovechando las bajas tasas de interés para emitir deuda y emplear lo recaudado para recomprar acciones. "La mayoría de las métricas refleja que los mercados de acciones están caros", señala Greg Peters, otro estratega de PGIM. "La única que no indica eso es el rendimiento relativo".

Para decirlo de otra manera, para entender el movimiento de las acciones estadounidenses, hay que observar el comportamiento de los bancos centrales, no sólo el de las propias compañías. En este contexto, mientras se perciba el brote de coronavirus como una amenaza al crecimiento mundial, también los inversores sentirán confianza en que las tasas seguirán bajas. Es por eso que las "malas" noticias sobre la epidemia parecen "buenas" para los precios de los bonos y las acciones por igual.

En medio del triunfalismo en la Casa Blanca, el punto clave es éste: quien crea que las acciones podrán seguir desafiando el precedente histórico en 2020, también debe saber que ha cambiado algo fundamental en la economía política que permitirá a los bancos centrales mantener las tasas muy bajas, en forma casi indefinida. Quizás ésa sea una apuesta razonable; pero también es muy audaz.

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