Las PASO golpean en el mejor momento

Las devaluaciones siempre tuvieron consecuencias recesivas en la actividad económica y regresiva.

Cuando los índices del comercio exterior estaban en un buen momento, la crisis cambiaria que ocurrió tras las PASO dio un golpe de nocaut. En julio el transporte fluvial y marítimo medido en toneladas transportadas tuvo record de operaciones, con una significativa recuperación de las importaciones. Este dato daba a suponer una recuperación de la actividad industrial, principal demandante de importaciones vía insumos. El total de movimientos fue de más de 12,7 millones de toneladas, lo que significó un aumento del 31,80% respecto al mes de julio de 2019, a su vez tuvieron un incremento interanual del 45,03 %, acumulando en 7 meses más de 67,4 millones de toneladas transportadas.

En forma desagregada, las exportaciones, aumentaron en el mes de julio un 30,24% respecto al mes anterior, con un total operado de más de 11,4 millones de toneladas y un aumento interanual del 61,20%, acumulado durante el 2019 más de 61.3 millones de toneladas. Por otro lado, las importaciones en toneladas aumentaron en julio 46,32% respecto al mes de junio, con un total de 1,3 millones de toneladas, acumulando en 2019 más de 6,1 millones de toneladas.

Sin duda, el mes de julio era la llegada a la tierra prometida para el comercio exterior, que a su vez veía acompañado con tranquilidad cambiaria, estabilidad en el mercado financiero, baja de la inflación y optimismo de los mercados internacionales, pero esto ya es pasado, "veras la tierra prometida pero no entraras le dijo Dios a Moisés". Con el desmadre del mercado cambiario, el comercio exterior enfrenta el peor de sus mundos, "una devaluación sistemática".

Seguramente quien lea esto dirá este hombre está loco, un tipo de cambio alto y competitivo, mejora las condiciones de los bienes exportables, lo que revierte automáticamente la balanza comercial, haciendo ingresar los dólares que necesita el gobierno para financiar el déficit fiscal y el crecimiento.

Falacia

Lo cierto es, que este padre nuestro económico que nos hacen creer desde 1958 cuando se produjo la primer gran devaluación, no es más que una gran falacia, porque solo refleja una ilusión contable medida en forma cualitativa, es decir, la balanza comercial en dólares, pero a partir del índice de actividad fluvial y marítima en toneladas transportadas, me permitió medir los efectos de una devaluación en términos cuantitativos, los resultados son, que la elasticidad entre la actividad fluvial y marítima y el tipo de cambio real es de 0,11, esto significa que cuando el tipo de cambio aumenta en 1%, la actividad fluvial y marítima aumenta en el 0,11%, diferente es la historia con el PBI, que su elasticidad es de 2.06, lo que implica que cuando este aumenta en 1%, la AFM aumenta el 2,06%, a partir de estas relaciones técnicas, la devaluación del peso no es la solución a nada, y nunca lo fue.

La primera de las 6 grandes fue en octubre de 1958, Arturo Frondizi devaluó un 68,2%, la inflación llego al 113,7%, cayo el consumo, la actividad y el PBI. La segunda fue en 1962, José María Guido y su ministro Federico Pinedo, devaluaron 64,5%, el PBI per cápita y el consumo cayeron a niveles bajísimos, la capacidad instalada cayó el 55%, los precios y el desempleo aumentaron, le siguió la recesión y caída de los recursos del estado. La tercera fue en 1975, Celestino Rodrigo, ajustó 99,3% el tipo de cambio, junto a una liberación de precios y suba de tarifas, con congelamiento de salarios, esto derivó en repetidas devaluaciones, la suba acumulada llego al 873,7%, La cuarta fue en 1981, el ministro Lorenzo Sigaut comenzó a devaluar el 2 de abril, cuando termino ese año el aumento fue del 225,8%, lo que provoco una contracción del -5,4%, el desempleo pasó del 2,5% en el 1979-1980 a 4,8% en el año.

La quinta fue en febrero de 1989, la paridad cambiaria subió 61,1% en relación con el mes anterior, el PBI se contrajo el -4,4%, los salarios cayeron un -14% y la pobreza escaló para situarse en el 40,5%. Por último, enero de 2002 con el estallido de la convertibilidad, la paridad trepó de 1 a 3 pesos por dólar de diciembre de 2001 a marzo de 2002, la ex convertibilidad generó una crisis política y económica, una contracción inmediata del PBI y un aumento histórico del desempleo, que llegó al 21,5% en mayo del 2002. En resumen, las devaluaciones en nuestro país siempre tuvieron consecuencias recesivas. El comercio exterior paso del mejor de los mundos en el mes de julio, a un purgatorio que sabe dios cuánto durará.

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