Frustrante crecimiento de las exportaciones

La política debe consensuar un plan estratégico exportador de largo plazo con reducción de costos, operativa simplificada, y una cadena logística más productiva

Seguramente nadie podría negarse a reconocer que la Argentina necesita exportar y mucho. La mayor fuente de divisas proviene de los productos y servicios que podamos vender al exterior y está más que claro que la única forma de pagar lo que debemos es si generamos dinero para hacer frente a dichos compromisos.

Potencialmente podríamos exportar mucho más. El campo produce más de lo que se consume internamente y puede producir más; hay servicios profesionales que se exportan y podemos ofrecer más y tenemos el rubro de la minería que nunca termina de despegar, pero que podría significar tanto o más que el campo. También se insiste desde hace años en exportar productos con mayor valor agregado, industrializados donde hay nichos con muchas posibilidades. En resumen, hay un potencial exportador mucho mayor que el que estamos aprovechando.

Si seguimos la evolución de nuestras exportaciones y las comparamos con algunos países vecinos, nuestro crecimiento exportador ha sido –en mi opinión- frustrante. En 1980 la Argentina exportó bienes por u$s 8.021millones y Chile u$s 4.705 millones. Casi 40 años después, en 2018 exportamos u$s 61.621millones y Chile u$s 76.149 millones. Quiere decir que en 1980 Chile exportaba 50% menos que Argentina y en 2018 exportó 24% más incrementándolas 1.618%. Si nuestro país hubiera logrado el crecimiento de chile deberíamos estar vendiendo al mundo bienes por más de u$s 105.000 millones anuales.

Lo de Chile no fue un milagro, se debió a una serie de constantes:  estabilidad macro económica, normas laborales modernas, política de apertura de mercados, firma de acuerdos internacionales, simplificar procesos, disminuir los costos de exportación, voluntad pública y privada y gobiernos que mantuvieron a través del tiempo el apoyo y el fomento a las exportaciones.

En nuestro país, lamentablemente, aunque todos los gobiernos han querido o expresado su deseo de apoyar y fomentar las exportaciones (seguramente en el fondo todos estaban convencidos de su necesidad), la realidad es diferente, porque aún hay una necesidad urgente y poca voluntad de reducir costos para exportar, de simplificar la operativa y lograr que nuestra cadena logística de exportación sea más productiva.

Tampoco se ha mantenido a través del tiempo un consistente plan estratégico exportador, mejor dicho, creo que no existe o por lo menos no está publicado. Piensen que lo último que recuerdo como gran plan se resume en una Ley de promoción a las exportaciones 23.101 que se promulgó en octubre de 1984, estamos hablando de la época de Alfonsín.

Mientras esperamos que la política se ponga de acuerdo en un plan estratégico exportador de largo plazo, sería ideal que se implementen medidas urgentes y rápidas para facilitar las exportaciones, por ejemplo: 

1-Reducir los derechos de exportación, aunque sea gradualmente.

2-Mientras tanto compensar los derechos de exportación con los reintegros de exportación, es decir restar el reintegro del derecho pagando el saldo y reducir así los costos financieros y tareas administrativas del Estado y los particulares.

3-Permitir que los controles aduaneros de exportación se efectúen en las aduanas de frontera para todas las mercaderías. Hoy está restringido para los graneles, y las empresas deben habilitar aduaneramente sus plantas con complejos requisitos y muchas veces están a kilómetros de las aduanas y del control sanitario y eso obliga a muchas personas a recorrer cientos de kilómetros ida y vuelta y aumenta los costos y los tiempos.

4-Eliminar el requisito de habilitación de las plantas para exportar. Durante muchos años, la presencia del personal aduanero en el lugar de operación era suficiente para el control y así se operaba donde resultaba más económico para el exportador. Hoy hay que habilitar, instalar cámaras e igualmente se presentan en el lugar uno o dos funcionarios aduaneros.

5-Simplificar la admisión temporaria, en especial el certificado de tipificación, que demora mucho tiempo y sin el mismo no se puede operar el régimen. En los años 80 el control del certificado era posterior.

6-Implementar un esquema más simple y más corto para la devolución del IVA a los exportadores. No podemos exportar impuestos o su costo financiero.

7-Reducir los costos laborales y cargas sociales de manera proporcional al valor exportado. Hay países que liberan de costos laborales sus exportaciones.

8-Eliminar el IVA de los servicios vinculados estrictamente con la exportación.

9-Simplificar la operatoria de las terminales portuarias para la entrega y reingreso de contenedores de exportación. Los días adicionales son estadías de camiones que se pagan e ineficiencia operativa.

10-Digitalizar y usar esta herramienta, tenemos la ventanilla única, los certificados digitales, el sistema Malvina, pero aun así van y vienen los papeles y las firmas a veces kilómetros entre los puntos de control y las bases.

Estos temas los cité como ejemplo, son algunas pequeñas cosas, fáciles, pero sigue habiendo dificultades para cambiar y tal vez sea porque falta quienes lideren e impulsen los cambios (en especial coordinando las actividades de Estado y privados) y aún más básico, superar la dificultad que tenemos para ponernos de acuerdo y resolver de una buena vez como impulsamos nuestras exportaciones.

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