CON LA MOVILIZACIÓN DEL 25 DE MAYO, EL GOBIERNO BUSCAR CONTRASTAR CON VELEZ

Para frenar el relanzamiento de Massa,Scioli y Macri apuestan a la polarización

Tras el acto del tigrense en el estadio Amalfitani, el kirchnerismo y el PRO mantienen la estrategia de excluirlo de la pelea. El líder del FR quiere instalarse entre el cambio y la continuidad

Después de 12 años de kirchnerismo, con un gobierno omnipresente y una jefatura partidaria indiscutible a manos de Cristina Fernández de Kirchner, la sucesión presidencial transita en camino a dirimirse en una puja semiológica entre continuidad y cambio. A eso al menos apuestan tanto la Casa Rosada como el PRO, respectivamente, coincidiendo en algo al menos. En tanto, luego de sostener una férrea postura opositora, Sergio Massa apuesta ahora a una Tercera Posición, en sintonía con la peronización que vive gracias a su alianza con José Manuel de la Sota.

El líder renovador retomó su perfil centrista modelo 2013 que generó la marea renovadora en el territorio bonaerense en las legislativas, proyectándolo como presidenciable. Y no lo oculta. "Nos quieren vender que el país está dividido en dos veredas: la continuidad con un lorito que repite lo que le dicen desde La Rosada o volver al pasado y al ajuste", se quejó el diputado ante 50 mil personas, según cálculos suyos, que concurrieron a Vélez el pasado viernes. Una foto que fue vista con atención tanto en Balcarce 50 como en el Gobierno porteño pero igual de ninguneada. Con sus dos contrincantes en el blanco, Daniel Scioli ("lorito") y Mauricio Macri ("ajuste"), Massa reveló su estrategia ante la polarización: "En el medio hay una grieta que desde hoy la transformamos en una ancha avenida".

Para contrarrestar el relanzamiento de Massa, que buscó sepultar la hipótesis de abandonar sus aspiraciones presidenciales casi tanto como postal de capacidad de convocatoria, en el macrismo descorchan con la buena racha electoral de su líder. "Es el último cartucho que le quedaba", desestiman en Balcarce 50 un ascenso en la perfomance encuesteril renovadora, mientras negocian el salto con una garrocha retráctil de un Darío Giustozzi eclipsado por Francisco De Narváez, y aguardan la instantánea de la movilización del próximo 25, al cumplirse 13 años de la asunción de Néstor Kirchner, junto a la inauguración del Centro Cultural que lleva su nombre.

Tanto el macrismo como el kirchnerismo miran la evolución de los números de 2015. Un relevamiento de Giacobbe y Asociados lo deja claro: en las cinco elecciones provinciales hasta ahora (cuatro PASO y una general), votaron 5.170.189 personas. El PRO (que se presentó en cuatro distritos) obtuvo el 35,79% de los votos totales (1.850.730); el FpV (compitió en todos) obtuvo el 28,12% (1.454.332); mientras que el FR consolidó 15,01% (776.467). El tigrense espera celebrar con su nuevo socio el próximo 5 de julio cuando se vote en Córdoba, en simultáneo con las generales porteñas que le serán ajenas post la derrota de Guillermo Nielsen. "Ojo que la incorporación de "Cacho" Buenaventura va a potenciar a (Eduardo) Accastello. Y con el acuerdo PRO-UCR, Schiaretti (Juan, delfín de De la Sota) la va a tener complicada", se esperanzó un sciolista. Con la propia Cristina Kirchner polarizando con Macri, el "perfecto enemigo" creado por su marido, en el peronismo no todos están de acuerdo. "No nos conviene un tablero partido en dos. Necesitamos un Massa que divida el voto opositor", reclamó un intendente bonaerense. En voz baja, claro.

Hogar de casi el 40% del padrón, un solo distrito será clave, como es tradición. Con la macrista María Eugenia Vidal sin mover el amperímetro del Conurbano, el massimo repite una máxima: "No se puede ser Presidente sin la provincia de Buenos Aires". Como si 12 fueran pocos, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández se lanzará como precandidato pasado mañana, irrumpiendo en un escenario saturado de aspirantes K.

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