Hace cinco años, Redrado renunciaba al Central en medio de una seguidilla de “aprietes

Se resistía a que, por decreto y sin aval del directorio, se empezaran a usar libremente reservas para los pagos de deuda. Su traumática salida marcó un quiebre en las políticas de la entidad. Hoy recordó los llamados que recibió desde la Rosada. Video.

"He decidido definitivamente alejarme del cargo del Banco Central de la República Argentina". Con esas palabras, hace hoy exactamente cinco años y después de dos semanas de extrema tensión con la Casa Rosada, Martín Redrado ponía fin a su ciclo como presidente del BCRA en un hecho que marcó un quiebre en las políticas de la entidad monetaria, cuyas reservas disminuyeron en ese período desde alredor de u$s 50.000 millones hasta poco más de u$s 30.000 millones en la actualidad.

Los cruces y un despido judicializado y frenado por una cautelar habían sido disparados por la decisión del Gobierno de Cristina Kirchner de utilizar, por decreto, las reservas para pagar vencimientos de deuda. Redrado pedía una ley del Congreso en lugar del decreto y exigía, como mínimo, que el tema fuera tratado por el directorio del Banco.

En un video, el economista recordó hoy la trama que precedió a su renuncia y los “aprietes” que sufrió por esos días.

“Hemos hecho un decreto para que las reservas del Banco Central se utilicen para pagar todo tipo de deuda”, cuenta Redrado que le dijo Cristina. Pero “había dos cosas problemáticas –recuerda-: una, que era un decreto y no una ley y el manejo de las reservas es una función delegada por la Constitución al Congreso, y además se estaban cambiando las reglas de juego, porque las reservas no son del Presidente de la Nación ni del del Banco Central sino de todos los argentinos”. Su propuesta era que, si era urgente, se usaran las reservas “como garantía para que baje la tasa de interés” y se pudieran obtener “fondos en el mercado internacional”.

Y sigue describiendo:

“El 4 de enero me llama la Presidenta a la noche, que Amado esto, que Amado aquello, que necesitaban… y le digo: ‘Estamos haciendo todos los estudios técnicos (y) tiene que opinar el área legal’; el expediente había entrado al Central el 22 de diciembre y pretendían un trámite exprés”.

“A la noche me llama de vuelta Aníbal Fernández que quería verme urgente a la mañana. Me dice: ‘Martin, queremos que renuncies porque estás en contra…’ y le digo que ni siquiera había llegado el expediente al directorio (del banco). ‘Esperen que llegue al directorio’. ‘No mira la presidenta…’ y le digo: ‘Ustedes están haciendo todo en contra de la ley, el presidente del Central tiene un mandato y esto sería mucho mejor que fuera por el Congreso”.

“El jueves me llama el procurador del tesoro, me dice: ‘Martín, esto es una macana’. Y me llama (Carlos) Zanini desde Pinamar y me dice: ‘Tenés que renunciar ya’. Le digo: ‘Carlos, aprietes no’”.

“A la tarde los ministros fueron a firmar el decreto que me echaba. Era una barbaridad lo que estaban haciendo. A las 11 de la noche tomo la decisión de hacer una presentación judicial pidiendo una medida cautelar por la inconstitucionalidad de la medida. El problema que tenía el decreto es que el artículo 8 de la Carta Orgánica del Banco Central dice que la remoción se puede hacer por mala conducta, pero que tiene que haber un consejo previo de una comisión bicameral”.

Finalmente, logró la cautelar, aunque días más tarde y en medio de fuertes tensiones, Redrado presentó su renuncia –ya para entonces resistida por el Gobierno, que pretendía que se fuera pero echado- y realizó, además, una exposición ante el Parlamento “por lo menos para que quedara en los libros del Congreso que no hubo inconducta, ni incumplimiento de los deberes de funcionario público ni todas las cosas” de las que lo acusaba el Gobierno.

Redrado decía que se iba porque sentía que había “cumplido un ciclo”. Ante la consulta de Cronista.com, hoy explica: “La Justicia ratificó que el decreto del fondo del bicentenario debía pasar por el Congreso, por lo tanto el objetivo se había cumplido, esto es que las reservas no pueden estar al arbitrio de una persona por más que lo ordene el Presidente”.

¿Qué pasó después? “Las reservas –responde- cayeron a la mitad aunque ahora se disimulan con canjes de monedas que no tienen uso ni en el comercio ni en las finanzas mundiales. La falta de dólares llevó a que el Gobierno adoptará el cepo y profundizara la escasez de divisas. Esto golpeó a los sectores productivos que dependen de insumos importados generando un cuello de botella para nuestra industria. En síntesis, el uso y abuso del Banco Central, trajo recesión, devaluación y más inflación”.

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