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Deudas pendientes e instituciones fallidas a 28 años de la última reforma constitucional

A casi tres décadas de la forja de la Constitución actual, restan temas por legislar y subsisten estamentos institucionales con errores en sus funciones. Qué dicen aquellos convencionales

Sellada por todo el arco de la política hace exactamente 28 años en el Palacio de San José de Entre Ríos, la reforma constitucional de 1994 surgió bajo la idea de revolucionar las bases institucionales de la Argentina y darle mayor calidad de vida al país. Pero en este nuevo aniversario de Convención Estatuyente aún existe una cuestión central que queda en incómoda evidencia: la Carta Magna reformada mantiene deudas pendientes con la sociedad y cristaliza en los hechos una democracia aún incompleta.

Raúl Alfonsín, artífice del Pacto de Olivos con Carlos Menem que dio lugar a la reforma de 1994, sostuvo hasta el final que la democracia argentina seguía teniendo falencias a pesar de aquel cambio de tiempos que significó la Convención de Santa Fe.

Jura de la Convención Estatuyente en la Universidad del Litoral en Santa Fe en 1994

En el espíritu de los convencionales, la reforma de 1994 imponía instituciones más sólidas, nuevos derechos y garantías, instrumentos de democracia semi directa altamente revolucionarios, tratados internacionales con jerarquía constitucional, la reelección presidencial, la aparición del jefe de Gabinete, la eliminación de la elección indirecta del jefe de Estado y nuevas facultades de poder federal para las provincias, entre otras cosas.

Sin embargo, a 28 años de aquella reforma innovadora para la Argentina en los hechos el país asiste a lo que el politólogo Guillermo O'Donell denomina una "democracia de baja intensidad". Es decir: instituciones débiles, avances del centralismo sobre el federalismo, exceso de presidencialismo y letra constitucional desvirtuada.  

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AVANCES Y RETROCESOS

El entonces presidente de la Convención reformadora de Santa Fe, Eduardo Menem, expresó a El Cronista que "la reforma de 1994 era de avanzada aunque en los hechos lamentablemente el Congreso no cumplió con la reglamentación de muchas de sus normativa". Esto es: la ley de coparticipación federal de impuestos, el Defensor del Pueblo o la creación de un Banco Federal, entre otras deudas pendientes.

"Quedan pendientes de reglamentación de las normas constitucionales más de 20 leyes que el Congreso nunca legisló", explicó Eduardo Menem.

Para el ex senador peronista hay otras falencias que en la práctica dejó la Constitución nacional. Por ejemplo, el jefe de gabinete no cumple con el mandato de informar mensualmente al Congreso, la reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia va en contra del espíritu de la Constitución y la conformación del Consejo de la Magistratura "rompió con el equilibrio de poderes" que buscaron los convencionales en Santa Fe en 1994.

Los convencionales Guzmán, Menem, Pierri, Alasino y Alfonsín

Es cierto, como lo subrayó Eduardo Menem, que la reforma que hoy cumple 28 años fue consensuada por todo el arco político argentino y no tuvo vicios de inconstitucionalidad como los hubo en las reformas de 1949 y 1957. Pero esto no quita que, en la práctica, aun haya deudas pendientes muy profundas en materia constitucional.

Graciela Fernández Meijide que integraba en ese momento el bloque de convencionales del Frepaso, explicó a El Cronista que la reforma de 1994 dejó cuestiones muy relevantes en materia de derechos humanos por la jerarquización de tratados internacionales.

Sin embargo, la ex diputada frepasista coincidió con Eduardo Menem en que hay resultados de la reforma constitucional que revelan "instituciones débiles". Allí incluyó al Consejo de la Magistratura que fue "intervenido por el kirchnerismo y no pudo contra las presiones del Poder Ejecutivo".

SEMIPARLAMENTARISMO

Fernández Meijide también recuerda que en el espíritu de la nueva Constitución Alfonsín buscó imprimir al país un esquema semi parlamentarista que nunca funcionó en la práctica. "La figura del jefe de Gabinete estaba pensada para equilibrar el poder del presidencialismo pero en la práctica ese papel no se cumplió".

El radical Jesús Rodríguez, otro de los convencionales de Santa Fe, dijo a El Cronista que "la Constitución del 94 fue la única en la historia aprobada por unanimidad de la representación más diversa y plural de la sociedad".

También destacó que la reforma "tuvo avances notables. Pensemos: si no estuvieran las normas relativas a la designación de jueces, qué judicatura tendríamos con mayoría absoluta en las dos cámaras en la era kirchnerista", dijo.

La Universidad del Litoral en Santa Fe donde sesionó la Convención de 1994 

El ex diputado de la UCR es actual titular de la Auditoría General de la Nación, otra figura creada por la reforma de la Constitución para controlar al Poder Ejecutivo. Sin embargo, Rodríguez mencionó una de las mayores asignaturas pendientes de la reforma de 1994: la ausencia de una ley de coparticipación federal.

Cristina Guzmán fue convencional por el Movimiento Popular Jujeño y en diálogo con El Cronista destacó todos aquellos puntos relevantes de la nueva Constitución para las provincias como la titularidad de los recursos naturales por parte de las provincias, la posibilidad de sellar acuerdos internacionales con el aviso al Congreso y la decisión de avanzar con una nueva ley de coparticipación federal.

Sin embargo, como referente del interior y del Norte argentino, Guzmán subrayó los "aspectos negativos" que dejó la eliminación del Colegio Electoral para la designación del Presidente ya que, a su entender, actualmente la elección directa es definida por los cuatro distritos más fuertes en términos electorales como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires.

A la luz de los hechos y transcurridos 28 años de aquella reforma de Santa Fe firmada en el Palacio de San José en Entre Ríos, la Argentina aún carece de instituciones fuertes y en los hechos no todas las normativas se ajustan al espíritu real que quisieron imponer los convencionales de aquel entonces, muchos de los cuales hoy ocupan cargos relevante en la política argentina.

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