LA IZQUIERDA, ORGANIZACIONES SOCIALES Y POCOS SINDICATOS, LOS PROTAGONISTAS

Marcha con represión, bronca hacia el Gobierno y reclamos para la CGT

Agrupaciones de izquierda, organizaciones sociales, sindicatos e incluso personas de avanzada edad fueron ayer hasta las inmediaciones del Congreso para mostrar su descontento con la finalmente trunca sesión que la Cámara de Diputados iba a celebrar para convertir en ley la reforma previsional impulsada por el oficialismo, con impacto directo sobre los haberes de los jubilados.

Desde la mañana, varias columnas fueron acercándose al parlamento, que desde la noche anterior permaneció vallado y fuertemente custodiado por un amplio operativo que montaron gendarmes y policías federales, de la Ciudad y de seguridad aeroportuaria (PSA) para restringir la proximidad de los manifestantes al edificio de las leyes.

La tensión fue in crescendo durante toda la jornada debido al accionar de las fuerzas de seguridad, que lanzaron gases pimienta y dispararon balas de goma contra los manifestantes. En paralelo, un grupo reducido de encapuchados incendió tachos y contenedores de basura, y rompió baldosas para arrojar a los efectivos.

La brutalidad fue tal que un efectivo de la Policía Federal esparció aerosol irritante sobre el rostro de la diputada Mayra Mendoza, del FPV, luego socorrida de manera improvisada en un bar de las inmediaciones. Más tarde le ocurrió mismo a su compañero de bancada, Horacio Pietragalla.

También el fotoreportero Pablo Piovano, de Página/12, recibió una decena de disparos de balas de goma y perdigones en el torso y debió ser atendido. Los militantes del Partido Obrero, el MST, el Nuevo MAS; la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) y representantes de algunos gremios, como los ferroviarios y trabajadores de la televisión, entonaron durante la tarde cantos de repudio al Gobierno por entender que la reforma previsional toca el poder adquisitivo de los jubilados, y también cargaron contra la Confederación General del Trabajo (CGT), que no se vio representada en la Plaza del Congreso.

"Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode", "Paro, paro, paro... ¡paro general!", y "¿A dónde está, que no se ve, a esa famosa CGT?", fueron algunos de los cánticos más repetidos en una tarde de furia y reproches contra la central obrera mayoritaria por no acompañar con presencia y medidas de fuerza la protesta social, en la que ancianos, vecinos y trabajadores de la zona debieron ser asistidos por la extensa dispersión de gas lacrimógeno.

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