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Los holandeses que compraron un pueblo entero y abandonado hace más de 25 años: ahora lo están restaurando

Una familia holandesa ha transformado esta villa abandonada que alguna vez supo abrazar a más de 150 habitantes.

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Un pueblo olvidado que en su día llegó a contar con más de 150 habitantes comienza a recuperar su esencia gracias al esfuerzo y profundo amor de una familia holandesa que quedó cautivada por su encanto perdido.

Hace más de 25 años, un hombre holandés, enamorado de la belleza de este pueblo en ruinas rodeado de montañas y fauna salvaje, decidió comprarlo. Fue su pasión por el paisaje y el deseo de darle una segunda oportunidad lo que lo llevó a iniciar un ambicioso proyecto de restauración.

Una familia holandesa ha transformado esta villa abandonada que alguna vez supo abrazar a más de 150 habitantes. (Imagen: Monxileros) 

Con el paso del tiempo, y con la ayuda de su hijo Jacobo, este hombre fue restaurando cada rincón de este hermoso pueblito situado en la provincia de Huesca. 

En un video del canal de YouTube Monxileros, los aventureros relatan su experiencia recorriendo el lugar. Durante su visita, Jacobo compartió la historia de cómo su familia dejó atrás la vida urbana para abrazar un estilo de vida único en este pueblo renacido.

Compraron un pueblo abandonado y ahora lo están restaurando

"Mi padre visitó el pueblo por primera vez en 1996, cuando todo estaba en ruinas, sin agua ni luz", contó Jacobo. "Una amiga le pidió ayuda para venderlo a unos alemanes, pero él insistió en verlo antes". Al llegar, quedó fascinado al observar un águila real sobrevolando el lugar y decidió que debía quedarse allí.

La reconstrucción ha sido un proceso lento pero constante: cuatro viviendas están completamente restauradas, mientras que otras tres se mantienen en pie gracias a trabajos de mantenimiento.

No obstante, su proyecto va más allá de la restauración, pues trabaja con vacas serranas de Teruel, una raza autóctona en peligro de extinción. "Engordo a los terneros y los vendo al consumidor final en lotes de carne".

Los holandeses que compraron un pueblo entero y abandonado hace más de 25 años ahora lo están restaurando. (Imagen: Monxileros)

El día a día en este pequeño pueblo no es sencillo, pero Jacobo lo describe como algo maravilloso: "Siempre hay algo para hacer. Es una vida muy sana, solo el vivir aquí sin hacer nada ya te cuesta un esfuerzo: tienes que entrar la leña, calentarte, comer etc."

La apuesta de una familia para revitalizar el pueblo

Esta familia holandesa no sólo busca rescatar el lugar, sino también abrirlo a nuevas historias. Jacobo expresó su deseo de atraer a otros emprendedores interesados en un estilo de vida diferente. "Ofrecemos un alquiler de 30 años. Te arreglas la casa y puedes intentar hacer tu plan de negocio aquí".

Así, este pequeño pueblo, que parecía destinado a desaparecer, vuelve a respirar gracias a la perseverancia de quienes lo han hecho su hogar. Una historia más que demuestra que los pueblos abandonados aún tienen mucho que ofrecer.

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