La obra termina con telón rojo y puertas adentro

Envuelto en una crisis signada por la elevada inflación, la parálisis de la actividad, la disputa con los fondos buitre y la escasez de divisas, el Gobierno transita hoy el capítulo final de su gestión por el camino opuesto al que marcó el esplendor económico del kirchnerismo.

Atrás quedó el tiempo de los superávit gemelos y el crecimiento de la economía a tasas chinas. Hoy, las cifras fiscales se multiplican pero en el renglón de los gastos, sin un correlato en los ingresos. Así, lo que otrora fuera un superávit, en la actualidad es un déficit que ya alcanzaría a los $ 100.000 millones de no ser por la millonaria asistencia del Banco Central, la ANSeS y otros organismos públicos, que procuran maquillar los números del Tesoro.

Y la situación del comercio exterior no es mejor. Las exportaciones retroceden y para sostener números levemente positivos pero, sobre todo, contener la salida de dólares, en Economía ya se escribió un libreto del futuro inmediato que no figura en el proyecto de Presupuesto 2015, según confiaron a El Cronista representantes de gremios cercanos a la Rosada: importaciones más restringidas y la premisa de "vivir con lo nuestro". Una economía más cerrada para una final conflictivo y con números en rojo.

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