El salario medido en dólares, 15% debajo del promedio de los '90

Según un informe de IDESA, es “particularmente llamativo” que esta situación se da “en el marco de términos del intercambio externos que son un 37% superior de esa década.

El salario medido en dólares se ubica hoy “un 15 por ciento por debajo” del valor promedio de la década de los ’90 debido al cepo cambiario y la suba de la divisa norteamericana en el mercado paralelo, según un informe de IDESA.

La consultora remarcó que es “particularmente llamativo” que esta situación se da “en el marco de términos del intercambio externos que son un 37 por ciento superior a la década de los “90”, es decir que el país tiene mayor poder de compra gracias a que los precios de sus exportaciones subieron más que los de sus importaciones. “La paradoja de un país con mayor capacidad adquisitiva de sus exportaciones pero menor capacidad de compra de su población se explica por la alta presión impositiva y la baja competividad”, afirmó.

Para la institución, “la solución pasa por mejorar el funcionamiento del sector público para que los impuestos se traduzcan en mejores servicios y se fijen reglas que induzcan a las empresas a ganar eficiencia”.

El estudio indicó que el salario promedio en dólares en Argentina en el período 1994-2001 fue de 1.290 a precios del 2012 que, con la crisis del 2002, se redujo a 402; a partir del 2003, se recuperó hasta llegar en 2011 a 1.345 dólares, un nivel similar al de la década de los ‘90.

“En el año 2012, con las prohibiciones al dólar oficial y la escapada del dólar paralelo, el salario promedio en dólares cae a 1.088”, indicó.

El informe sostuvo que el aumento del dólar paralelo a 7,5 pesos no es un problema sólo para quien hace turismo en el extranjero, sino que su incidencia es “mucho más relevante” sobre el precio de una enorme cantidad de bienes y servicios, algunos de primera necesidad. “Se argumenta que para las importaciones el dólar relevante es el oficial. Esto es parcialmente cierto ya que como se aplican restricciones y prohibiciones a las importaciones, hay muchos bienes que no se pueden importar o la única oferta disponible son sustitutos nacionales más caros. De aquí que los precios terminen ajustándose en función del dólar paralelo‘ señaló. Por esto, destacó que “más allá de factores transitorios, el aumento del dólar paralelo termina generando el ajuste en el nivel de vida de la población que imponen los degradados niveles de competitividad vigentes”.

Para IDESA, es ‘imprescindible modernizar y profesionalizar el sector público‘ para aumentar la competitividad. “Las sociedades progresan cuando el Estado devuelve los impuestos con servicios, infraestructura y reglas que induzcan a las empresas a canalizar esfuerzos para ser más eficientes. En la medida que esto no ocurra, las subas del tipo de cambio paralelo seguirán operando como termómetro del deterioro en la calidad de vida de la gente debido a la mala calidad de las políticas públicas que se vienen aplicando”, concluyó.

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