Entrevista

Germano, de Isonomía: "En la segunda parte del gobierno recrudecerán las internas"

El politólogo Juan Germano cree que si el oficialismo pierde nuevamente en noviembre crecerán las tensiones y habrá otra vez cambios de gabinete. "Vamos hacia un proceso sin un liderazgo claro en la coalición, lo cual es una novedad absoluta", afirma.

Cómo analiza la reacción del gobierno luego de las PASO, con el cambio de gabinete?

Me da la impresión que el gobierno tiene un problema estructural que nunca pudo resolver, que tiene que ver con una cuestión casi de eficiencia de gobierno, no solo de toma de decisiones, sino del rumbo. La forma en que la coalición electoral terminó evolucionando en la coalición gubernamental, ese es el problema que no pudo resolver, independientemente de la pandemia. Pero las fuerzas que fueron claves para ganar en 2019 no encontraron la forma de funcionar en términos de gestión en 2020 y 2021. Tengo dudas si el cambio de gabinete actual termina de resolver ese problema estructural. No es una cuestión de nombres, sino de cómo se distribuyó el poder. Después, si (Juan) Manzur puede ser potencialmente un mejor gestor que (Santiago) Cafiero, no lo sé. No resuelve -insisto- cómo se distribuyó el poder, el loteo horizontal y vertical del gabinete.

Y el resultado electoral lo agravó...

La pandemia no ayudó, a cualquier gobierno lo hubiera complicado. Pero me da la impresión de que este cambio, al menos a priori, no sé si es suficiente para contrarrestar esta falta de gestión. Entró un Frente de Todos a la elección y salió otro Frente de Todos. Hoy es distinto, con una composición de poder distinta, donde hay un crecimiento de sectores vinculados al peronismo más tradicional que también son contradictorios o chocan con otros. Manzur y (la ministra de las Mujeres, Género y Diversidad Elizabeth) Gómez Alcorta, para ponerle nombre propio. Ese nuevo Frente de Todos busca soportar aún más contradicciones internas en pos de lograr ejecución y gobernabilidad. Que, normalmente, no son valores o atributos que al peronismo le falten. Uno no discute el peronismo por la gobernabilidad. 

Si el Albertismo existió alguna vez, ¿ahora quedó completamente desdibujado?

Yo creo que nunca hubo una idea de un Albertismo. Es cierto que en la crisis poselección (de las PASO) hubo figuras que quisieron ver en ese proceso una oportunidad para que surja. Me da la impresión que el Presidente ocupó mucho tiempo y poder intentando que convivan las distintas fuerzas de la coalición y perdió un poco el eje en la ejecución. Y eso es un problema. Pero no creo que, aun con esta crisis, tenga sentido en su cabeza hacer el famoso Albertismo. Suena difícil, y además, si uno mira el resultado electoral, lo que mostró la elección fue un castigo para el Gobierno más que una reivindicación de la oposición. Habrá que ver qué pasa en la elección nacional.

¿Y qué puede pasar?

Entiendo que va a haber más participación. En las PASO el gobierno terminó sacando más o menos los mismos votos que sacó Unidad Ciudadana en 2017, o un poquito menos. La identidad de la coalición la impone la vicepresidenta, y lo que quedó en discusión -si se quiere- es el aporte de otros miembros de la coalición, al menos en términos numéricos. La figura de Sergio Massa quedó un poco desdibujada. Alberto Fernández no otorgaba votos propios, sino otra cosa: ordenamiento de gente interna, conocimiento del sistema, de la botonera. Eso entró en jaque en dos años.

Si se confirma el resultado en porcentajes similares a los de las PASO, ¿qué puede ocurrir dentro del gobierno?

Las tensiones políticas son parte de toda coalición. Puntualmente en esta coalición van a ser un eje distintivo. Las elecciones tienen mucho que ver con las expectativas de los resultados, sobre todo en las legislativas, donde no es tan claro quién gana y quien pierde y uno puede ganar inclusive perdiendo. Hay una expectativa del gobierno de recortar votos, de que con mayor participación pueda tener un mejor desempeño y recuperar un par de bancas, si no da vuelta el resultado nacional. Lo que va a dar el tono tendrá que ver con esto. Y si finalmente se cumple o no.

Por el contrario, si se mantiene el mismo resultado de las PASO o incluso la oposición se aleja aún más, entonces se complementaría la película de que no fue solo un castigo al gobierno, sino que hubo cierta reivindicación de la oposición. Habrá que ver si eso ocurre.

¿Y si pasa?

Si eso ocurre, ahí sí vas a tener más cambios de nombres y seguramente de rumbos de los que tenías, pero dependerá mucho de las expectativas y de los resultados. Lo que no parece que sea posible, no se percibe esto al menos, es que las internas se aplaquen o se relativicen. Más bien todo lo contrario. Me da la impresión de que vamos hacia una segunda parte del gobierno con todas las complicaciones y las restricciones económicas que tiene hoy la Argentina y donde recrudecerán las divisiones y las miradas hasta contrapuestas de país que tiene la misma coalición. Cómo lidiará esa interna política con la agenda social y económica que se viene es un enorme signo de interrogación.

No come vidrio

¿Las últimas medidas económicas pueden tener algún efecto electoral?

Mi idea es que la ciudadanía no come vidrio. Y todo beneficio posterior a la elección, la ciudadanía entiende perfectamente por qué lo está recibiendo. Dicho de otra forma, la recuperación que tuvo el gobierno anterior entre las PASO y las generales en 2019 no tuvo nada que ver con las decisiones económicas que tomó post-PASO. Hubo otras cosas: una épica creada, un contacto cara a cara, el temor que tenía parte del electorado a la vuelta del kirchnerismo. Desde ese punto de vista, el desafío de la coalición actual no es dar un bono de 5000 pesos: tiene que ver con recuperar cierta épica y encontrarle esa identidad prometida en 2019 que no termina cumpliendo. Eso me parece mucho más relevante que un bono de corto plazo porque, insisto, la ciudadanía no come vidrio.

¿Puede romperse el Frente de Todos si pierde finalmente en noviembre? ¿Que el ala dura del kirchnerismo busque conservar su capital simbólico culpando de la derrota a Alberto o cargando las tintas sobre el ministro de Economía?

El gran problema que vive la vicepresidenta es la gran percepción social de que ella es la que maneja el gobierno, pero al mismo tiempo, sobre todo en áreas muy sensibles, no es ella quien maneja el joystick o quien tiene el dominio del rumbo económico del gobierno. Entonces, está perdiendo capital político cuando ella no maneja lo que muchos creen que ella maneja. Es un gran problema que el gobierno no ha podido resolver. Dicho esto, no veo demasiado incentivo para que Fernández rompa la coalición. Tuvo un momento en esta crisis poselección o en el momento de mayor popularidad, de 80 puntos de imagen positiva en marzo y abril de 2020. Si no ocurrió ahí, de ese lado no ocurrirá nunca. Del otro lado, si bien no veo que pueda romperse la coalición, tampoco veo un esquema donde las diferencias se logren acercar.

Creo que el gran problema de la Argentina en estos términos tiene mucho que ver con la política. Se empiezan a jugar las cartas para 2023 y vamos hacia un proceso sin un liderazgo claro en la coalición oficialista, lo cual es una novedad absoluta. Eso puede tensionar mucho a la coalición, no sé si para romperla -tiendo a pensar que no- pero seguro que no contribuye a bajar la tensión interna.

¿A analistas y consultores les cuesta cada vez más interpretar a la opinión pública y predecir resultados?

Hay una gran diferencia. Pasó en 2019 y 2021. Las investigaciones fueron muy eficaces midiendo el pulso del humor social (descontento, enojo, apatía, poca confianza en que el Poder Ejecutivo podía resolver el problema de la inflación). Fueron muy buenas sacando la foto y percibiendo el pulso social, pero no fueron igualmente buenas en la proyección de voto. Ahí sí hay un issue con la investigación y con la metodología, pero mucho tiene que ver con la sociedad misma que termina decodificando esa apatía o desencanto. Es una carta que no quieren mostrar a priori. Tiene que ver con eso.

(Esta nota forma parte del número 334 de la revista Apertura de octubre).

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