La crisis no espera y Macri necesita un equipo económico competente

Es misión primaria y fundamental del Banco Central de la República Argentina preservar el valor de la moneda", Carta Orgánica del BCRA. Preservar el valor de la moneda es mantener su poder de compra de bienes y servicios, tanto en Argentina como en el exterior. Para que esto se cumpla la inflación debe mantenerse baja y el peso argentino estable. Ambos fracasos evidentes del BCRA en cumplir su misión, no solo ahora, sino de hace mucho tiempo. Su continuo fracaso se basa en la extraordinaria falta de independencia del banco central de un gobierno que, habiendo agotado la capacidad de la sociedad Argentina de pagar impuestos y habiendo alcanzado niveles de endeudamiento insostenibles, cierra su gasto con el peor y más regresivo de todos los impuestos: la inflación. El impuesto que más empobrece y más destruye al crecimiento de la Argentina.

Todos los gobiernos, ya sea antes o después de la democracia, con excepción efímera de la insostenible convertibilidad, han usado invariablemente el impuesto inflacionario para "cerrar" las cuentas fiscales e imponer de manera desproporcional el ajuste a la sociedad argentina, pero no a sí mismo. El problema es que la crisis la ocasiona el gasto y la deuda insostenible del gobierno y hasta que esto no se resuelva, la crisis continúa. El abuso y la violación incesante a la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina a través de la imposición de un elevado impuesto inflacionario ha sido especialmente grave en el gobierno del presidente Mauricio Macri. Sin embargo, también deja claro que el país ya no da más: no puede sostener a un estado improductivo que ya emplea a la mitad de la fuerza laboral, con la mitad de la fuerza laboral que produce.

Esta es la crisis sin resolver desde el 2018 y ahora se intensifica al actuar nuevamente creyendo que se puede crecer con una elevada inflación. No se puede y a la inflación nadie le puede ganar. Se suponía que con la "nueva" política monetaria de octubre con un crecimiento cero de la base monetaria, el banco central reconocía su incapacidad de dejar de financiar con inflación al gobierno y se imponía a si mismo una regla que, de aplicarse seriamente, abatiría la inflación rápidamente.

Después de la debacle de las Lebac, con una regla seria de cero-crecimiento en la base monetaria, la inflación hubiera caído rápidamente y ya estaría alrededor del 20%. No ocurrió, porque las Lebac fueron simplemente reemplazadas por las Leliq cuando el Banco Central no debería emitir deuda para hacer válida su regla estándar de base monetaria cero. El quiebre fue en enero cuando los Leliq reemplazaron a las Lebac como el instrumento de monetización ultima de los déficit fiscales insostenibles. Se suponía que una vez que se repagaran los Lebac, la Leliq se estabilizarían y dejarían de crecer. Lejos de contener su crecimiento, el banco central encontró una manera "fácil" de redistribuir la liquidez y llegar a su objetivo de "base cero" en cualquier momento, emitiendo cualquier cantidad de Leliq que asegura que se cumpla con una definición de base monetaria estándar que es irrelevante para la Argentina.

De hecho, el Banco Central adoptó la definición estándar de la base monetaria que sólo se aplica a bancos centrales que no emiten su propia deuda, es decir monedas y billetes en circulación más los depósitos de la banca comercial en el banco central. El problema es que un banco central que emite su propia deuda esta dispuesto a inflar su salida de la deuda.

Un banco central que emite su propia deuda no puede tener una medida estándar de la base monetaria, sino una medición que incluya sus pasivos de letras emitidas, que ahora son usados para asignar desproporcionalmente la reducción de la liquidez sobre la mayoría de los argentinos, especialmente la pequeña y mediana empresa.

Las Leliq sirven para cumplir con la medida parcial de base cero al reducir la liquidez, pero no para reducir la inflación porque las Leliq ya rivalizan el problema que fueron las Lebac, y llevan a un fuerte aumento en la demanda de dólares. Esto implica que la base monetaria efectiva, lejos de no crecer, incluyendo los Leliq ha crecido a una tasa del 12% en los primeros dos meses y medio de este 2019. Con una recesión que continua profunda, la inflación regresa nuevamente a los niveles anualizados de casi 48% que casi alcanza en Diciembre. Aun la medida tradicional de la base monetaria ha crecido rápidamente, en parte por el error de aumentar marcadamente la liquidez en diciembre cuando la economía se contraía fuertemente, lo que genero un exceso de liquidez que el mercado elimino comprando dólares.

Las Leliq reemplazan a las Lebac y se convierten en la nueva deuda explosiva que el mercado financiero empieza a abandonar. La ilusión de que las Leliq son mas estables que las Lebac porque únicamente las tienen los bancos termina una vez que la banca se da cuenta, mas o menos ahora en que las Leliq alcanzan los niveles de las Lebac, que son impagables y que resultan en nuevas corridas contra el peso. El resultado es el mismo porque llega un momento en que la banca tiene que preservar su capital saliéndose de las posiciones de "letras" que serán monetizadas y afectaran fuertemente el desempeño de la economía argentina.

La tasa de interés del 60% es critica al generar deuda que es esterilizada por mas demanda de dólares, depreciación e inflación. Esto implica que la Argentina esta en el mismo lugar que se encontraba el 30 de septiembre y que su programa monetario sólo tendrá éxito en la medida de que el banco central deje de emitir deuda. El problema con tasas tan elevadas es que sabemos que terminan con una deuda explosiva. No tanto porque hayan alcanzado niveles tan elevados, sino porque no hay cambios que las bajen de manera rápida y sostenible. Como decía John Crow, el ex gobernador del Banco Central de Canadá que redujo la inflación a menos del 2%: "El tema con tasas de interés no es cuánto suben, sino cuánto se quedan ahí."

La deuda de la República Argentina tiene que ser emitida solamente por el Tesoro Argentino, lo que implica que hasta que se cambie el acervo de Leliq por bonos del gobierno, así como las letras "intransferibles" del gobierno central en el banco central por letras o bonos transferibles del gobierno, y el banco central deje de emitir deuda (letras o bonos), el Banco Central de la Republica Argentina finalmente podrá contar con una política monetaria solida. Por supuesto, regresar a la realidad solo implica que el gobierno central tiene que asumir su responsabilidad y su deuda se disparará rápidamente, lo que obligara a reducir hoy su insostenible gasto publico.

La inflación es y debe ser el objetivo central para empezar a resolver la crisis financiera. La única inflación que sirve para estabilizar a la economía es una inflación de un sólo dígito y de no más del 4%. La inflación elevada sólo ocurre cuando el banco central emite dinero hoy o mañana (deuda) que no esta respaldado por la capacidad de recaudación del estado como sucede en Argentina.

Ante una crisis que no espera, el presidente Mauricio Macri tiene ya la responsabilidad de tener a un equipo económico competente y serio, que no comprometa más a la Argentina, así como un banco central independiente que le permita terminar de una vez por todas con la inflación. Sin esto, Macri arriesga mostrar nuevamente que entre más "cambian" las cosas, más se quedan igual, o peor, ya que la Argentina no da más.

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