Ricardo Alfonsín: "Al final, el justicialismo terminará comiéndose al kirchnerismo"

Más que un augurio es un deseo. Ricardo Alfonsín imagina que para 2015 el oficialismo dejará su traje nacional y popular para calzarse, por picardía electoral, un ropaje noventista. Y Daniel Scioli es quien, según el diputado radical, posará frente al sastre. Su apuesta le facilitaría a la UCR que él aspira construir el trabajo de ocupar, junto a otras fuerzas que piensen igual, un espacio socialdemócrata. Claro que para el hijo del ex presidente, el kirchnerismo tampoco representa eso: No es progresismo, es populismo, sentencia.


¿Cómo evalúa el año del Gobierno?
Se mantuvieron intactas sus actitudes sobre los valores fundamentales de la república y la democracia. Esto impactó en el terreno económico, por ejemplo en términos de inversión. Se manifestaron los errores acumulados en años anteriores: estancamiento de la económica, pérdida de competitividad e inflación. No ha habido medidas de fondo orientadas a resolver las causas. Pero sí hubo cambios en la sociedad, que se sorprendió cuando empezaron a manifestarse las consecuencias en lo económico y en lo social que se habían disimulado hasta el 2011.


¿Imagina un pronto quiebre de la relación Gobierno-sociedad?
Si el Gobierno no acierta en proponer cambios para corregir los problemas que está teniendo la economía, la sociedad tomará distancia. El problema para quienes creemos en concepciones progresistas y socialdemócratas es que la salida pueda ser noventista, liberal y pro-mercado.


De centroderecha...
Si, por eso hay que caracterizar bien al oficialismo. No se trata de que el Estado deba intervenir por intervenir y de cualquier manera. Hay que hacerlo de manera inteligente y eficiente.


¿Sin una oposición fragmentada, este año hubiera sido peor para el Gobierno?
En un sistema bipartidista, si al oficialismo le va mal capitaliza el otro partido mayoritario. Pero no creo que sea una buena idea reunir a todos lo que están en la oposición. Porque eso resultaría vulnerable desde el punto de vista electoral la creación de un frente inconsistente desde lo programático, lo que sería un escenario ideal para el Gobierno, al igual que si volviéramos a ir todos separados.


¿No es difícil correr por izquierda al kirchnerismo?
Es difícil porque aparenta ser progresista. Tenemos que desterrar dos ideas: que es eficiente y que se ha preocupado por la distribución del ingreso. Es difícil de sostener que un Gobierno sea eficiente si durante 10 años con crecimiento a tasas chinas hemos perdido la condición de país autoabastecido, tenemos los mismos trenes, el mismo sistema tributario y la misma cantidad de obreros industriales. Por otro lado, han banalizado la idea de Justicia Social, está bien que se puedan comprar un plasma pero el verdadero progresismo se preocupa además por la educación, la salud y la seguridad.


¿Considerando que el hecho político opositor del 2012 haya sido el 8N, los partidos opositores no se deben una autocrítica?
La oposición tienen problemas serios de representación. Yo no necesitaba el 8N para darme cuenta de los problemas de la oposición, porque un año antes fuimos a elecciones y sé quién sacó el 54% y cómo nos fue a nosotros.


¿La oposición debería plantearse al menos una agenda en común?
Sino tenemos coincidencias. El PRO votó contra estatización de YPF. No pueden pretender que pensemos igual, sino se le reclama a la oposición lo que le criticamos al Gobierno: que quiere uniformar el pensamiento.
Vivimos en una época polarizada...


¿Quién podría defender que vota en contra de una idea que comparte sólo porque fue originada en el oficialismo? Acompañamos las iniciativas que creemos que les hacen bien a los argentinos. Otros piensan de otra forma, allá ellos, pero no se construye un país así. Quienes dicen que somos kirchneristas, en el fondo nos cuestionan por no compartir una visión liberal de la economía.


¿Qué se juega este año?
El oficialismo va a tratar de evitar fisuras con acuerdos pensando en 2015. Descartada la re-reelección de Cristina Fernández de Kirchner, el candidato será Daniel Scioli. Por lo que se gestaría un desplazamiento ideológico en el Frente para la Victoria y quizá vuelvan los tiempos de los 90. Si alguno creía que el espacio pro-mercado sólo estaría representado por el PRO se equivoca.


¿Imagina un giro K a la derecha?
El Gobierno no es progresista, es populista. Si el oficialismo se desplaza hacia una posición más liberal, entonces se nos facilita la tarea a quienes aspiramos a conformar un frente republicano y socialdemócrata. El FPV es el justicialismo en un 80%, que se caracteriza por encolumnarse detrás de lo que cree que le garantizará un mejor resultado electoral: Hoy es Scioli. Al final el justicialismo terminará comiéndose al kirchnerismo. Tal como lo hizo con el menemismo.


¿Qué debe hacer la oposición este año?
Hoy hay espacio para tres fuerzas: el oficialismo, una liberal pro-mercado y otra socialdemocratica.


Dejando de lado la teoría y yendo a la práctica: ¿eso qué significa?
Los partidos que piensan igual o muy parecido no deben competir entre sí. Es más fácil explicar por qué van juntos que por qué van separados. Por lo que deberíamos reunirnos con el socialismo, el GEN, Libres del Sur y otras fuerzas afines. Aunque es como dice el dicho: cuando uno no quiere, dos no pueden. No depende sólo de nosotros.

Las más leídas de Economía y Política

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés