Enfoque

¿Quién paga la cuenta?

Esta es la cuestión de fondo de lo que hoy se debate en el Congreso. El oficialismo no quiere hundirse solo en las críticas que genere la quita gradual de subsidios ni los cambios en el sistema previsional, ni el revalúo inmobiliario que puede provocar un nuevo golpe al bolsillo de los asalariados.

Pero claro, la oposición prefiere curarse en salud y no defraudar a su electorado.

El acuerdo no se toca. Es un hecho. Nadie puede meter mano a la cuestión de fondo ya acordada con el FMI. Puede haber cambios que no alteren el entendimiento y el compromiso que la Argentina asume para cumplir con el organismo multilateral de crédito.

Pero la propuesta del Gobierno no se modifica, porque fue la acordada. Si el Congreso no la respalda todo vuelve a foja cero y el Ejecutivo tendrá que volver a sentarse con el Fondo.

Alberto Fernández se encuentra encerrado en su propia dialéctica. Habiendo una ley es imposible que haya vuelta atrás. El proyecto tiene que salir aprobado por el Parlamento. El Fondo Monetario no aprobaría algo que no respete las leyes argentinas.

¿El Presidente podría haber derogado la ley? Si, se lo ofreció la oposición en su momento. La derogación de la ley que fue aprobada hace un año y obliga al titular del Poder Ejecutivo a pasar por el Congreso para el acuerdo con el FMI. Alberto Fernández no lo hizo.

Tal vez ya pensando algo de lo que podía suceder luego. Nadie quiere cargar solo el peso del ajuste que viene.

¿Qué parte es la que no quiere aprobar la oposición? Concretamente el plan de Gobierno para cumplir el acuerdo. ¿Por qué? Porque entiende que eso corresponde al Poder Ejecutivo.

"Te acompaño en el acuerdo y con los votos que necesitas para aprobar el financiamiento, ahora de cómo vas a lograr el cumplimiento ocúpate vos", decían a coro anoche legisladores de la oposición.

El Fondo Monetario nunca pidió el pase por el Congreso. El ex presidente Macri de hecho no tuvo esta complicación. No había ley en ese momento.

El requisito local busca que la oposición acompañe llevando la mitad del peso político que representa el acuerdo.

Como si fuera poco el acompañamiento opositor el Gobierno cito a sindicalistas, empresarios y gobernadores a poner la cara en este momento.

El Gobierno tiene asegurada la aprobación del acuerdo en general: el financiamiento. La oposición no quiere quedar con el cartel de ser quien pone palos en la rueda al Gobierno para salir de este atolladero. En particular en cambio, probablemente no acompañe los artículos que hablan de cómo alcanzar los objetivos aprobados en general.

De todos modos el oficialismo pone toda la carne al asador para lograr la cantidad de votos necesarios: cambió a los camporistas que estaban en la Comisión de Presupuesto por las dudas se hicieran eco del último gesto de su jefe político, Máximo Kirchner, quien aunque renunció a la titularidad del bloque del Frente de Todos, aún no adelantó su voto.

Hasta ahora, el poroteo indica que el proyecto del Ejecutivo tendría por parte del FDT 90 de los 118 votos, Juntos por el Cambio 60 de los 116, el bloque de Provincias Unidas aportaría 5 votos, y el Bloque Federal 4 de 8. En total hasta ahora la cuenta estaría resultando a favor del Gobierno con 159 votos positivos entre los 257.

La clave estará dada en las abstenciones del articulado durante el tratamiento en particular por parte de Juntos por el Cambio que serán preferibles a los votos en contra y en la no aparición de un "cisne negro" como ocurrió con el Presupuesto.

El oficialismo habló en el Congreso para propios y ajenos. Pasó el mensaje. Habló de la necesidad de no alentar el voto en contra y de alertar sobre lo "desestabilizante que sería para la economía argentina no contar con las condiciones para refinanciar la deuda 2018.

Hoy volverán a reunirse las comisiones de Presupuesto y Finanzas y llegaran las visitas de gobernadores, CGT, CTA, Corriente Federal de Trabajadores, CTA Autónoma, Conicet, Unión Industrial Argentina, Grupo de los 6, CAME, Confederación General Empresaria, Industriales Pymes Argentinos, Fundación Pro Tejer, Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios y los Empresarios Nacionales por el Desarrollovisitas. Esta vez el Gobierno no olvidó invitar a ningúno. Los necesita. Y el que no asista, que se haga cargo.

De aprobarse, la discusión más fuerte vendrá en el Senado. Sobre todo en el propio bloque oficialista. Una gran mayoría de los K considera que acompañar sería legitimar la deuda que tomó Macri en su momento y que el acuerdo no es bueno. Una postura similar a la de Máximo.

Para eso habrá que esperar ver como se define el proyecto de esta semana en el recinto de la Cámara baja. Probablemente a esta altura, el Gobierno consiga esta semana los votos necesarios. Aunque claro está, en política, nunca está nada garantizado.

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