CON UN DÉFICIT DE $ 600 MILLONES, buenos aires depende DE LA ROSADA

Scioli apuntará a la evasión fiscal para tener autonomía financiera

En la agencia ARBA preparan una batería de medidas contra los evasores. Sin contar el aumento en paritarias a los estatales, Buenos Aires no tiene fondos para los aguinaldos

Como toda negociación, Daniel Scioli la comenzó pidiendo más de lo que sabía que podía obtener. El reclamo original ante la Casa Rosada, expresado por el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, fue rediscutir la coparticipación federal y el Fondo del Conurbano. Su posible modificación implica un extenso y arduo debate nacional, que explica que siga inconcluso desde hace 20 años. El amague hasta ahora ha servido para instalarlo en agenda. Por eso, descartada una suba de impuestos, la lupa sciolista sigue posada en la recaudación para buscar oxígeno financiero. En este contexto se explica que el propio Scioli haya incorporado la falta de pago en su agenda de prioridades. La batalla contra el flagelo de la droga; la necesidad de desarmar a los delincuentes; y claro, la evasión fiscal, que es muy grande, enumeró el ex motonauta en una reciente entrevista.

En ARBA, a cargo de Martín Di Bella, preparan una batería de medidas para combatirla, que contempla incluso denuncias penales, dentro de un plan para desarrollar en los próximos tres años. Aunque la urgencia sciolista es mucho más inmediata. Sobretodo considerando las próximas paritarias.

En los despachos bonaerenses ya no niegan que ahora apuestan a un eventual descongelamiento del tope de $650 millones de la caja extra que le reclamó Eduardo Duhalde al por entonces presidente Carlos Menem. Casualidad o no, esa cifra es muy similar al déficit que arrojan las calculadoras sciolistas para no volver a sufrir otra batalla por el medio aguinaldo con la Nación, como la del año pasado. Sin contar las paritarias, eso es lo que necesitamos para lograr una autonomía hasta junio, reconocen en despachos platenses.

En octubre del año pasado, ya superada la crisis con la inyección de fondos nacionales que costaron sudor y lágrimas, Scioli juntó a su equipo económico en búsqueda de alternativas para depender lo menos posible, financieramente, de la Rosada. No suena azarosa la fecha autoimpuesta: más allá de los fondos, la gran pelea del sciolismo con el Gobierno de este año será por más lugares en las listas, con el deseo de recuperar el control de la Legislatura provincial. El 12 de junio es el plazo para registrar las alianzas y el 22 para la presentación de los candidatos que competirán en las primarias del 11 de agosto.


Confrontando recaudación contra sueldos, el balance bonaerense arroja un déficit de casi $600 millones, según confiaron fuentes platenses. Ante el diagnóstico, el gobernador reclamó alternativas, descartada cualquier otra suba de impuestos. La naranja ya no se puede exprimir más, metaforizó días atrás Santiago Montoya, presidente del Grupo Bapro.

Más cruces.

Los cortocircuitos entre el kirchnerismo y el sciolismo por los fondos no descansaron el domingo. Lo hicieron en la ventanilla equivocada, evaluó a Página 12 el presidente de Diputados, Julián Domínguez, la carta que recibió de Pérez.

El contraataque, con golpes bajos, llegó de la agrupación sciolista La DOS. (Domínguez) fue uno de los jefes de campaña de Chiche Duhalde cuando, en 2005, enfrentó a Cristina, reveló con picardía el diputado provincial, Martín Cosentino. Y su par Guido Lorenzino recordó que el pedido de declaración impulsado por Domínguez para debatir otra ley de coparticipación también fue enviado al despacho que hoy ocupa.

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