Gabriel Rubinstein definió el "Plan Avanzar": devaluación, dólar, importaciones, precios, gasto público

Luego de sus polémicas declaraciones acerca del "riesgo de hiperinflación" que existe en la Argentina, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, hizo un balance de la "era Massa", y dijo que "es mucho más justo" hablar del "plan avanzar" en lugar del "plan llegar" en referencia al concepto que usan muchos analistas.

Lejos de una visión cortoplacista, atada al proceso electoral de 2023, el número dos de Sergio Massa en la cartera de Economía, dijo que la actual gestión está avanzando en el ordenamiento macroeconómico y que le dejará al próximo Gobierno "una situación mucho mejor que la que se vivía en el último mes de julio, cuando los riesgos de hiperinflación acechaban, el BCRA se había quedado sin reservas y la situación fiscal se había desbordado".

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Aunque el viceministro volvió a mencionar la palabra que al Frente de Todos más le preocupa, esta vez, en una columna que publicó la revista Newsweek, lo hizo en tono de superación y, fundamentalmente, para destacar el progreso en materia económica, donde se lee a un funcionario que se esfuerza por "saltar la grieta".

En su cuenta de Twitter el secretario de Programación Económica, aseguró que la aceleración de precios "está bajando" y explicó que en octubre "la inflación núcleo fue de 5,5% y la mayorista 4,8% cuando el índice general fue 6,3%"; por eso confió que para este mes la tendencia es "hacia la baja continua".

"Los argentinos tenemos muchos debates importantes que producir y saldar para que nuestra economía pueda algún día crecer de manera vigorosa, sostenida, y de manera inclusiva, es decir con todos adentro del sistema", señaló y explicó que siempre habrá posiciones más de "derecha" o más de "izquierda"; más estatistas y más liberales como en "casi todos los países del planeta".

"Ahora bien, todas estas cosas las podemos hacer en medio del ´desorden macroeconómico´ o en medio del ´orden macroeconómico´", agregó y se inclinó por lograr el segundo escenario. "Cuando hay orden económico, las discusiones profundas y las efectividades conducentes deberían poder prosperar mucho mejor", apuntó.

ordenar el camino

En ese sentido, Rubinstein, que ocupó el segundo lugar en jerarquía en la cartera de Economía, pese a haber cuestionado con dureza a la vicepresidenta, Cristina Kirchner, resumió "orden macroeconómico" en dos simples pasos.

"A) robusto superávit fiscal primario; B) mercado unificado de cambios, es decir, sin cepos ni brechas cambiarias", dijo y aclaró que no se olvidó del tipo de cambio competitivo: "la unificación cambiaria nos garantizaría partir de un dólar alto. Luego, menos gasto público implicaría consumir menos e importar menos".

De modo que, según el viceministro, "con superávit fiscal primario y mercados únicos, estaríamos garantizando permanente acumulación de divisas en el BCRA". 

"Cuando ya no convenga importar cualquier cosa con tal de aprovechar la brecha cambiaria, cuando el exportador sienta que lo que vende vale lo que tiene que valer, el deporte de intentar sacarle dólares al BCRA ´a como de´ se acabaría", sintetizó.

En ese sentido marcó que "deberíamos volver a la macro ordenada" de "hace 20 años" y ponderó que "durante gobiernos peronistas (primero Duhalde, luego Néstor Kirchner) lo logramos".

"Cuando ya no convenga importar cualquier cosa con tal de aprovechar la brecha cambiaria, cuando el exportador sienta que lo que vende vale lo que tiene que valer, el deporte de intentar sacarle dólares al BCRA ´a como de´ se acabaría"

"Logramos por entonces 3% de superávit fiscal primario, 2% de superávit de cuenta corriente, 5% anual de inflación (sin controles ni acuerdos de precios), 6% anual de tasa Lebac (hoy Leliq), un dólar único y libre (y muy estable). Juntamos u$s 40.000 millones de reservas netas en el BCRA. La economía crecía, el desempleo bajaba", describió.

control de importaciones

Luego, repasó los avances de la gestión y, aunque admitió que la Argentina aún está "lejos del equilibrio fiscal primario, y muy lejos del objetivo de 2% de superávit", reivindicó el ajuste que aplicó el gobierno para evitar llegar al 4% de déficit fiscal.

Además, señaló que en el contexto actual se continuará con los controles en el tipo de cambio y reconoció que "no es negocio" comprar dólares a 200 para vender a $150 con el "dólar soja" pero aclaró que el objetivo de acumulación de reservas se cumplió. "Es el precio a pagar por no poder, aún, ir hacia un esquema cambiario más sólido", reflejó.

En línea, analizó los efectos del nuevo sistema de control de importaciones, SIRA, y dijo que el objetivo "es muy claro: dada la demanda "infinita" de dólares se busca racionar esa demanda extremando esfuerzos para que cada productor tenga los insumos que necesite para su tarea diaria, restringiendo aquellos consumos que no son necesarios para producir bienes finales".

Frente al problema económico que generó el cepo a las importaciones, el Gobierno autorizó el uso de dólares propios lo que Rubinstein marcó como "una suerte de desdoblamiento de facto" y dijo que se continuará en esta línea hasta que la acumulación de reservas en el Central "permita lo antes posible desactivar los mecanismos de control, y vayamos hacia la normalidad cambiaria".

En relación al programa Precios Justos y la meta de 4% de inflación, apuntó también el tipo de cambio. "Cuando una empresa debe esperar 90 o 180 días para acceder al MULC, remarca mucho más allá del costo financiero implícito. Y muchos comerciantes al ver esto, aunque importen sin problemas o ni siquiera compren cosas importadas, suben los precios igual".