AUTORIDADES, SPONSORS Y TRASMISORAS RECIBIERON CON ALEGR A SU TRIUNFO

La industria del golf espera que Tiger Woods impulse otra vez el deporte

El deporte favorito de las elites vivió estos años un descenso en la cantidad de personas que lo practican. Las empresas apuestan al carismático golfista para recuperar adeptos

Cuando Tiger Woods hizo su último golpe en el hoyo 18 en Augusta el domingo 14 de abril, no sólo los miles de espectadores aplaudieron su excepcional victoria en el torneo Masters de Estados Unidos de este año.

Las autoridades del golf, las emisoras de televisión y los patrocinadores de ese deporte festejaron desde afuera de la cancha, cada uno con la esperanza de beneficiarse con el regreso del llamado EfectoTiger al deporte.

Después de que el deportista estadounidense irrumpió en la escena en 1997 cuando tenía 21 años y se convirtió en el ganador más joven del Masters, la primera de las 15 victorias en un torneo major , el dinero empezó a entrar a este deporte como nunca antes.

Los canales de televisión y las empresas se apresuraron por asociarse con este juego y su exitosa estrella de clase mundial, mientras que una nueva generación de golfistas se sintió atraída por el deporte.

El triunfo de ese domingo es la primera victoria que consigue Woods en un torneo major desde 2008, el año después del cual las lesiones y los problemas personales plantearon dudas sobre su futuro como jugador. Sin él en la cumbre del golf, aparecieron indicios de que el interés público en el deporte ha mermado.

Los niveles de participación en Estados Unidos, el mercado de golf más grande del mundo, alcanzaron su punto máximo en 2002, pero hace años que se observa una constante disminución. Según la Fundación Nacional de Golf de EE.UU., los niveles cayeron a 23,8 millones de golfistas regulares en 2017, comparado con la cifra de 24,7 millones en 2013.

Se hizo patente una tendencia similar en otros mercados importantes, como el Reino Unido.

No obstante, England Golf, la organización que maneja el juego amateur en el país, informó que la participación ha aumentado desde 2017, pues los clubes de golf hicieron cambios para atraer nuevas audiencias, como por ejemplo, ofrecer sesiones para principiantes, días familiares y rondas más cortas.

Otros dudan que el Efecto Tiger vuelva a ser lo que alguna vez fue.

"No estoy seguro de que la victoria de un jugador de 43 años a diferencia de cuando ganó con 21 años tenga el mismo efecto en la participación de los jóvenes", dijo Robert Clive, socio fundador de la consultora 360 Golf.

Sin embargo, las emisoras de televisión, que han invertido miles de millones de dólares para garantizarse los derechos de transmisión en vivo del golf, estarán entre quienes reciben de buen grado que haya regresado.

Woods, que afirmó que había "terminado" con el golf en 2017 después de padecer lesiones de espalda persistentes, nuevamente empezó a tener un gran desempeño en los grandes torneos del año pasado.

Las emisoras quieren atraer a la audiencia de clase media que sigue el deporte en muchos de los países más ricos del mundo en América del Norte, Europa y Asia.

En 2018, Discovery pagó u$s 2000 millones por la adquisición de los derechos del PGA Tour para países fuera de EE.UU. por 12 años. El organismo rector del golf profesional en Estados Unidos también tiene acuerdos de televisión con las cadenas NBC y CBS por sumas no reveladas.

Los patrocinadores también han tenido experiencias mixtas con Tiger. Tras conocerse sus aventuras extramaritales en 2009, varios patrocinadores, incluyendo a Gatorade, AT&T, Accenture y Gillette, dieron por terminados o no renovaron sus contratos con el golfista.

En 2017, Woods se declaró culpable de conducción imprudente después de ser arrestado cerca de su casa en Florida. Había sido hallado en su automóvil bajo la influencia de medicamentos con receta.

A pesar de los contratiempos, Tiger se mantiene entre las estrellas deportivas que más venden en el mundo.

Forbes estima que ganó u$s 1500 millones desde que se hizo profesional en 1996, la gran mayoría procedente de los patrocinadores, incluyendo los que permanecieron con el deportista como la marca Nike, Rolex y el fabricante de equipos de golf TaylorMade.

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