La inflación y la falta de estadísticas atentan contra el crédito
"La economía hoy es cortoplacista", aseguró Heymann. Dijo que hay un reconocimiento de que el retraso del dólar y las tarifas no puede seguir como ancla de la inflación
El economista Daniel Heymann, profesor de la UBA y de la Universidad de San Andrés, dijo que la falta de credibilidad de las estadísticas del Indec y la inflación impiden que haya una unidad de cuenta en el país que permita el crédito financiero, necesario para la inversión, por lo que esta situación limitará el crecimiento. Heymann es uno de los dos o tres economistas argentinos académicos más reconocidos a nivel internacional. El siguiente es el diálogo con El Cronista:
¿Qué espera en materia de crecimiento?
Después de la muy fuerte recuperación de la crisis, la economía se ha instalado sobre una tendencia de crecimiento moderado. El año 2012 estuvo afectado por eventos como la mala cosecha y la actividad no muy expansiva en Brasil. Este año aparentemente la cosecha va a ser mejor, las condiciones externas desde el punto de vista de la demanda de los vecinos también, de modo que la impresión que hay es que apunta a un crecimiento mayor que el de 2012, sobre una tendencia que sigue siendo moderada. La imagen que ha uno le queda es la de una economía que responde al vaivén de estos impactos externos y que hoy enfrenta un acortamiento del horizonte de observación, de proyección y aparentemente, de decisiones; es una economía que está orientada hacia el corto plazo.
¿Qué se requiere con vistas al mediano y largo plazo?
Hay dos cuestiones que saltan a la vista. Una es el sector externo y la otra la acumulación de capital. Vaivenes aparte, si uno observa la evolución de los últimos 4 o 5 años, lo que ve es un crecimiento moderado entre 2007-2012 del volumen de exportaciones los precios en promedio han seguido subiendo, pero para sostener un crecimiento más o menos significativo del producto hace falta o bien acentuar el crecimiento de las exportaciones, o bien, y esa es la apuesta que aparentemente se está haciendo ahora, tratar de reducir el coeficiente de importaciones. La pregunta que surge en el marco de la tendencia del mundo a aumentar el comercio intraindustrial, o sea a aumentar el contenido de importaciones y exportaciones de la actividad manufacturera, es si se pueda crecer de una manera que no tenga esa característica, sin una cierta apertura.
¿Qué pasa con la inversión?
De nuevo hay una imagen con elementos mixtos. Ha habido un coeficiente de inversión que no ha sido bajo, con un crecimiento del stock de capital, pero si se ve la relación entre el capital y el producto en estos últimos años, más o menos es el mismo que a fines de los 90. Por otro lado, daría la impresión de cuellos de botella en actividades que son intensivas de capital, en especial, en infraestructura. Entonces, ¿qué característica puede tener el sendero de crecimiento futuro? Probablemente requiera no menos intensidad de capital de la que requirió hasta ahora, sobre todo porque lo que aparecen son restricciones en sectores que son intensivos en capital. Ahora, ¿cómo se hace una acentuación del proceso de inversión? Eso requiere canalización de recursos en inversión.
¿Y cómo se financia?
El crecimiento de la economía post crisis primero aprovechó capacidad ociosa pero después la capacidad aumentó, más o menos al ritmo del aumento del producto. Fue una inversión financiada internamente, porque el ahorro también aumento, y es un elemento muy importante de la fase de recuperación post crisis. Y con poca intermediación financiera, con un nivel de crédito bajo. La imagen que queda es de inversión autofinanciada. Hacia el futuro lo que se ve es que hará falta contrato financiero. Y para que haya contrato financiero hace falta una unidad de cuenta.
¿Puede imponerse la pesificación?
El grueso de la contratación financiera tiene tres grandes denominadores. Uno es la moneda nacional. La otra es el dólar, moneda extranjera. Y la tercera es la indexación, por ejemplo, en Chile buena parte de la construcción todavía se hace en lo que llaman la unidad de fomento (UF), que es esencialmente el ndice de Precios al Consumidor (IPC). El dólar ya se probó en la Argentina y anduvo muy mal: es muy problemático hacer contratos en una unidad de cuenta en la cual los ingresos son volátiles, y los ingresos de los argentinos en dólares son variables, no hay manera de que la Argentina pueda tener ni mucho menos seguridad de un ingreso de dólares más o menos constante. La indexación, necesita índices, y el indicador no está. Y el peso tiene el problema de la inflación. O sea, para que haya contratación nominal en moneda nacional hace falta un horizonte de previsión con respecto al nivel de precios. La inflación será un freno al crecimiento mayor que en etapas anteriores donde la inversión era autofinanciada.
La Presidenta ha dado señales de que se moderará el crecimiento de la base monetaria y que espera limitar las paritarias...
Los que vinieron sirviendo como anclas respecto de la inflación fueron el tipo de cambio y las tarifas. Eso ha tenido límites y hoy se observa un movimiento más fuerte de ambas variables, un reconocimiento implícito o explícito de que esas variables no pueden seguir sosteniendo el peso del valor nominal del nivel de precios solas, entonces lo que hay es un desplazamiento posible hacia otras variables, que pueden ser por ejemplo el intento de moderar el aumento de salarios.