El rating cinematográfico de la película de Néstor se volvió una cuestión de Estado

Los intendentes y punteros compiten por quien lleva más gente a las salas

En la recta final al 7D, con el eco retumbando de las cacerolas del 8N, puertas adentro de la Casa Rosada, el documental sobre la vida de Néstor Kirchner se convirtió en cuestión de Estado. Hacia afuera, para el kirchnerismo en general, el filme se volvió una vara para medir la lealtad, un ensayo para las legislativas del próximo año.


A una semana del estreno de la película, que se mantiene como la tercera más vista, cuatro de las seis salas de mayor convocatoria están ubicadas en estratégicos terruños K: con 4.031 espectadores, el Cinema San Martín de La Plata lidera el ranking. El día del debut, el jueves, el intendente Pablo Bruera movilizó a la militancia a esa sala.


La lista, elaborada en base a datos de Ultracine, prosigue con el Hoyts del Abasto con 2.447 tickets vendidos y, muy cerca, se ubica el Cinemark San Justo, en La Matanza del férreo impulsor de otra reelección presidencial, Fernando Espinoza, con 4.031 entradas. En cuarto lugar: el Hoyts de Moreno, partido del duhaldista que abrazó al kirchnerismo Mariano West.


Según cuentan en la boletería, gran parte de los 1.970 sillas que ostenta el cine Lorca fueron ocupadas por militantes del Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella y de ATE.


El interior del país recién aparece en sexto lugar, gracias a los 1.938 que fueron al Village de Mendoza, gobernada por Francisco Paco Pérez, uno de los mandatarios provinciales que menos actos presidenciales se pierde.


No es casualidad: varios dirigentes oficialistas promocionaron el estreno como un evento oficial de su distrito. Por caso, el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, acudió al estreno con el diputado Carlos Kunkel y, para las fotos, no se olvidó de colocar banners con el logo de su municipio en el hall del cine. El trabajo rindió sus frutos: ese día, con 1.014 entradas, la sala fue la tercera más elegida por los espectadores de Néstor Kirchner, la película.


Dentro del Gobierno no disimulan la paranoia por la venta de entradas. Y no dejan nada librado al azar: una fuente oficial reveló que el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Abal Medina ordenó a uno de sus funcionarios monitorear la convocatoria en las 83 salas donde se exhibe el filme. Si es necesario llama a las intendencias o sindicatos en la búsqueda de espectadores.


Pero demostrar verdadera lealtad K obliga a más. En un importante municipio del Conurbano cuentan que el jefe comunal sugirió a sus funcionarios ir al cine; pero no solos, sino acompañados por sus familias.
El impulso K a la película generó dos particularidades. Primero, en cinco días ya la vieron 73.371 personas, un número relevante tratándose de un documental. Pero además, reflejando la movilización militante del debut, la recaudación en el día de su estreno superó a lo conseguido el sábado o el domingo. Por lo general, según fuentes del sector, son los fines de semana cuando se obtiene el récord de audiencia.


Territorios hostiles al kirchnerismo en las urnas lo vuelven a ser en los cines. Salas de Córdoba, Rosario, San Luis y San Isidro registran el menor número de espectadores del filme sobre el ex presidente.

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